“La humanidad vive los últimos días de su siglo XX sobre una paradoja: el vertiginoso desarrollo científico-tecnológico abre enormes posibilidades al ser humano para mejorar sus condiciones de vida; sin embargo, las relaciones de explotación y dominio que lo engendran permanecen inmodificables en su esencia. Y son estas relaciones las que producen las riquezas junto a las desigualdades, el buen vivir junto a las injusticias sociales, la modernización junto a la exclusión. Así, el avance de la humanidad en la ciencia y la técnica contrasta con el deterioro de las condiciones sociales y la decadencia cultural…”