miércoles, 03-07-2024
"¿Qué es nuestra región sino una Babel de contrastes, de complicados procesos de transculturación que albergan en su seno antiguas y nuevas civilizaciones? No es posible hablar del Caribe bien sea de sus islas o de las costas de los países de América Central y Sudamérica ancladas en Tierra Firme sin hablar de sus lenguas, porque ellas expresan mejor que todo nuestra cultura, nuestro mundo cambiante y, lo que es más importante, nuestra experiencia histórica común..."
"Puede considerarse que en la década del 80 la difusión de la literatura francocaribeña en Cuba recobró el nivel que había alcanzado en los años 60. El Premio Casa de las Américas contribuyó a ese propósito. La intención que ha predominado es la de dar a conocer preferentemente a los nuevos autores, aunque buena parte de los premiados hasta el momento son autores ya conocidos y algunos con una obra valiosa..."
"El Caribe ha producido, sin la menor duda posible, una literatura regional marcada por una singular complejidad en su orientación y desarrollo, que ha incidido muy a menudo negativamente en la valoración crítica de sus realizaciones. Entre los factores que han marcado la evolución literaria de este espacio sociocultural hay algunos que mantienen todavía, en esta última década del siglo XX, un peso importante, que obliga a tenerlos siempre en cuenta. Son, por ejemplo, la pluralidad lingüística; la convergencia de diferentes etnias, y el consiguiente y variadísimo proceso de transculturación; el desfase cronológico en la evolución literaria de las distintas áreas culturales del Caribe, y, por este y otros factores, la no sincronía del discurso literario caribeño; el hecho de la muy escalonada obtención de la independencia política, que se vincula, además, con importantes diferencias en las interrelaciones metrópoli-colonia o excolonia..."
"El siglo XX se abrió paso en el Caribe con un signo: el de la autorreflexividad y la autodefinición, en una evidente voluntad desalienadora que ha significado asumir el sentido de lo propio en su condición de diferente a lo metropolitano, en un proceso más o menos profundo de autopenetración para, en la larga historia de encuentros y desencuentros, avanzar hacia el reencuentro con la personalidad cultural caribeña. La secuencia de acontecimientos históricos en el Caribe fue generadora de un proceso de mestizaje cultural, no solo en el plano etno-racial sino también temporal-social. Las diversas culturas que se mezclarían en el crisol de la región, vivían en tiempos históricamente diferenciados y las condiciones coloniales las colocaron en relaciones de polarización social, tendientes a la desvirtuación de sus propias características históricas originales..."
"La jerarquía de lo estético sobre lo artístico en el espacio Caribe obedece a otras muchas razones, entre ellas la inexorable contextualidad ritual de la experiencia cultural o la cierta iconoclastia heredada con el legado africano. Pero el principio común y desacralizado de lo artístico en pos de una experiencia estética que puede contenerlo, pero que en cualquier caso lo trasciende, nos conduce a reparar en las analogías entre el comportamiento del diseño sociocultural caribeño y las especificidades del cine, respaldadas además por el hecho de que en el cine, si bien no se puede renunciar a la objetivación o a los condicionamientos materiales del soporte, a menudo el acto de recepción valoriza mucho más la referenciabilidad del argumento, el «embrujo» de la historia, las coordenadas del relato que los principios de su articulación en la pantalla, lo cual viene dado también por la celeridad con que se suceden las acciones a los efectos de la percepción de un receptor medio..."
"La cuenca del Caribe tiene una trayectoria discursiva integracionista de larga data. Sin embargo, existe una corriente de intercambio económico que, aunque muestra una relación comercial tendencialmente creciente, poco responde a la magnitud de la voluntad institucional expresada. En el diagnóstico de las instituciones multilaterales generalmente se aprecia una evaluación positiva hacia la tendencia creciente de esa relación de intercambio. No obstante, resulta interesante llevar a cabo un acercamiento a otros elementos causales que se encuentran presentes en este comportamiento y que son poco tratados en la literatura..."
"Una de las funciones de la cooperación interuniversitaria es acompañar críticamente el proceso de integración económica y concertación política y, simultáneamente, coadyuvar al crecimiento y modernización económica y a la elevación de la calidad de la vida, en el conjunto de países involucrados en dicha empresa. La evolución de nuestra educación superior, sobre todo en el transcurso de las tres últimas décadas, hace impostergable la búsqueda de mecanismos que garanticen no solo alcanzar altos niveles de calidad académica, sino también elevarlos en lo que respecta a las condiciones que rodean la actividad de estudiantes y profesores, para ser consecuentes con el nuevo enfoque del desarrollo."
"En el siglo pasado el Caribe y el Golfo de México, como entidades diferenciadas, fueron disputados «preeminentemente [como espacios decisivos] en el dominio de las potencias marítimas». La relevancia adjudicada a la zona, a partir de su importancia en cuanto vías marítimas de comunicación, era fundamental para el comercio. En el caso de una hipótesis de guerra, el control de la cuenca del Caribe siempre fue y es una premisa prioritaria..."
“La compilación Viajeras al Caribe reunió la producción textual -diarios, cartas, memorias, libros de viaje- de europeas y estadounidenses, visitantes a territorios insulares o continentales de la cuenca del Caribe, en el siglo XIX. Su presentación pretendió descubrir la voz de mujeres, asomadas a la escritura con la intención de alcanzar autoridad intelectual. Pero la perspectiva de género no rebasaba la voluntad de reunirlas en un volumen y aproximarse, tímidamente, a los intereses «femeninos»: curiosidad por las otras mujeres, su educación y la de los niños, sus vestimentas, y otros tópicos afines. Aquella tentativa, inédita en el contexto cubano -y, al parecer, en el latinoamericano-, se inscribía en una de las tendencias en el estudio de la literatura de viajes: considerarla fuente documental complementaria de la historia, crónica personal de acontecimientos. Participaba también de la inclinación a enfatizar lo subjetivo y los aspectos propiamente literarios del relato como el estilo y el tono…”
En la contemporaneidad, el desnudo masculino adquiere otras connotaciones dentro de los discursos de resistencia; hecho vinculado principalmente a las cuestiones de la identidad sexual: el arte queer; visualidad que aborda las complejas transacciones entre sujeto-cuerpo-identidad. Desde la academia se percibe un mínimo de su abordaje en el área del Caribe. Por ello, el presente trabajo analizará la visualidad queer a partir del desnudo erótico masculino y desde la fotografía. Manifestación artística que también carece de atención investigativa en el área que nos ocupa. En particular, esta propuesta toma como referentes la producción artística de dos avezados fotógrafos sobre el tema, el haitiano Josué Azor y el cubano Eduardo Hernández Santos. En esa dirección, se pretende establecer coordenadas críticas de una temática contemporánea, e innegable en la praxis fotográfica de la región, y de contribuir a llenar ciertas lagunas de saberes en nuestro ámbito académico.
“El término “cultura de resistencia”, por lo general, no se encuentra claramente definido en los estudios de autores latinoamericanos, sino diluido en los análisis del problema de la identidad, la liberación, la cultura política, etc. Con frecuencia se hace referencia a la resistencia como acción, confundiéndola con momentos de supervivencia. Se valoran aspectos particulares de la resistencia, manifestada en todas las esferas de la vida social (resistencia política, económica, armada, ideológica, etc.); pero se encuentra menos el enfoque que la caracteriza como un esquema de pensamiento, como proceso cultural, aun en formación…”
(Mención en el Premio Temas de Ensayo 1998, en la categoría Ciencias sociales).
Los análisis historiográficos sobre la última década del siglo XIX cubano privilegian el estudio de las contradicciones entre Cuba y España y las existentes entre esta y los Estados Unidos, pero obvian analizar el contexto caribeño de la Guerra Hispano-cubano-norteamericana. Este ensayo atiende la necesidad de analizar la cuenca del Caribe, su génesis, evolución y peculiaridades; los elementos que la caracterizaron, así como su repercusión espacio-temporal en los acontecimientos del 98, y muestra los diversos grados y formas que adoptó la transición efectuada en esta área geográfica y los rasgos de la nueva época que se inició.
Se pretende un acercamiento a la realidad turística en tiempos en que muchas de las concepciones, que han servido como paradigmas a través de los años, han entrado en cuestionamientos que obligan a un replanteamiento más acorde con las nuevas realidades, para poder enfrentar los grandes retos y desafíos presentes y futuros. Un cambio de época induce grandes problemas, incertidumbres, dudas, son momentos difíciles porque aparecen conflictos para concebir los cambios de valores, de referencias; y entender la necesidad de asumir nuevos paradigmas. Para el sector turístico de Cuba y el Caribe las transformaciones para enfrentar esta pandemia serán históricos en tamaño, velocidad y alcance; afrontando una recuperación que representa un antes y un después, pues la crisis es excepcional y deja variadas interrogantes en un escenario poco alentador para la economía, los viajes y el turismo.
La aparición de la fotografía en el panorama insular del siglo XIX estuvo asociado a los engañosos conceptos de progreso y desarrollo eurocéntricos, en tanto la técnica participó de los nuevos paradigmas modernos y de las paradojas de la colonialidad en Nuestra América. La exploración del universo del otro, mediada por la presencia de la cámara, propició que las rutas de los fotógrafos viajeros se extendieran por todo el continente americano: el mundo indígena, la esclavitud, la arquitectura de las principales ciudades antiguas y modernas, las plantaciones azucareras, las guerras y sus héroes. Especialmente, el universo de las plantaciones y la esclavitud se convirtieron en temas centrales de la relación modernidad-colonialidad en el Caribe. El anverso de la esclavitud fueron el cimarronaje y las formas de resistencia cultural, los cuales también se convirtieron en temas excepcionalmente abordados por la fotografía etnológica de la época. El fértil campo de desarrollo que proponía la fotografía atrajo numerosos artistas extranjeros a las islas hispanas, quienes legaron una considerable y contradictoria compilación de imágenes de la sociedad del siglo XIX, tales como los repertorios visuales legados por el científico francés Henri Dumont y el diplomático inglés Harry Hamilton Johnston.
Se desarrolla parte del modelo teórico sobre el futuro de la ciencia en América Latina y el Caribe que ofrecen las principales figuras de las ciencias sociales (y también de las exactas y naturales) a nivel planetario y regional, y el «Proyecto de Declaración final sobre la ciencia y la utilización del saber científico» y el «Borrador de Programa» a la Conferencia Mundial de la Ciencia de la UNESCO. Teniendo en cuenta estos aportes, el texto expresa en qué consiste el principal legado de las ciencias sociales a nivel mundial y regional, los desafíos que enfrentan y sus perspectivas.
“El fin de la Guerra fría ha generado incertidumbres conceptuales y en la forma de definir políticas y concretar acciones de cooperación. Avanzar en la construcción de un nuevo concepto de seguridad internacional significa avanzar en la redefinición de las misiones de las diversas instituciones encargadas de promoverla. Esta es una tarea de gran significación para las Américas. El hemisferio occidental ha contribuido a la estabilidad global en el período de posguerra fría, pero no ha sido capaz, en una década, de generar regímenes internacionales, reglas y normas que definan de manera estable y produzcan certidumbre en este aspecto crucial para el desarrollo nacional, regional y global...”
“Historia, literatura, periodismo, novela, testimonio, fiction y non-fiction, realidad e imaginación, realismo mágico y lo real maravilloso. He ahí el tema y todos los temas, he ahí el estilo y todos los estilos, he ahí los géneros y todos los géneros. Los límites, las fronteras, las oposiciones, se rompieron, se disolvieron en nuestra modernidad, si es que alguna vez existieron en la historia de la creación del hombre. En todo caso postulo que si hay alguna diferencia es de calidad, de penetración, de permanencia…”
“El presente artículo pretende esbozar algunos elementos generales de la relación migración internacional-desarrollo, a fin de ubicar el fenómeno en toda su multidimensión. En particular, tratará la manifestación de esta relación en países emisores de migrantes en las condiciones actuales de la región del Caribe. De forma general, el trabajo expresa como hipótesis la necesidad de comprender y analizar la realidad y las políticas migratorias regionales, a la par de los asuntos del desarrollo integral y la planificación económica…”
“El Caribe ha tenido una amplia presencia como emisor de migrantes. República Dominicana, Puerto Rico y Cuba han ocupado lugares de significación, tanto por los volúmenes de sus flujos migratorios, como por sus cualidades, en particular, a partir de inicios de la década de los 60. La migración cubana se distingue quizás por sus condicionantes históricas, económicas y geopolíticas. Este no es un fenómeno nuevo ni específico del siglo pasado, aunque adquiere rasgos diferentes con el proceso iniciado con el triunfo de la Revolución, y después de más de cuarenta años continúa presente. No obstante, según las cifras que aporta en el contexto de los grandes flujos migratorios, el caso cubano no clasifica entre los primeros lugares en el mundo…”
“En este artículo definimos el Sistema interamericano como el conjunto de procesos e instituciones multilaterales del continente, conformado por el proceso de las Cumbres de las Américas, el sistema institucional de la OEA y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), así como por una serie de instituciones y foros colaterales de mayor o menor peso. Todo análisis realista de ese sistema deberá partir de un hecho evidente: se trata de un conjunto desequilibrado, dado el papel hegemónico de los Estados Unidos —acentuado durante los años 90—, lo que determina el mantenimiento de su carácter esencial de instrumento de la política exterior norteamericana hacia América Latina y el Caribe.
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