“En nuestros días, los flujos migratorios son resultado de diversos factores que les otorgan un gran dinamismo. Las tendencias demográficas, los conflictos armados, los desastres naturales, las insuficiencias estructurales del desarrollo, las desigualdades de las economías nacionales, las condiciones de pobreza de amplios sectores, la falta de oportunidades laborales y, en general, el abismo cada vez mayor entre pobreza y riqueza, estimulan la movilidad de los seres humanos. Este escenario de asimetría profundiza las desigualdades en los niveles de desarrollo, aumenta la migración internacional y produce una visión conflictiva de la inmigración en los lugares de recepción, a la vez que resalta la oportunidad que supuestamente ofrece la salida de emigrantes para las sociedades emisoras y los actores de estos procesos…”