“El centenario del 98 compete, con mayor o menor trascendencia, a todos los continentes. Pocas veces en la historia de la humanidad una simple fecha actúa de manera tan poderosa como divisoria entre dos siglos, o, al menos, como inicio de lógica sustitución. Traído y llevado, estudiado con afán o utilizado en función de proyecciones políticas contemporáneas, este año ha merecido una atención totalmente fuera de lo común, máxime si se tiene en cuenta que hoy por hoy la Historia, en tanto disciplina, no es muy dada a la magnificación de sus fechas. Componente de un metarrelato español, de otro norteamericano y, por supuesto, de un tercero cubano, el 98 se impone, con fuerza brutal y apasionamiento interpretativo, a los historiadores…”