El símbolo-metáfora Caliban creado por Roberto Fernández Retamar, y dado a conocer en 1971, formó parte de una saga que el intelectual cubano concluyó en 1999. Durante esos veintiocho años las relaciones y las brechas entre el Norte y el Sur variaron, pero el carácter «subdesarrollante» del primero y la condición de subdesarrollado del segundo, debido a la herencia colonial y la hegemonía del modelo capitalista occidental, se mantuvieron (aún lo hacen). En esa dinámica Retamar coloca a Caliban como representación de lo antihegemónico, antisistémico, decolonial y antimperialista. Sin hacerlo explícito en sus ensayos calibánicos, el intelectual cubano dialoga con las llamadas teorías del desarrollo y, ya para finales de los 80, con los paradigmas de desarrollo, que ponen en crisis determinados aspectos de las primeras.