“Hasta 1959 los estudios referidos a Cuba —y América Latina en general— eran limitados en su número y en los temas que abordaban. Solo después del triunfo de la Revolución cubana comienza a aparecer una numerosa producción sobre asuntos latinoamericanos, y los estudios del área se identifican con la profesión de latinoamericanista. Los estudios sobre México, Argentina, Colombia o Brasil, han estado influidos, a nivel internacional fundamentalmente, por los académicos de esos respectivos países. Este no es el caso de Cuba. La comunidad académica de los cubanos que residen fuera de Cuba ha tenido mayor peso en la obra escrita sobre el tema. Solo en los últimos diez años los estudiosos cubanos residentes en la Isla comienzan a participar en la producción académica a nivel internacional, justo en momentos en que estudiar o analizar a Cuba se torna altamente controversial. Incluso hoy, es necesario apuntar que todavía estos no preponderan en este campo; en otras palabras, no determinan lo que se discute internacionalmente…”