“La antropología médica está transformando el enfoque que se requiere en salud pública para combatir enfermedades enraizadas en problemas sociales, tales como las infecciosas. El surgimiento del SIDA hizo aún más evidente que aplicar la tecnología médica y los conceptos de riesgo epidemiológico sin considerar el contexto social y económico sería insuficiente para abordar la epidemia. El SIDA, reflejo de la pobreza, de la desigualdad social y de la discriminación, fue considerado desde el principio un problema de derechos humanos. Aunque todavía falta mucho trecho por recorrer, las ciencias sociales y la medicina están, por fin, dialogando…”