“Como destino turístico, el Caribe desarrolla básicamente la vertiente recreativa en torno a la explotación de los recursos playeros, junto a la práctica, en los principales destinos de la región, del turismo de enclave. También se desarrollan el turismo de negocios y convenciones y el familiar. Se ha ido ampliando y fortaleciendo paulatinamente la oferta turística, aunque de manera desigual entre los distintos países y territorios. Existen diferentes niveles de disponibilidad, calidad y costos de los productos y servicios turísticos en los polos de la región. No obstante, estas disparidades no han impedido el auge de la actividad en los últimos veinte años…”