“Desde hace más de trescientos años, el desarrollo agropecuario del país se ha producido contra nuestros recursos naturales, principalmente la vegetación, el suelo agrícola y el agua. No podemos excluir de este proceso que el modelo de desarrollo en esa esfera productiva, desde 1959 hasta hace solo quince años, haya operado igualmente en detrimento de estos, al mantenernos dependientes en la alimentación, y con un alto grado de vulnerabilidad, dándole continuidad a un problema acumulado y comprometiendo el futuro…”