“¿Promueve o deforma a las diversas artes la atención que se les brinda? ¿De qué modo usan los activistas culturales a los académicos para obtener atención y legitimidad y de qué modo usan los académicos a los activistas-artistas para enseñar uno u otro valor estético culturalmente condicionado que modifique las predisposiciones políticas? La cultura puede hacer daño, por ejemplo, cerrando filas étnicas para alimentar la intolerancia. Y puede hacer bien desarrollando estrategias para alcanzar objetivos específicos y para promover el respeto hacia uno mismo y los demás, que permita el contrato democrático…”.