(Mención en Premio Temas 2013. Modalidad ciencias sociales)
Este ensayo reflexiona sobre mujeres académicas o empresarias porque no son despreciables los elementos que comparten. Como factor común está su condición de empoderadas. La academia y la empresa son espacios de poder, ya que son estructuras básicas para el desarrollo socioeconómico: la primera como fuente de saberes, y la segunda como productora y movilizadora de capitales. Históricamente, han sido organizadas por los hombres, participantes legítimos del espacio público, lo cual ha condicionado un modo de funcionamiento y unas exigencias típicas, desde la lógica patriarcal.