domingo, 13-10-2024
La profunda y prolongada experiencia de desarrollo capitalista neoliberal chilena produce un cambio drástico en la estructura social, así como en las modalidades de explotación, lo que conduce a nuevos patrones de conflicto que se expresan en forma gravitante en la revuelta popular reciente. Este panorama se acompaña de profundos cambios en la cultura política, lo cual, junto a lo anterior, plantea desafíos de actualización a los idearios de emancipación de la izquierda.
Este ensayo trata de dar un panorama analítico de lo escrito sobre el tema de Cuba (tanto antes como después del 1959) en Europa, a través de la idea de que, como resultado de varias diferencias (a partir de los años 50) –de cultura política, principalmente, pero también de acceso a Cuba para los investigadores– entre Europa en general y los Estados Unidos, las perspectivas propuestas en el Viejo Continente se distinguían marcadamente de la mayoría de la ortodoxia estadounidense. Sin embargo, en los años 90 se dio una nueva convergencia entre las dos literaturas, en algunas disciplinas, aunque las antiguas diferencias continuaban presentes.
"La religión es un hecho cultural y como tal coinciden en abordada tanto los científicos sociales como los textos eclesiales. 1 Ello significa que en cuanto forma de la conciencia y como fenómeno social, la religión participa de la producción humana, material y espiritual, o más bien en una unidad material-espiritual. De esta manera, interviene en los procesos socio-históricos, políticos, ideológicos, así como regula las relaciones a nivel social, grupal y la conducta de los individuos que la profesan, en cuya vida psíquica y cotidianidad puede tener incidencia..."
"¿En qué medida el componente popular en marca la construcción nacional? ¿Hasta qué punto entre los ingredientes de la nación se encuentran elementos que pudieran considerarse negaciones del nacionalismo, no solamente políticas e ideológicas, sino culturales en un sentido integral, y que de cierta manera resultan contradictorias con una concepción de defensa de lo nacional? ¿En qué medida los representantes de sectores antinacionales son parte legítima, aunque negativa, de la nación? ¿En qué medida la nación misma es una construcción histórica que los involucra o los segrega?
"La monumental obra de Fernando Ortiz (1881-1969), el más brillante científico social cubano de la primera mitad del presente siglo, ha servido de significativo precedente para la inmensa mayoría de las investigaciones que han incursionado en el conocimiento de los factores histórico-culturales de la nación cubana actual. El proceso de maduración intelectual, reflejado ampliamente en su obra y acción, lo condujo a estudiar los más diversos aspectos de la vida cubana, tanto en el contexto latinoamericano y caribeño, como en sus vínculos con África, Asia, Europa y Norteamérica..."
"¿Qué es nuestra región sino una Babel de contrastes, de complicados procesos de transculturación que albergan en su seno antiguas y nuevas civilizaciones? No es posible hablar del Caribe bien sea de sus islas o de las costas de los países de América Central y Sudamérica ancladas en Tierra Firme sin hablar de sus lenguas, porque ellas expresan mejor que todo nuestra cultura, nuestro mundo cambiante y, lo que es más importante, nuestra experiencia histórica común..."
"Puede considerarse que en la década del 80 la difusión de la literatura francocaribeña en Cuba recobró el nivel que había alcanzado en los años 60. El Premio Casa de las Américas contribuyó a ese propósito. La intención que ha predominado es la de dar a conocer preferentemente a los nuevos autores, aunque buena parte de los premiados hasta el momento son autores ya conocidos y algunos con una obra valiosa..."
"Las políticas comerciales promueven la idea de que la medida del éxito está dada por el nivel de excelencia en el trabajo artístico, con igualdad de oportunidades para todos aquellos que alcancen altos resultados cualitativos, sea cual fuere el tipo de música que cultiven. Esto pudiera parecer coincidente con una de las características fundamentales de la política cubana en lo que respecta a la cultura artística: el estímulo a la creación genuina como fundamento de los valores socialistas revolucionarios. Pero este principio ha entrado en contradicción con el creciente avance de los mecanismos comerciales y estandarizadores, lo cual no solo constituye un peligro para la música, sino para la cultura, que se nutre de su esencia creadora..."
Cada vez que se habla del diseño cubano hay que regresar a la década de los 60. El consenso parece indicar que ese desarrollo en algún momento se estancó. ¿Qué pasó en esos años, qué motivó ese desarrollo impetuoso y qué fue lo que lo detuvo? ¿Es que podemos pensar que los códigos visuales que funcionaban en los 60 funcionan ahora? ¿Es el mismo receptor al que estamos dirigiendo los mensajes políticos? Aquí hay un problema serio que rebasa al diseñador. ¿Cuánto ha cambiado el país de los 60 para acá?
Félix Guerra entrevista a Cintio Vitier sobre José Martí, con interrogantes implícitas desde hace mucho y suspendidas en la atmósfera finisecular de estos años. Se descubre en el diálogo que una mayoría de respuestas debían reformularse y que las interrogantes se reformulaban incesantes en un caldo de conceptualizaciones renacentista. ¿Es la posmodernidad lo que nos impele, como ayer fue la modernidad y antes los aires de cada ciclo de la historia? ¿La posmodernidad es solo lo que afirman que es, o es además y sobre todo lo que en cada latitud se quiere que sea, agregando y relegando, interpretando y priorizando, ya que ningún post, pasado ni futuro, es producto divino o previamente definido en laboratorios sacros de pensamiento?
“Entre los múltiples problemas que requieren un examen con «ojos judiciales» (citando a Martí), se encuentra el establecimiento de la serie de intelectuales que elaboraron una visión cubana de los Estados Unidos hasta el fin de la dominación española en 1898. Sin pretensiones de un análisis exhaustivo, solo alcanzable en la extensión de una monografía, este artículo aspira a que estos criterios ayuden a vertebrar posibles ejes temáticos y a indicar cuáles personalidades importantes integran la serie que culmina en la obra de José Martí, a finales del siglo XIX…”
“Mientras los cubanos de la Isla continúan viendo a los afronorteamericanos a través de la corriente de información más amplia, pero de todos modos limitada, de los noticiarios y las fuentes familiares, los afronorteamericanos nacidos después del decenio de 1960 han pasado a imaginar a Cuba, si acaso lo hacen, a través del lente empañado de un sistema de dominio racial e ideológicamente más complejo. A fin de brindar posibilidades de reflexión sobre el futuro, este ensayo, basado en una investigación preliminar, proyecta ese presente sobre aspectos del pasado, sobre todo del siglo XIX…”
“Cuando Martí inicia su residencia en Nueva York, ya va cargado de concluyentes criterios acerca de los propios Estados Unidos, acerca de las repúblicas nuevas de la América Latina, y acerca, desde luego, de la relación entre ambos. Ya, desde entonces, tendrá en aquella ciudad el centro de sus actividades independentistas y de subsistencia personal durante casi catorce años, hasta que en 1895 salga, para incorporarse a través de República Dominicana, a la guerra reiniciada en Cuba el 24 de febrero de ese año, y morir en ella...”
“Durante sesenta años, Cuba fue una neocolonia dependiente de los Estados Unidos, y desde el siglo XIX hasta la actualidad los referentes culturales norteamericanos no solo han circulado y circulan con natural familiaridad entre los cubanos, sino que han sido interiorizados y sumados al complejo sistema de comportamiento cultural del etnos cubano --desde la música y el vestuario hasta la arquitectura-- y han constituido, desde entonces, una fuente cercana de apropiación e intercambio. Por ello resulta inexplicable la carencia de estudios sobre la huella norteamericana en la cultura cubana, asunto bastante ausente de las ciencias sociales en Cuba, salvo reflexiones eventuales carentes de sistematicidad. En las páginas que siguen, se resumen los resultados de una indagación realizada en este campo, con conciencia de lo mucho que aún queda por hacer.”
“La revista Temas me ha pedido escribir un artículo, basado en mi experiencia, sobre la manera en que los visitantes estadounidenses ven a los cubanos y viceversa, pero manteniendo los temas políticos al margen y no en el centro. Mi primera reacción fue pensar que resultaría imposible. Los visitantes estadounidenses van a Cuba a ver lo prohibido. Violan la prohibición de viajar impuesta por su gobierno o, si no, viajan con permiso concedido por motivos relacionados con la política interior o exterior de los Estados Unidos. En la mayor parte de los casos, llegan buscando un sistema distinto que abrazar o que condenar. ¿Acaso pueden examinarse sus impresiones de una forma no política?...”
“Este ensayo tiene, forzosamente, un alcance limitado. No constituye una investigación rigurosa, sino inspirada más bien en el deseo de acentuar que de demostrar. Se trata de abordar la presencia cultural norteamericana en Cuba después del triunfo de la Revolución, y no de estudiar, en sentido estricto, la relación cultural bilateral en tanto canal de dos vías que el propio concepto supone. Un trabajo integral en estos dominios tendría que considerar, pues, la influencia de la cultura cubana en los Estados Unidos --no menos real-- que desde luego preexiste al establecimiento allí de una comunidad cubana después de 1959…”
“Cuando el presidente Clinton firmó, en octubre de 1995, las nuevas regulaciones sobre los viajes a Cuba --que incluían a estudiantes acogidos a programas patrocinados por las universidades como una nueva categoría de ciudadanos norteamericanos que podían optar por licencias para viajar a Cuba--, comencé a explorar casi inmediatamente la posibilidad de llevar a ese país a un grupo de estudiantes de Bates College durante nuestro período académico corto en mayo. Junto con una profesora del Departamento de Español, diseñé un curso interdisciplinario titulado “La Revolución cubana: problemas y perspectivas”, en el cual los estudiantes matriculados podían obtener créditos válidos para historia o español…”
Las transformaciones del tejido productivo del cine actual, presenta una imagen diametralmente distinta a la que se articuló en torno al eje lo moderno y lo nacional en el estadio del capitalismo industrial. Los acelerados cambios de las formas de producción, distribución y recepción a partir de los años ochenta, junto con las estéticas, voces y narrativas, nos supone repensar las epistemes cinematográficas que han organizado este devenir, para responder un relato sobre la totalidad cinematográfica, que la fragmentación teórica contemporánea se resiste a narrar.
La cultura se ha convertido en una industria que reproduce la construcción simbólica de la sociedad en producciones comerciales. Cuando estas se destinan al ocio, comienzan a formar parte de una industria del entretenimiento, a la cual pertenecen los videojuegos. La audiencia es tan grande que estos han logrado atraer y las ventajas que ofrecen como soportes publicitarios son factores que han llamado la atención de diversas marcas con intenciones de emplear técnicas y formatos para influir en el modo de vivir y pensar de los consumidores. También es menester indagar en el desarrollo de los videojuegos en el contexto cubano y la intención con la que se producen.
Estas páginas examinan la existencia o no de un tipo de comportamiento habanocentrista en la historia social y cultural de la nación cubana. El asunto es espinoso, pero se asume desde el diálogo, porque tal contingencia no impide su tratamiento. Llama la atención la carencia bibliográfica que existe al respecto. En la historiografía cubana apenas unos pocos lo han tratado de modo colateral más que puntual.
¿Conocen los norteamericanos a Cuba, con independencia de su posición hacia la Isla, si es que la tienen? ¿En qué medida la imagen de Cuba se corresponde con la realidad y, sobre todo, con la que los cubanos tienen de sí mismos? Los estereotipos, las diferencias idiomático-culturales, el etnocentrismo, la Guerra fría, los medios de difusión y la escasez de contactos directos entre ambos pueblos, generan un conjunto de percepciones sobre la realidad cubana que en unos casos obliteran los verdaderos problemas, y en otros convierten en problemas cosas que para los cubanos —o por lo menos para la mayoría de ellos— pueden, simplemente, no serlo. Este artículo constituye una tentativa de analizar y discutir los resortes de la imagen de Cuba en los medios de difusión norteamericanos como entidades públicas para la manufactura del consenso.
“Puede que sean pertinentes algunas observaciones generales sobre el tema de la historiografía en el contexto más amplio de los estudios cubanos. Primeramente, el campo de los estudios cubanos, como la propia Revolución cubana, está sometido a un proceso de rectificación propio. Más que una rectificación hay una redención: al fin nos hemos librado del término oneroso y poco elegante de «cubanología». Es posible ver también la rectificación en la inclusión de la historia para evaluar «el estado de los estudios cubanos». No siempre ha sido así. Para que el significado no pase inadvertido e inapreciado, tal vez sería de utilidad revisar brevemente estos hechos en un contexto más amplio. Casi desde el inicio, los estudios cubanos —la «cubanología»— partieron del supuesto central, pero nunca plenamente explícito, de que el estudio de Cuba era, de hecho, principalmente el estudio de la Revolución cubana. Nunca ha sido evidente dónde encaja la historia en el plan más amplio de los estudios cubanos, cómo lo hace o si lo hace siquiera…”
“La identidad nacional o la conciencia de mismidad de los pueblos es objeto de estudio de las más diversas disciplinas. La historia, la sociología, las ciencias políticas y la psicología son algunas de ellas. Dentro del contexto de la psicología son muchas las especialidades y las formas de aproximación al fenómeno. Los psicólogos nos interesamos por la identidad nacional a la luz de los actuales acontecimientos en especialidades como personalidad, etnopsicología, etnopsicoanálisis, antropología psicológica, psicología cultural, psicología transcultural, psicología política y social, psicología comunitaria y de las minorías, psicología del desarrollo y otras aproximaciones…”
“La televisión es un proyecto cultural. Nadie discute su enorme fuerza como medio de comunicación social, pero es en esencia un medio de cultura. Cada programa y cada espacio, han de responder a una intención estética, destinada a lograr ciertos objetivos, para un determinado sector de la población. Como tal, debe estar sujeta a la ubicación exacta dentro del horario y el día, a la selección precisa del conductor y director que sean capaces de lograr los presupuestos planteados. Desde el más simple programa informativo hasta la más costosa superproducción, son vehículos de cultura, que deben a la vez instruir, entretener e informar…”
“Treinta y tantos años después de constituido, el ICAIC sigue enfrascado con mayor denuedo que nunca en reconocer al tenido por séptimo arte como «instrumento de opinión y formación de la conciencia individual y colectiva», con particular interés en rehabilitar la contribución del cine «a hacer más profundo y diáfano el espíritu revolucionario y a sostener su aliento creador», tal como se enunciaba en aquel Por cuanto de la primera ley cultural que promulgó la Revolución cubana. A partir de entonces, y hasta 1995, las mejores películas nuestras (considerando solo las producidas por el ICAIC) legitiman la responsabilidad artística de interactuar con el entorno social, a partir de la necesidad de extender las fronteras de lo sobreentendido por revolucionario. Las más neurálgicas zonas de la realidad han sido abordadas en imagen y sonido; con el consuetudinario empeño en violentar la estrechez triunfalista, estimular el debate y promover un arte «irreverente» y cuestionador de la realidad….”
“Como todas las actividades primarias, la agricultura se halla fuertemente vinculada al espacio local, no solo por su dependencia de recursos naturales, sino por su conformación por factores históricos y sociales, como el desarrollo económico local, la comunidad, los recursos humanos y otros. El gobierno local, uno de los factores históricos y sociales más relevantes, aparece como una de las condiciones más influyentes en su evolución. Esta influencia de los poderes políticos locales y del gobierno local en particular, es evidente en la historia económica y social de la agricultura cubana, aunque en razón inversa al paso del tiempo. El proceso de cambios desencadenado por la Revolución impactó a la agricultura y al gobierno local, transformando la relación entre ambos…”
“El tema de la agresión multicultural de las multinacionales, aunque deja poco margen, es cómodo. Siempre resulta aristocrático contestar a los grandes poderes, en este caso a uno aún más grande que el imperio romano o cualquier otro imperio de la Guerra Fría. Por otra parte, las multinacionales son ubicuas y contra su acción poco valen segregaciones o cortinas de hierro, espionajes silenciosos o chantajes históricos. El artículo llama la atención sobre la existencia de una tradición intelectual falseada en aras de la aristocratización del dominio creciente de las multinacionales. Se crea así una situación paradójica, pues las propias multinacionales promueven los códigos con que sus críticos pretenden objetar su acción. El autor se acerca a tópicos tan sobresalientes como el neoliberalismo, el mercantilismo y la globalización, para proponer una apreciación más suspicaz de estos procesos…”
“Consciente de que el cubano es un pueblo creyente, pero minoritariamente católico, Monseñor Carlos Manuel de Céspedes es partidario de que la Iglesia católica asuma «límpida y conscientemente nuestro mestizaje creciente y su repercusión en el terreno religioso». Su encanto personal, no disminuido por la sotana o el paso de los años, y su don de gentes, le han ganado un respeto, especialmente entre los jóvenes que acuden a su parroquia a ver una buena película, escuchar una ópera o, simplemente, a oírlo hablar, con similar intensidad, de Cuba o de la fe...”
El propósito de este panel es dar continuidad a la discusión iniciada desde el primer número de Temas sobre la situación de esas disciplinas en nuestro país, y servir de vaso comunicante entre campos que, por causas de diversa índole, se mantienen compartimentados, en perjuicio del desarrollo del pensamiento social y de la cultura en general. Se propone aquí una indagación sobre los avances y carencias de las ciencias sociales y las humanidades en Cuba en los últimos diez años.
“La identidad no es una categoría metafísica, que pueda definirse de una vez y por todas, o pretender que la cuestión de la lengua podría zanjarse apelando a rancios argumentos de autoridad o, a la inversa, a tácticas de francotirador. Estas últimas consistirían en ocultar el problema de las fronteras nacionales detrás de las murallas de los ghetos o en el horizonte ilimitado del ciberespacio, o bien en citar a un puñado de autores que, por elección u obligación, decidieron no escribir en sus lenguas maternas o hacerlo en idiomas distintos al hablado por la mayoría en sus países de origen. Que un clásico de la literatura inglesa como Conrad naciera en Polonia, o que Kafka, judío oriundo de Praga, haya escrito toda su obra en alemán, o que el otro Heredia --el célebre autor de Les Trophées- haya nacido también en Santiago de Cuba, no bastan para refutar -ni para contradecir, siquiera- la arraigada e incitante noción de que la patria mayor del escritor es su lengua, el idioma en que escribe...”
“Emprendí el estudio de la rumba como forma cultural, pero también como espacio (físico, emocional) y como comunidad (real, portátil, imaginada, todo lo anterior). Parte de la búsqueda ha sido ver qué preguntas podía dirigir a la rumba, qué instrumentos teóricos o analíticos podían ser útiles para comprenderla y qué podía decirme. A fin de entender cómo llegó la rumba a Nueva York y cómo echó allí raíces, quise ubicarla dentro de un análisis de las corrientes transnacionales de pueblos y culturas. ¿Acaso era la rumba una crítica irónica de la insulsa cultura comercial? Muchos no cubanos se sentían atraídos por la rumba porque era un lugar de diferencia; su calidad de cosa no ensayada le daba un aura de autenticidad…”
“Dos imágenes opuestas la del «exiliado dorado» y la del «gusano sucio» han dominado la literatura popular y académica sobre los inmigrantes cubanos en los Estados Unidos. Periodistas y estudiosos estadounidenses suelen ver a los cubanos como una versión moderna del sueño norteamericano. A despecho de las muchas evidencias contradictorias, el mito del exiliado dorado está firmemente enraizado en la opinión pública norteamericana, en los círculos formuladores de política y en las investigaciones académicas. Tal criterio subraya, por lo general, que los cubanos vinieron a este país como exiliados políticos que tratan de librarse del comunismo, más que como emigrantes económicos en busca de mejores oportunidades de trabajo…”
La intención de este trabajo no es ofrecer una lista más o menos completa de todos los artistas cubanos llegados de Cuba a partir de distintas fechas o formados en el exterior durante los casi cuarenta años de duración del proceso revolucionario cubano. Tampoco someterlos a una coreografía generacional o de estilos. Se trata, más bien, de pintar un fresco de apariciones generacionales a partir de acontecimientos o publicaciones especiales, de artistas que son casi desconocidos en Cuba.
Este artículo, que utiliza la vía de la investigación musicológica y textual, es un ensayo interpretativo sobre la historia de la música cubana en los Estados Unidos. El autor bosqueja la relación de esta historia con la música norteamericana; examina cómo utiliza la comunidad latina en el más amplio sentido del término los estilos de origen cubano; indaga el impacto de la fuerza del mercado sobre los músicos; y argumenta la ubicación de esta música en el espectro de la cultura musical popular norteamericana.
"Miami nunca ha sido una comunidad monolingüística, puesto que regularmente atrae a inmigrantes de diversas procedencias étnicas y lingüísticas. Sin embargo, ninguno de esos idiomas cumplían funciones públicas importantes y estaban generalmente relegados a contextos íntimos intraétnicos. Esta situación ha cambiado considerablemente en los últimos treinta años. Es en la actualidad un centro urbano bilingüe y bicultural donde el uso de un idioma que no es el inglés no está confinado a los hogares hispánicos y a los pequeños mercados locales. Este artículo describe y analiza el uso del inglés y del español por los cubanos, en público y en privado, y examina las fuerzas que promueven la preservación del español en oposición a un cambio hacia el inglés..."
“A las puertas de la próxima centuria, pocos estudios rigurosos se han publicado acerca del movimiento migratorio de la Isla hacia Estados Unidos. Si se toma en cuenta que la presencia ininterrumpida de cubanos en aquel país-destino por excelencia de estas migraciones en todos los tiempos- se muestra organizada ya en comunidades propias desde el siglo XIX, llama la atención el poco tratamiento orgánico que ha recibido el estudio de esta experiencia, por oposición a la de otros grupos inmigrantes radicados en ese territorio en igual época. En los pocos textos tempranos disponibles predominan relatos testimoniales y concentraciones temáticas, regionales y epocales, evidentemente determinados por la escasa información existente y accesible. Ello ha dado por resultado un universo bastante pobre de una realidad altamente compleja, de la que, por momentos, suelen desaparecer sus límites precisos…”
“Por encima de apariencias y estereotipos, la década en curso es escenario de transformaciones políticas y generacionales en la comunidad cubana en el exterior, visibles sobre todo en el caso de la radicada en los Estados Unidos, y específicamente en Miami, ciudad donde se concentra la mayor cantidad de emigrados y se ha estructurado el llamado enclave étnico. Como expresión de esos cambios, se ha incrementado la densidad de población y la variedad de procesos demográficos, unidas a una no menos creciente complejidad socioeconómica, fragmentación ideológica y activismo político…”
El autor se propone esbozar un panorama actual de las publicaciones seriadas cubanas culturales, artístico-literarias y de ciencias sociales. Su intención es propiciar un primer acercamiento, más cuantitativo que cualitativo, al estado de estas revistas en el contexto nacional. También señalar algunas evidencias de su aún modesta recuperación, por su importancia como reflejo del desarrollo y las insuficiencias de nuestra producción cultural y científico-social. Además, llamar la atención acerca de la necesidad de su perfeccionamiento como subsistema de información, por el imperativo de conseguir, en el menor plazo posible, y sobre bases racionales y factibles, el cubrimiento temático que elimine las zonas de silencio ya antes existentes y las que pudieron surgir o agudizarse a partir de la contracción experimentada por la producción editorial cubana en el período de crisis.
Este estudio es parte de un esfuerzo más abarcador por determinar las políticas de la representación visual, y su relación con el discurso, en el contexto de la modernidad; investiga la relación entre el discurso colonial, asociado con la iconografía temprana de las Américas, y las formas contemporáneas de representación de los pueblos indígenas y los mestizos (etnicidad híbrida) en las fotografías noticiosas y los anuncios televisivos de los Estados Unidos. El análisis se concentra en la persistencia y relativa importancia de las prácticas culturales del primitivo período colonial en la perpetuación de las relaciones (neo)coloniales, así como su influencia en la articulación de contradiscursos en un sistema transnacional globalizado.
“Si el teatro se afirma por excelencia en la contradicción y la diferencia, ¿cuál no será su condición y su desenvolvimiento en medio de una sociedad que impulsa (y participa de) constantes transformaciones y vive una existencia convulsa? La escena cubana refracta los avatares esenciales de la vida de la nación y es eco de las más significativas ideas, en activo y polémico debate con su tiempo. Existe un vínculo entre la escena y el destino de la nación, que se ha mantenido con altibajos y variantes de carácter dialéctico o coyuntural a lo largo de la historia cubana y que alcanza su clímax con la culminación del largo proceso de luchas que tiene lugar con el triunfo revolucionario…”
“En las difíciles condiciones económicas y de otra Índole que hoy vive Cuba, donde aparecen desigualdades, incremento de delitos y fenómenos de corrupción, es indispensable aprovechar las bondades del diálogo como vehículo importante para la formación y el desarrollo de valores: me refiero al diálogo creador, al que nutre y eleva la condición humana. Este no puede ni debe caracterizarse por argumentos justificativos, sino por la explicación real y matizada de los asuntos…”
“La humanidad vive los últimos días de su siglo XX sobre una paradoja: el vertiginoso desarrollo científico-tecnológico abre enormes posibilidades al ser humano para mejorar sus condiciones de vida; sin embargo, las relaciones de explotación y dominio que lo engendran permanecen inmodificables en su esencia. Y son estas relaciones las que producen las riquezas junto a las desigualdades, el buen vivir junto a las injusticias sociales, la modernización junto a la exclusión. Así, el avance de la humanidad en la ciencia y la técnica contrasta con el deterioro de las condiciones sociales y la decadencia cultural…”
El tema de cultura y desarrollo va adquiriendo un perfil propio en el debate internacional que no tenía hace algunos años. La magnitud de la crisis económica, social, cultural y ecológica del mundo advierte acerca de la necesidad de cambios importantes. Alguien afirmó, con razón, que la humanidad había avanzado mucho más en el desarrollo de la tecnología que en el de la innovación social, y esa tensión es la causa de muchos de los problemas que tiene hoy la sociedad internacional. El cambio para resolver estratégicamente los problemas que hoy sufre el mundo tiene que ser de carácter cultural. Sin embargo, todavía existe una falta de comprensión sobre el alcance y los contenidos del desarrollo desde una concepción cultural. Precisamente para discutir sobre estos problemas se ha convocado este panel.
Este texto obtuvo Mención en el Premio Temas de Ensayo 1998, en la modalidad de Humanidades. “Con su lógica autonomía, al ritmo del país ha vibrado el teatro. Al mismo tiempo, desde distintos referentes ideológicos, técnicos y estéticos, la escena intenta descubrir el alma y los contornos de la Isla. Frente a ese mar de conflictos en que navega Cuba y su teatro [en los años 90], no se discute la utopía, sino “el camino que conduce al Templo”. Ganado el espacio proyectual de un nuevo concepto de nación cubana, la escena se dedica a validarlo, cuestionarlo y hasta objetarlo. Los jirones dejados en ese tránsito por el hombre cubano son la materia del teatro, el centro de indagación del arte cubano contemporáneo, ahora matizado por la vuelta de la Isla hacia sí misma. La Isla como expansión, como tema y como destino, la cubanidad como salvaguarda.
“El término “cultura de resistencia”, por lo general, no se encuentra claramente definido en los estudios de autores latinoamericanos, sino diluido en los análisis del problema de la identidad, la liberación, la cultura política, etc. Con frecuencia se hace referencia a la resistencia como acción, confundiéndola con momentos de supervivencia. Se valoran aspectos particulares de la resistencia, manifestada en todas las esferas de la vida social (resistencia política, económica, armada, ideológica, etc.); pero se encuentra menos el enfoque que la caracteriza como un esquema de pensamiento, como proceso cultural, aun en formación…”
“Con el fin de la Guerra fría, lejos de disminuir, las amenazas a la paz y la seguridad internacional han adquirido mayor complejidad. El fin de la dicotomía Este-Oeste ha dejado ver con más claridad la multiplicidad de problemas y la diversidad de actores con diferentes aspiraciones, que van desde la preservación de valores históricos y culturales de comunidades y naciones, hasta la necesidad de algún tipo de reconocimiento de su identidad, en un contexto de creciente globalización de las relaciones internacionales. Todo esto, además, agravado por profundas desigualdades económicas…”
Se desarrolla parte del modelo teórico sobre el futuro de la ciencia en América Latina y el Caribe que ofrecen las principales figuras de las ciencias sociales (y también de las exactas y naturales) a nivel planetario y regional, y el «Proyecto de Declaración final sobre la ciencia y la utilización del saber científico» y el «Borrador de Programa» a la Conferencia Mundial de la Ciencia de la UNESCO. Teniendo en cuenta estos aportes, el texto expresa en qué consiste el principal legado de las ciencias sociales a nivel mundial y regional, los desafíos que enfrentan y sus perspectivas.
“El súbito derrumbe «en dominó» de los países socialistas de Europa del Este y la desintegración de la URSS, fueron acontecimientos de un enorme impacto en las relaciones internacionales contemporáneas. A partir de este colapso, se consideró terminado el período conocido como Guerra fría y algunos comenzaron a hablar, con excesivo optimismo, de un nuevo orden mundial más pacífico, armónico y uniforme. Sin embargo, de manera casi inmediata, quedó demostrado que, con la desaparición de la bipolaridad de la etapa de Guerra fría, quedaban anulados algunos acápites dentro de la muy extensa agenda de conflictos a escala mundial; pero se mostró con mucha más fuerza toda una gama de crisis regionales e internas de variada sustentación: económica, política, étnica, religiosa, territorial, ideológica y estratégica…”
El presente texto no tiene la pretensión de agotar el tema de la relación entre la cultura y el desarrollo, sino exponer algunas consideraciones generales que adviertan la importancia decisiva que este problema tiene hoy como concepción para la transformación de la realidad.
“La formación progresiva de la «conciencia del mundo» no es espontánea o primaria; no constituye más que el reflejo del crecimiento de las relaciones y la interdependencia económica de las naciones en la conciencia de las personas. Estas relaciones, por ser de carácter capitalista, se basan en el interés, la ganancia y el dominio de los mercados y están lejos de ser armónicas y felices. Son una permanente fuente potencial de conflictos, con el consiguiente peligro de una «solución» violenta. La primera y segunda guerras mundiales hicieron evidente la necesidad de buscar mecanismos que regulen dichas relaciones y eviten que los conflictos estatales se resuelvan por la violencia. Como respuesta a esta necesidad, surgieron «organizaciones internacionales» como las Naciones Unidas...”
“Al compás de la disolución de la confrontación ideológica global que tipificara más de cuatro décadas de Guerra fría, alcanzan singular protagonismo y relieve conflictos que, bajo el común denominador de la movilización étnica, parecen tomar el relevo de los enfrentamientos interestatales como principal vector de inestabilidad y guerra en nuestros días. En sus diferentes orígenes y formas de manifestación, la beligerancia etnopolítica ensombrece el panorama social, pone en jaque a gobiernos, agobia a las organizaciones internacionales, desafía instituciones y estructuras, erosiona viejos paradigmas y crea focos actuantes o potenciales de sangriento conflicto en las más diversas latitudes. Constituye, por ende, un factor determinante en la política mundial del siglo que termina, y sobran los indicios para suponer que igualmente lo será en el siglo que se inicia…”
“La Guerra fría, como expresión de la confrontación entre dos grandes bloques, ha concluido. Nos encontramos en un período de transición y cambio caracterizado por la prioridad de la geoeconomía y la integración de megabloques. La globalización y la conformación de nuevos centros de poder a partir de ella, refuerzan la tendencia hacia el multipolarismo, al tiempo que surgen corrientes contradictorias que dificultan lo que podría ser un nuevo diseño global. En el terreno de la seguridad se desarrolla un nuevo ambiente caracterizado por la complejidad. La periferia pierde su importancia y valor estratégico, e irrumpen conflictos que estuvieron ocultos durante la confrontación Este-Oeste. Las contradicciones se han trasladado al eje Norte-Sur…”
“Para África, la historia no comenzó por el desplome thai, que todavía ocasiona dos mil despidos diarios; se inició hace tanto tiempo, que ni los más viejos pueden acordarse. De los más recientes capítulos de esa historia se reflexiona en este artículo. A lo largo del texto se intenta responder a preguntas como estas: ¿La crisis económica global es más grave que los «coletazos» de recesión de los últimos 20 años? ¿Cuáles diferencias hay entre la globalización y otras formas precedentes de internacionalización del capital? ¿Qué mecanismos están a disposición del G-7 para detener un posible colapso de la economía mundial? ¿Cómo entender la globalización, más allá de la polarización ideológica de los discursos?...”
“El fin de la Guerra fría ha generado incertidumbres conceptuales y en la forma de definir políticas y concretar acciones de cooperación. Avanzar en la construcción de un nuevo concepto de seguridad internacional significa avanzar en la redefinición de las misiones de las diversas instituciones encargadas de promoverla. Esta es una tarea de gran significación para las Américas. El hemisferio occidental ha contribuido a la estabilidad global en el período de posguerra fría, pero no ha sido capaz, en una década, de generar regímenes internacionales, reglas y normas que definan de manera estable y produzcan certidumbre en este aspecto crucial para el desarrollo nacional, regional y global...”
“A partir de 1991 aparecieron y se desarrollaron serias dificultades en Cuba, provocadas por la pérdida de los mercados de los países exsocialistas de Europa del este, y de la URSS, que pusieron y aún ponen a prueba la capacidad de Cuba para seguir adelante con su proyecto socialista. La realidad interna cubana y su proceso de recuperación económica a partir de 1994 devienen una variable que está informando e impactando las características de la política de los Estados Unidos hacia Cuba, y las peculiaridades de la confrontación. En el período 1992-96 aparecieron otras variables, como la Ley Torricelli y la Helms-Burton. A caracterizar este proceso y determinar las tendencias de su desarrollo futuro, va dirigido este trabajo.”
Relaboración y reordenamiento de aspectos tratados por los autores en el panorama sobre la vida cultural en Cuba en la etapa 1925-1958, que forma parte del tomo 2 de la Historia de la literatura cubana, escrita por un colectivo de autores bajo la dirección del Instituto de Literatura y Lingüística del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba, - publicado en 2003.
“Desde 1898, con la primera intervención, la Enmienda Platt y posteriormente con la de 1906 y la injerencia por memorándums a partir de 1921, el pueblo cubano sentía escamoteada su independencia. Desde el principio, los políticos e ideólogos norteamericanos intentaron absorber a la Isla, no solo su economía, sino también su cultura, y en ello el idioma tenía una importancia vital. Nunca prosperó el bilingüismo en nuestro país, por lo arraigado de la tradición hispana. El mantenimiento del español formaba parte de la lucha por la nacionalidad y contra la anexión a los Estados Unidos…”
“La historia de la poesía cubana durante los años de República mediatizada (1899-1958) se inicia bajo el signo de la frustración. Los dos poetas mayores de finales del siglo XIX, Martí y Casal, habían muerto en 1895 y 1893, respectivamente; la intervención norteamericana (1898) en la guerra que liberaban los cubanos contra España y la consecuente derrota del ejército español por las tropas del poderoso enemigo del norte, impidieron que los ideales de independencia se hiciesen realidad y que se instaurase en Cuba una verdadera República. Quedaban insatisfechas, pues, las necesidades históricas de la sensibilidad literaria y las pretensiones políticas, sociales y económicas de los próceres de nuestra guerra independentista, el más conspicuo de los cuales era precisamente Martí…”
Temas le ha pedido a destacados especialistas de diferentes áreas de la creación, la investigación y la crítica, así como musicólogos y cineastas que reflexionen en voz alta sobre Buena Vista Social Club y el fenómeno artístico y sociológico que representa, para producir un enfoque complejo y multifacético de este asunto. Entre otros aspectos, ellos abordan aquellos que, al menos dentro de Cuba, parecen haber sido los más polémicos: el de la representación visual, por una parte, no solo del entorno, sino de los propios personajes, y el de la exaltación de lo tradicional en detrimento de lo actual…”
“La información y la cultura, la educación y el trabajo creador, pasan cada vez más, a nivel internacional, por las nuevas tecnologías de comunicación. Con ello se inicia en el mundo una nueva fase de trasmisión y flujos de mensajes masivos de una intensidad y alcance hasta ahora no conocidos. Lo que hace dignos de estudio estos procesos es que las manifestaciones relacionadas con la cultura popular (como el cine, la música y el video) son generadas por un reducido número de grandes empresas productoras y distribuidoras basadas en el entretenimiento y el lucro comercial, a escala mundial…”
“¿Existe una presencia cultural de Iberoamérica en el mundo? ¿Cuál es su proceder frente al relumbre de las grandes potencias? ¿Se percibe una sensibilidad americana reconocida y distinguible en el escenario internacional o será necesario abrir brechas para la libre expresión de nuestra cultura en medio de las tentativas de uniformización? La concentración del poder mundial, característica de nuestra época, ha llevado a los Estados Unidos (como a China, Japón y los países europeos) a servirse de la cultura, en su acepción global, como elemento estratégico de las relaciones internacionales…”
“A partir del siglo XVII, la comunicación, al reaccionar ante los cambiantes contextos socioculturales y a las transformaciones ocurridas en los medios y modos de transportar la información, ha desarrollado un terreno semántico inestable, que indica a un tiempo trasmisión unidireccional y compartir mutuamente. Esta bivalencia o inestabilidad semántica de la palabra comunicación coloca a los teóricos en una situación interesante, convirtiéndolos en reacios académicos bifocales cuando se proponen investigar dos fenómenos incompatibles de estudio. Por tanto, lo que ocurre históricamente al teorizar sobre la comunicación es que, en cualquier momento dado, se ha permitido que uno u otro de los significados contradictorios domine o reprima al otro…”
“Durante las primeras seis décadas de este siglo, entre la literatura y el periodismo (en particular entre la narrativa y la crónica, la entrevista y el reportaje) fue abriéndose, progresiva y engañosamente, una escisión en apariencia invencible: dos mundos polarizados. Esa dicotomía, supuestamente estructural, técnica y lingüística, iba encaminada también a señalar una diferencia más profunda, pero no por eso legítima: su naturaleza. Además, la diferencia entre la narrativa y dichos géneros periodísticos venía envuelta en el confuso ropaje de los medios de difusión masiva...”
“La investigación y la reflexión teórica sobre la comunicación de masas ha atravesado en Cuba diversas etapas, casi siempre nítidamente definidas, que van de la dispersión y el debilitamiento a la efervescencia y productividad, períodos de estancamiento y momentos de profundo debate y autocrítica. La investigación comunicológica cuenta ya en nuestro país con una cierta tradición…”
“El tema del impacto social de las tecnologías de la información y la comunicación es muy tratado actualmente, como lógica respuesta a las expectativas y preocupaciones que generan la proliferación y dinámico desarrollo de estas tecnologías. Sin embargo, se suele perder de vista que las profundas transformaciones en este campo no se agotan en su componente tecnológico, sino que incluyen los factores referidos al uso social de la información y al papel del conocimiento, en la actualidad y en el futuro inmediato. Nuevas interrogantes se abren y, por lo tanto, se incrementan las demandas a los estudiosos del tema, que están obligados a asumir nuevas perspectivas teóricas y metodológicas para responderlas…”
“¿Son los medios los que imponen patrones culturales a las multitudes o son las multitudes las que trazan los derroteros de los mensajes en los medios de difusión? ¿Deben los medios servir de conducto transformador para cambiar las formas caducas de la cultura y el comportamiento social, o deben garantizar su existencia a partir de amplificar esas formas de comportamiento? ¿En lo referente a la cultura, tienen realmente los medios de difusión tanta influencia sobre las multitudes como se piensa? ¿Qué influencia tan determinante ejerce la familia sobre el individuo que, en muchos casos, puede inmunizarlo contra la acción de los medios? ¿Cuántos meses, años o siglos se necesitan para cambiar valores arraigados en las masas populares? ¿Existe una cultura de masas o ese concepto ha sido simplemente una coartada para justificar los procesos manipulativos que ejercen los medios sobre ciertos destinatarios? Las respuestas no son tan simples como pudiera parecer a simple vista.
Este texto es una versión de la ponencia presentada por el autor en la Conferencia anual de la Asociación para la Educación en Periodismo y Comunicación Masiva, celebrada en 1995. Aunque algunas referencias responden a la coyuntura del momento, Temas lo publica por su interés interpretativo y su perspectiva comparatista acerca de un problema vigente: la construcción de la imagen de Cuba por los medios de difusión fuera de la Isla.
El tema de este panel es la cultura popular, especialmente el impacto de la globalización en ella y en la identidad. Se analizan diferentes principios que se deben tener presentes en el trabajo comunitario, como la participación real y efectiva de la comunidad, el respeto a la cultura local y también a los modelos culturales y a la diversidad, y cómo influyen en el desarrollo de la cultura popular las nuevas dinámicas económicas y sociales, en la Cuba de los 90.
El Dr. Eusebio Leal Spengler, historiador de la Ciudad de La Habana, concedió esta entrevista —especialmente para este número de Temas— al periodista Pedro Martínez Pírez, miembro de nuestro Consejo Editorial.
El texto repasa, desde una perspectiva histórica, las tendencias del pensamiento cubano y su evolución durante los casi 57 años de República burguesa. “Pero emprender un recorrido por los escabrosos senderos de las tendencias intelectuales e ideológicas no marxistas más significativas para el desarrollo de la cultura y la conciencia nacionales, en los años de vida de la República mediatizada, entraña siempre el riesgo de hacer valoraciones absolutas o esquemáticas sobre el papel desempeñado por los portadores materiales de esas tendencias: los pensadores. Sobre todo, porque esta excursión por las ideas en la Cuba neocolonial tiene lugar a 40 años de su disolución efectiva por medio de una revolución triunfante que logró, por primera vez en nuestra historia, la soberanía plena de la nación e instauró niveles de igualdad y justicia social, insospechados hasta ese momento, en el territorio insular...”
“Al inicio del siglo XX, había una gran cantidad de géneros de música para distintos usos y ambientes, reconocidos internacionalmente, sobre todo los relacionados con la «madre patria», hacia donde habían regresado géneros cristalizados —como la habanera y el punto de La Habana— cuando no los anteriores fandango, petenera, chacona y zarabanda. Aquellos cantes de ida y vuelta, también sufrieron transculturaciones en ambas orillas y definieron características propias. La tradición oral, así como la trasmisión directa por la lectura de partituras, había permitido una verdadera promoción y auge de la música cubana, y fueron los medios masivos —primero el disco y luego la radio— sus iniciales divulgadores en América Latina, los Estados Unidos, España y otros países europeos. Durante todo el siglo XX se produce un amplio y constante proceso de transculturación en la música cubana, con un auge y expansión inusitados del nuevo producto cultural obtenido…”
“Cines de estreno, cabarés, cafeterías, restaurantes, artículos de lujo, alternaban con bancos, agencias de viaje y de automóviles, transnacionales petroleras en la zona de La Rampa, volcada hacia el Malecón, lo que facilitaba el rápido movimiento de los vehículos. Allí estaba el emporio de la radio y después de la televisión. En unas pocas cuadras se concentraba la imagen simbólica de la modernidad, una Nueva York a escala minúscula, dependiente y provinciana. Las demandas del consumo hacían olvidar el sabroso confort de los moribundos cafés de la Habana Vieja. Más allá del cine, el imperio de la visualidad se imponía en las revistas ilustradas a la manera de los seguidores de Cartier-Bresson. A la vuelta de los 50, en la microcosmópolis, en la microzona rosa, irrumpió de repente el teatro…”
(Versión de un capítulo del libro The Pride of Havana: A History of Cuban Baseball (Oxford University Press, Nueva York, 1999), enviada especialmente por el autor para este número de Temas)
“La inquietud laboral entre los jugadores y el surgimiento de una liga rival en Cuba, que retaba al circuito profesional establecido, habían creado algo de inestabilidad, y la independencia relativa de que disfrutaba la Liga Cubana en relación con el beisbol estadounidense estaba a punto de terminar. Nunca más jugarían las figuras establecidas de las ligas mayores en la pelota cubana y las estrellas del país serían esporádicamente amonestadas por eso en el futuro. De hecho, a algunas estrellas cubanas se les prohibiría jugar en Cuba, como sanción por haber jugado en México. Otros hechos, todavía desconocidos, hijos del azar, fueron que nunca más el Habana y el Almendares se verían enfrentados en una contienda como esta y nunca los patriarcas del beisbol cubano, Miguel Ángel González y Adolfo Luque, volverían a chocar en un encuentro tan trascendental como el que se iba a producir en el Gran Stadium…”
¿Cómo se relaciona el desarrollo científico con el contexto cultural? Intuimos que existen estas relaciones. ¿Pero podremos describirlas de manera estructurada y sistemática? ¿Nos puede ser útil esa descripción para potenciar las interacciones? ¿Tan claras como están nuestras especificidades culturales, pudieran estar algún día también nuestras especificidades en la creación científica? Estas son las preguntas que motivan las reflexiones que siguen. Van escritas en el lenguaje directo y afirmativo de las proposiciones (casi un lenguaje de laboratorio) porque pretenden iniciar discusiones, no concluirlas.
“Se afirma que, si bien en cada país los inmigrantes han sido incorporados al sistema social, educativo, laboral y político de diferente manera, al no ser ciudadanos por nacimiento en un territorio nacional y no compartir la identidad cultural mayoritaria, se mantienen políticamente marginados. Ante los crecientes flujos migratorios hay dos dimensiones de este tema. Una es si es posible excluir y marginar de derechos a quienes no han nacido en el Estado-nación; la otra, si se considera que quien decide emigrar de su país de origen pierde sus derechos políticos, a pesar de que en muchos casos mantiene con él fuertes vínculos sociales, culturales y económicos. Estas interrogantes corresponden a los desafíos filosófico-políticos de un mundo globalizado, pero sobre todo representan un cambio profundo en la definición de membresía política…”
“La decisión de emigrar y la condición de emigrado se convirtieron durante muchos años en la entrada a una zona marginal innombrable que no tenía cabida dentro de la Revolución. De hecho, ya estaba fuera, incluso geográficamente. Las circunstancias históricas nos jugaron una mala pasada y cobraron en este asunto un sentido negativo, afectando a instituciones básicas de la sociedad, como la familia, y provocando la fragmentación de la identidad cultural, la misma identidad que el proyecto cinematográfico nacional se proponía rescatar y redimensionar. Si bien varios largometrajes también se acercaron, aunque de manera anecdótica, al tema de la emigración en estos años; y algunos con implicaciones mucho más sugerentes, interesantes y de una profundidad sorprendente, en realidad, en treinta años de cine cubano revolucionario la problemática de la emigración solo aparece como tema central en una sola película de ficción…”
“¿Cómo explicar el éxito global de Buena Vista Social Club? Se calcula que, en términos de ventas e interés publicitario, no hay disco o filme comparable en la historia cultural cubana. Las nominaciones y premios internacionales que ha recibido ya suman unos treinta, entre ellos el de finalista en la categoría de mejor documental para el Oscar. La cinta cinematográfica también ha motivado más de una centena de reseñas en Europa, los Estados Unidos y América Latina, todas ellas extraordinariamente laudatorias, aunque en su mayor parte solo atestiguan una sensación de encanto que nunca llega a dilucidarse por completo. Cabe preguntarse cuál sería la mejor forma de acercarse a un fenómeno tan súbito y de tal magnitud. ¿Existe una estética o política cultural capaz de apreciar sus complejidades culturales y comerciales, tanto en el contorno nacional como en el transnacional?...”
“En los últimos años del siglo xx, hubo un cambio significativo en la sensibilidad y las perspectivas de críticos y artistas. De hecho, me atrevería a decir que se está gestando un nuevo tipo de trabajador cultural, asociado a políticas de la diferencia. Estas nuevas formas de conciencia intelectual permiten vislumbrar una reconcepción de la vocación de crítico y artista, que trata de socavar las divisiones del trabajo prevalecientes en la academia, los museos, los medios masivos de difusión y las redes de galerías, aunque mantienen modos de crítica en ubicua comercialización de la cultura en la aldea global. Los rasgos que distinguen a las nuevas políticas culturales de la diferencia son condenar lo monolítico y lo homogéneo en nombre de la diversidad, la multiplicidad y la heterogeneidad; rechazar lo abstracto, lo general y lo universal, a la luz de lo concreto, lo específico y lo particular; e historiar, contextualizar y pluralizar, poniendo énfasis en lo contingente, lo provisional, lo variable, lo tentativo y lo cambiante…”
“¿Cómo puede evitar la puesta en práctica del multiculturalismo operar al nivel de la representación estética de los muchos rostros de la nación? ¿Cómo puede la práctica del multiculturalismo evitar su dispersión e inclusión en la función socializadora de la escuela, que ha permanecido inmutable en su misión de engendrar «el tipo correcto de orgullo nacional?». Según la lógica del multiculturalismo, ¿quién sentiría este «orgullo nacional», habida cuenta de que, en sus respectivas culturas, individuos y grupos diferentes tienen versiones diferentes de la nación? Estas son algunas de las cuestiones que serán abordadas en este ensayo. Sin querer que parezca que me estoy pronunciando contra los objetivos del multiculturalismo en cuanto al otorgamiento de derechos políticos, examinaré los proyectos de dos de sus más influyentes propugnadores norteamericanos…”
“Basta mirar alrededor para darnos cuenta de que, hoy en día, constantemente se están poniendo en discusión temas de identidad. Estos temas tienen que ver con necesidades y políticas institucionales, y con decisiones importantes. Pero hay una razón más universal y general para fundamentar el interés en ella. No solo se trata de una necesidad cognitiva (hacer y conocer nuestro lugar en el mundo) y práctica (por urgencias económicas, políticas o sociales); es también una necesidad existencial. Se ha podido constatar, por la simple evidencia empírica de las alteraciones psicológicas que produce su desestructuración, represión, manipulación extrema, cambio súbito o destrucción intencional, que la identidad, ha sido y sigue siendo una necesidad para las personas y los grupos humanos, al menos por ahora, en nuestra cultura y para las generaciones actuales…”
“Más de cuarenta años de cambios radicales en Cuba, como resultado de la Revolución de 1959, y más de treinta de existencia de ascendentes comunidades de emigrados cubanos en los Estados Unidos, así como en diversos países —España, Venezuela y México, entre otros—, en menor medida y tiempo, han provocado un importante proceso de inclusiones y exclusiones en la identidad cultural cubana, que no siempre se reconoce por las partes involucradas. La reinterpretación y reconceptualización de la identidad cultural cubana, en todas sus dimensiones, es una necesidad teórica y práctica, en Cuba y en su diáspora…”
¿Cómo se forma un arquitecto en Cuba? ¿Qué estudia? ¿Con qué sensibilidad egresa, qué conciencia tiene de que es un agente transformador, que tiene un papel creador y actúa en términos técnicos, pero también culturales? ¿Con qué se encuentra cuando se gradúa? ¿Se tiene conciencia de que la arquitectura es parte de la cultura cubana? Entre las funciones de las asociaciones que integran arquitectos —como la UNAICC y la UNEAC, por ejemplo—, ¿existe un espacio para el debate de la relación arquitectura-cultura? ¿Hay una crítica arquitectónica sistemática? ¿Cuál es la situación actual de la arquitectura y cómo la recepción y la crítica influyen o no en ella? Estas y otras preguntas se abordan en este panel convocado por la revista Temas.
“Cuando hablamos de la cultura del consumo nos referimos, por lo común, a dos tipos de prácticas sociales: los hábitos de los usuarios que conforman su demanda y, en un sentido más amplio, la mentalidad que acompaña a las sociedades cuya construcción de identidades gravita en torno a los significantes, mitos y proyecciones que el mercado posindustrial provee. El presente artículo trata de dar cuenta de algunos rasgos del nacimiento de esta segunda acepción en el contexto norteamericano de finales del XIX, de la mano de algunas de las visiones que un analista de excepción —el José Martí corresponsal de varios diarios latinoamericanos—, acuñó de manera tan crítica como brillante…”
Se ofrece una primera mirada a los consumos culturales de los adultos mayores a partir de los resultados de investigación del Instituto Cubano de Investigación Cultural (ICIC) Juan Marinello. Se trata de un ejercicio de sistematización desde la primera Encuesta Nacional de Consumo Cultural hasta la actualidad, con la intención de develar las particularidades de mayor trascendencia, sin pretender agotar en toda su profundidad las dinámicas a ellos asociadas.
“El perfeccionamiento empresarial, expresión del desideratum actual del socialismo cubano para su modelo de desarrollo económico, es también —e inevitablemente— el terreno de nuevas configuraciones sociológicas y psicológicas que impactan y, a la vez, resultan de lo que es y será el trabajo en Cuba. Pero es también arena de confrontación política en la temática del modelo de sociedad que se propugna y del modelo de hombre y mujer trabajadores que se vigoriza. Es, además, un debate cultural que interesa la identidad como una daga, y saca a la luz lo que somos y pretendemos ser: nuestra cultura del trabajo…”
“El mayor reto para alcanzar un desarrollo sustentable está en cambiar la actual forma de vivir —y por tanto de pensar— de la mayoría de las personas que conforman nuestras sociedades. Por ello, la más importante contribución de los movimientos de agricultura ecológica, urbana y otros, radica en la transformación progresiva de los patrones culturales de productores y consumidores. Esos cambios permitirían lograr una agricultura que contribuya al mejoramiento del ambiente en el que vivirán las futuras generaciones. Es por ello que esta evaluación de logros y desafíos de la agricultura sustentable en Cuba pretende tratar con objetividad las condiciones del país para ese tránsito…”
(Tercera Mención en el Premio Temas de Ensayo 2001, en la modalidad de Humanidades)
“En la instauración progresiva de las teorías culturales y estéticas derivadas del pensamiento marxista en la vida cultural cubana de la década de los 60 en adelante, Lunes de Revolución tuvo una resonancia ineludible. Si algún conflicto nos depara hoy Lunes, es su margen de credibilidad. Quien se le acerque como lector, puede tener la impresión de estar, al mismo tiempo, frente a un hecho en perfecta armonía con la época y las circunstancias en que se desarrolló (los inicios de la Revolución), y frente a un deliberado oportunismo cultural, favorecido por el entusiasmo que suelen generar los grandes acontecimientos históricos. Pero eso no es más que un buen estímulo para la interpretación de su legado. Se hace necesario recuperar Lunes para la historia de nuestra cultura desde el espíritu de la palabra y las relaciones contextuales…”
“Los estudios literarios y culturales en Cuba han prestado atención creciente al proceso de transculturación ocurrida entre la raíz española y la africana. Los trabajos etnológicos de Don Fernando Ortiz y los aportes de Lydia Cabrera establecieron las bases epistemológicas para el análisis del sincretismo entre la religión del esclavista y la del esclavo, y su repercusión cultural. Solo en los últimos años, y de manera un tanto aislada, se comienza a prestar atención a los fenómenos derivados de la presencia china en la conformación de diversas aristas de la cultura cubana, menos visible y generalizada que la africana, pero no por ello desestimable…”
Este panel está dedicado al tema de la emigración como fenómeno social y cultural. Su interés es discutir la problemática de la emigración contemporánea, vista no como fenómeno demográfico, económico, político o familiar, sino desde la perspectiva del contexto cultural en donde se desarrolla, de sus implicaciones desde el punto de vista de la cultura y de la sociedad.
“Con este ensayo me propongo analizar las opiniones de Juan Marinello sobre el papel de la intelectualidad en la sociedad cubana en el período 1923-1940, cuando él mismo se movió, laboró e interactuó dentro del grupo de vanguardia literaria, artística y política. Es conocido que este escritor y revolucionario vivió 78 años, de los cuales dedicó casi sesenta a la reflexión y creación literarias. Por esta razón, decidí seleccionar solo un corto período de su vida para repasar su intensa actividad cultural y política: su juventud y primera madurez. Algunos estudiosos reconocen este período como la etapa formativa de su labor intelectual…”
La ciencia y la producción científica forman parte del acervo cultural de un pueblo y de su identidad, y desempeñan un papel importantísimo en la configuración del pensamiento y la subjetividad. Por esa razón, este panel pretende debatir la centralidad de la ciencia en el proyecto socialista cubano en sus diferentes etapas; qué papel le ha correspondido al conocimiento científico en la transformación social, política y económica del país; qué se supone que pueda aportar la ciencia en estos momentos, entroncándola con una nueva concepción de desarrollo, incluyendo, por supuesto, lo social; qué significado tiene la ciencia para encontrar un camino alternativo, propio, de desarrollo.
En ocasión del aniversario 150 del nacimiento de José Martí, Temas entrevistó a Armando Hart, dirigente histórico de la Revolución, antiguo ministro de Educación y de Cultura, actual director de la Oficina del Programa Martiano. Su visión sobre la historia de las ideas, el conocimiento social, la fe y la cultura del socialismo, junto a otros problemas, ofrece un testimonio excepcional.
“Los estudios sobre el imperialismo actual no pueden limitarse a recolecciones y análisis de datos recientes acerca de la dimensión económica de las sociedades, seguidos de otros relativos a sus funestas «consecuencias» sociales, ni es suficiente llegar solo a comprensiones conceptuales acerca de aquella economía. Los análisis del imperialismo deben incluir su estrategia contra la formación de alternativas rebeldes a su dominación, y también considerar las formas y el grado en que la naturaleza actual de ese sistema favorece o debilita su propia estrategia. Solo así ayudaremos a la tarea crucial de relacionar la caracterización del enemigo de la vida humana y del propio planeta en que vivimos con el pensamiento y las propuestas de un movimiento plural que tiene como denominador común lograr cambios radicales y contribuir a la creación de «otro mundo posible»…”
Panel de debate dedicado a los factores que inciden en el éxito artístico. ¿En qué medida el mercado es una motivación, una restricción, o una imposición?, ¿en qué medida es un estímulo? ¿Cómo se crean patrones de consumo artístico inducidos por el mercado, y cómo estos afectan la producción artística?
El objetivo de este trabajo es ofrecer un panorama general de la producción literaria realizada por las escritoras cubanas que, por una u otra razón, salieron del país en diferentes épocas a partir del triunfo revolucionario de 1959, y que, desde su salida, residen (o residieron, en el caso de las ya fallecidas) permanentemente fuera de la Isla. Incluiremos también en este panorama a las autoras que, por decisión de sus padres, abandonaron la Isla cuando eran niñas o adolescentes y a las nacidas desde 1959 en el exterior, pero de ascendencia cubana.
Rafael Hernández conversa con la doctora Darla Deardorff sobre la competencia intercultural. En la entrevista se brinda un preámbulo teórico de este fenómeno a partir de su sistematización por la academia; se destaca su relevancia práctica para el mejor desenvolvimiento de las personas y, en particular, de los estudiantes, en el contexto de la globalización; se caracteriza su utilización en el trabajo de organismos internacionales como ONU, UNESCO, OCDE y se comparte los resultados de su aplicación en diferentes poblaciones. Por último, se identifica y cualifica su valor como instrumento de lucha para alcanzar mayores niveles de justicia social.
El artículo analiza las diferencias culturales entre la elite criolla culta que inició la Guerra de Independencia cubana de 1868 y las masas humildes que conformaron la mayor parte del ejército insurrecto. Esta elite convivió en los campamentos mambises con peones, esclavos, negros y mulatos de poca instrucción. Aunque mantuvieron sus diferencias culturales iniciales, la prolongada convivencia y los rigores de la guerra provocaron un acercamiento e integración entre ambos grupos. La música y las fiestas populares fueron un elemento unificador de las distintas culturas presentes en la insurgencia cubana.
“La religión ha desempeñado demasiadas veces un papel negativo en la convivencia de unos pueblos con otros. En virtud de esto, muchos llegan a pensar que es antihumana y que, mientras exista, no se puede esperar de ella sino alienación y perturbación para la vida y convivencia. Por el contrario, es un hecho profundamente humano; de ahí su universalidad. Demasiadas veces ha sido utilizada para manchar la dignidad humana, explotar al hombre y emprender acciones políticas inmorales. Pero no es esta su única cara. Ha servido también, históricamente, para cuidar del ser humano, ennoblecerlo, liberarlo y llevarlo a cuotas de un humanismo ejemplar y heroico…”
“El propósito de este artículo es concitar reflexiones a partir de un análisis desprejuiciado sobre las posibles derivaciones, beneficios, costos, riesgos, del incremento de la vida religiosa en condiciones de serias dificultades, además de su capacidad de influencia en la sociedad cubana, incluyendo a las propias organizaciones religiosas involucradas. Con ese objetivo se examina la relación religión-cultura, con el presupuesto de que tal nexo existe, constatable en la experiencia práctica, al tener la religión una significación cultural en el sentido más amplio del concepto; por más que ello haya sido negado desde una óptica racionalista extrema, felizmente en retirada, y sobrevalorado en persistentes criterios eclesiales triunfalistas…”
“Según los estereotipos en vigor con respecto a las culturas africanas injertadas en América, a los bantú se les considera «atrasados», en tanto portadores de una religión y una cultura menos compleja en comparación con el aporte yoruba. Sin embargo, el estudio de las diversas culturas bantú revela un pensamiento sumamente estructurado y de considerable complejidad. En este artículo nos proponemos asomarnos a un aspecto poco tratado de ese pensamiento oriundo de África: el del código de colores bantú,,,”
Este panel de discusión está dedicado a debatir qué es un ciudadano, cómo se forma y cuáles son los factores —de carácter social y cultural— que inciden en su formación.
“En Cuba no podemos hablar, dentro de la tradición de pensamiento, de filósofos «puros», sino de hombres volcados a la acción civil o patriótica, pedagógica, científica, política, cuyos pensamientos condujeron a formar una conciencia común y a cimentar las bases de un pensamiento que calzaría tanto la acción individual como la colectiva.
“La problemática que abordaremos en este trabajo posee dos caras. La primera y principal tiene que ver con un conjunto de creencias, imágenes, símbolos y metáforas modernas acerca de la vida, la identidad, la otredad y el lugar de lo limpio y lo blanco, en contraposición a lo bajo y oscuro, pero también a lo sucio. La segunda se fue cribando desde el campo de las culturas subalternas, y logró resemantizar o carnavalizar los sentidos estigmatizantes de los discursos y creencias higienistas y escatológicas de nuestras burguesías y oligarquías latinoamericanas…”
“Este trabajo tiene como objetivo comprender algunos elementos rectores de las dinámicas socioculturales, que sirven de marco a la participación de los distintos actores locales en el desarrollo cultural. Para ello, en primer lugar, parece indispensable trazar una ruta que ayude a colocarlos, a identificar sus propósitos, estrategias y acciones, así como valorar sus alcances e interrelaciones. En segundo lugar, aspirar a vislumbrar las oportunidades y debilidades de las instancias municipales y sus distintas comunidades de articular estrategias y crear espacios para el crecimiento de las capacidades de participación en la toma de decisiones de los distintos actores presentes en sus escenarios de acción. No pretendemos, por supuesto, agotar asuntos de tanta complejidad; solamente brindar unas notas para la discusión…”
¿Qué significa hablar correctamente? ¿Podemos considerar un patrón superior que no tiene en cuenta diferencias y particularidades o se trata más bien del patrón de un grupo social, de una región, de un grupo étnico-racial, de una condición urbana o rural? ¿Los medios de comunicación masiva, la escuela, los espacios comunitarios, la difusión de la música popular, afectan, facilitan o entorpecen el desarrollo de criterios adecuados en relación con el habla? ¿La enseñanza del español, el cuidado de las normas, en la escuela, en la familia, en los medios de comunicación, se han visto afectados por la crisis de los últimos años? ¿Cómo los cambios que han ocurrido en los espacios sociales configuran la formación del habla popular y las normas sociales?
El debate en el ámbito deportivo, principalmente en el beisbol, es algo ya tradicional en Cuba; se discute en las calles, las casas, los centros de trabajo, y en peñas deportivas ya organizadas en todo el país. El panel se propone discutir si ese afán de debate se limita al deporte o es algo consustancial a la idiosincrasia del cubano. ¿Se pudieran encontrar en la vida pública otros ejemplos de esa euforia discutidora, de ese afán de debate? ¿En qué sentido el debate beisbolero puede servir de modelo para la cultura del debate en Cuba?
“Metafóricamente hablando, los soviéticos eran para nosotros algo así como el hermano mayor cuyos bíceps nos hacen sentir orgullosos del parentesco, por enclenques que seamos. Cuando solo podíamos soñar con viajes al cosmos y con la energía nuclear, ellos ya los tenían. Y para los habitantes de una islita casi en el traspatio del imperio del dólar, eso vale mucho. Aunque sea, como dirían los psicólogos --¿o eran los economistas--, en forma de capital simbólico. Las huellas históricas de la presencia de la Unión Soviética en este proceso nuestro no las discute nadie. Sobre todo en los primeros años, la supervivencia de la Revolución habría sido problemática sin la mano que nos echaron…”
“En años recientes, ha ocurrido una verdadera explosión discursiva con respecto al concepto de «identidad», en el mismo momento en que ha sido sometido a una aguda crítica. ¿Cómo se explica esta paradoja? ¿A quién le hace falta continuar el debate sobre la «identidad»? Hay dos formas de responder esta pregunta. La primera es distinguir lo que hay de característico en la crítica deconstructiva a la que han sido sometidos muchos de estos conceptos esencialistas. A diferencia de las formas de crítica enfiladas a sustituir conceptos inadecuados por otros más «verdaderos», o que aspiran a producir conocimiento positivo, el enfoque deconstructivo pone conceptos claves «bajo el borrador». Esto indica que, en su forma original y no reconstruida, ya no son útiles como «herramientas para pensar»…”
“El XIX fue el siglo en el que se definen los primeros géneros musicales cubanos, a la vez que los indicios de un nacionalismo musical, que en la segunda mitad del siglo queda totalmente consolidado, representado por los compositores Manuel Saumell, José White, Nicolás Ruiz Espadero, Ignacio Cervantes y Miguel Faílde. La contradanza y el danzón fueron sus elementos germinadores…”. El artículo aborda la creación y las características de los géneros musicales del siglo XIX y la primera mitad del XX: habanera, contradanza, danzón, guaracha, rumba, son, bolero, mambo, chachachá y mozambique.
“Heredada de la ancestral Europa, aún en las dos primeras décadas del siglo XX la música de concierto creada en Cuba mantendría el apego a las normas estéticas procedentes del romanticismo europeo finisecular, aunque algunos compositores ya manifestaran expresiones de acento nativo. Sin embargo, una vez terminada la Primera guerra mundial, se produjo en el pensamiento intelectual cubano una vertiente de afianzamiento de la identidad cultural como coherente reflejo del resurgir de la conciencia nacional. Tradición, modernidad, folklorismo, asimilación foránea, exclusión, integración, entre otros, fueron términos alrededor de los cuales, a modo de puntos de referencia, comenzó a girar desde entonces el problema fundamental de la cultura cubana: la definitiva afirmación de una identidad propia desde el modo de expresión contemporáneo…”
“Una visión sistémica de la cultura debe concebir al ser humano como una entidad que existe también en el espacio social. Este enfoque permitirá analizar las interacciones que se producen entre culturas y seres humanos, tanto en el interior de un espacio como en su relación con sujetos ubicados en otros. Cualquier análisis acerca de la cultura (musical en este caso) que pretenda ser esclarecedor, debe partir también de esa premisa, pues toda cultura musical lleva en sí misma «objetivadas» las dinámicas socioculturales que caracterizan al tipo de comunidad donde el sujeto creador de la cultura desenvuelve su vida…”
A partir de sus viajes entre Italia y Gran Bretaña, y visitas a Cuba, el autor intenta entender la posición de la música cubana vista desde Europa y su relación con los mercados musicales y los diferentes públicos del mundo y su posible inclusión en la categoría world music.
“Definir la timba es una tarea harto difícil, pues no se escribe con notas musicales. Se trata más bien de una combinación de estilos musicales, de tendencias creativas en las que imperan tres fuentes sonoras principales: el jazz, fundamentalmente el latino y el afrocubano; la rumba y, más que todo, lo que algunos musicólogos y rumberos hoy definen como rumba guarapachanguera; y el complejo del son en toda su extensión. Por eso en su ejecución funciona más un libre albedrío organizado que la inspiración aleatoria, como muchos pudieran pensar…”
El autor expone algunas ideas a las que ha ido arribando sobre el quehacer de una zona de la música cubana (que él llama canción cubana contemporánea), insertada en el nuevo pensamiento sociocultural surgido en el país durante el decenio de los 80 con la irrupción de quienes habían nacido en los 60 a los primeros planos de la actualidad nacional.
“Tuve que pensar mucho antes de decidirme a entrevistar al maestro César Portillo de la Luz. La fama de su personalidad polémica, bien ganada, era un desafío. Pero siempre ha sido consecuente con su manera de pensar, sin dejar de ser un hombre comprometido con su tiempo. Con esos antecedentes, corrí el riesgo. En su casa, café en mano, compartimos su preocupación por Cuba, el destino de la música y el amor; su público, al que no ha abandonado durante sesenta años, hablando con su voz, enfrentándose, denunciando y escribiendo…”
“El siglo de las luces «suena», como sin lugar a dudas suenan, aunque de diferente manera, todas las novelas de Alejo Carpentier, unas más que otras, por supuesto”. El autor ha conformado un corpus en el que se incluye todo lo que pudiera servir para tener una idea de la «banda sonora» de la novela, sin los diálogos de sus personajes. El estudio de esta banda sonora le ha permitido, además, proponer algunas hipótesis, que se explican en este artículo.
“Pensar una ciudad como La Habana a la distancia de una generación, supone un doble reto: de una parte, imaginar el contexto cubano dentro de unos decenios y, de otra, conjeturar cómo la ciudad, es decir, sus ciudadanos, van a sufrir, asumir o liderear esos cambios. La primera reacción es intentar entrever o construir un contexto a partir del cual se pueda derivar un escenario urbano como su expresión ciudadana. Pero el abanico que se abre es lo suficientemente diverso como para merecer un estudio aparte, puesto que puede ir desde los más locos sueños a los más angustiados temores. Desde La Habana deseada, añorada, esperada, defendida y reconstruida, a La Habana destruida, abandonada, asaltada y vendida por piezas al mejor postor…”
“En los últimos cinco o más años, algunos países de Centroamérica han estado sufriendo el impacto de la caída de su economía agroexportadora, que ha golpeado, sobre todo, a los trabajadores agrícolas de las plantaciones de café en Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala, entre quienes la pobreza y la inseguridad alimentaria se acentuaron, por lo que, para no morir de hambre, tuvieron que ser incluidos en un programa internacional de ayuda alimentaria…”
¿Qué quiere decir debate de ideas? ¿Qué significa propiciar o construir una cultura del debate? ¿Ha tenido realmente alguna incidencia sobre el pensamiento social y la cultura en estos últimos diez años? ¿Qué factores afectan el desarrollo futuro de una cultura del debate? ¿Qué problemas de fondo deberían ser enfrentados para que se expanda esa cultura? Intelectuales procedentes de distintos campos de la cultura intercambian sobre estas interrogantes, a propósito del décimo aniversario de Temas.
(Síntesis de la relatoría del III Encuentro de Turismo Cultural-NAyA, Buenos Aires, 2003) “¿Qué está pasando con el turismo? ¿Qué impactos ocasiona en la sociedad receptora? ¿Qué pasa en las sociedades emisoras que generan las condiciones para que el turista frecuentemente se comporte como un predador cuando sale de su medio? ¿Existe intercambio cultural entre visitante y visitado? ¿Cómo reaccionan las poblaciones anfitrionas a los diferentes tipos de turistas? ¿Cuáles son los mitos construidos en torno al turismo? ¿Puede el turismo contribuir con la preservación del patrimonio? ¿Cuáles son los efectos del turismo en las identidades locales?...”
“El turismo es probablemente la actividad económica que involucra a más sectores, niveles e intereses de la sociedad. A la vez, la protección del medio ambiente es parte esencial de su desarrollo, ya que sin una adecuada calidad ambiental, el turismo actual y futuro puede verse comprometido, al igual que las organizaciones turísticas, los turistas y las comunidades receptoras. Por su doble papel, el turismo puede contribuir positivamente al desarrollo socioeconómico y cultural, pero, al mismo tiempo, provocar la degradación del medio ambiente y la pérdida de la identidad local…”
“Como estrategia para promover el crecimiento económico, el turismo es un fenómeno relativamente nuevo, a pesar de ser cada vez más popular en algunas regiones. Quizás lo que mayor fortaleza le otorgue a este aspecto es el modelo español, una ruptura respecto a la estrategia de desarrollo económico tradicional, en la que el proceso de industrialización ha obtenido las divisas para su financiamiento fundamentalmente del sector turístico y no de los sectores primarios, como había sucedido en los países más desarrollados...”
“Hoy día, las empresas turísticas incorporan la actual revolución tecnológica y los avances de la gestión informática digitalizando la mayoría de los procesos; entre ellos el denominado e-marketing, las agencias de viajes on-line, con centrales de reservaciones en Internet, y el acceso a los destinos turísticos más recónditos del planeta. De hecho, la innovación tecnológica adquiere una importancia predominante en el proceso de sustitución de los paquetes turísticos tradicionales por nuevos productos sensibles al mercado…”
¿Qué es el entretenimiento? ¿Qué formas de uso del tiempo libre constituyen lo que podría definirse como entretenimiento? ¿Será que la experiencia cultural ligada al entretenimiento se diferencia de la no ligada en que la primera es para «pasarla bien», y la segunda requiere un esfuerzo que no necesariamente está relacionado con un goce o un placer físico o psíquico? ¿en qué medida el entretenimiento promueve valores culturales? ¿Esos entretenimientos «no culturales» no están definiendo una forma de conducta, de comportamiento y de valores que son toda una cultura —y a veces una cultura más aplastante que la que se identifica aquí como la verdadera?
“Al terminar la Guerra fría se vinieron abajo las nítidas fronteras entre los discursos ideológicos que ofrecían una visión de futuro y valores claramente diferenciados para grupos políticos y sociales. Para llenar gran parte de ese vacío, la gente se volvió hacia su «cultura tradicional», la reconstruyó o la inventó. Esta expresión ideológica de la supuesta superioridad cultural de la civilización tecnológica y científica occidental, basada en un enfoque reaccionario de la dialéctica hegeliana, enlaza, de manera paradójica, con el debate en torno al «fin de las ideologías»…”
“Escribir este artículo ha significado para mí un desafío para pensar en puentes entre la historia ambiental y la ecología política, y el vasto campo inexplorado que representa la agroecología. De la misma forma que la ecología política, la agroecología debe mantener una vigilancia reflexiva sobre su propia práctica. No pueden devenir nuevos dispositivos despóticos inapelables. Su herencia plural no debe cristalizarse en un saber «técnico», autorreferente, supuestamente aislado de las demandas y necesidades sociales…”
“El estudio de la economía y cultura campesina, en su más amplio diapasón, sigue siendo una asignatura pendiente de las ciencias sociales y técnicas cubanas. A la altura del siglo XXI, las nuevas realidades obligan a retomar la cuestión agrocampesina de modo más profundo y amplio, desde el ángulo de sus relaciones económicas específicas, su filosofía y prácticas técnico-productivas, en articulación con la naturaleza, y sus potencialidades productivas, sociales y culturales en los grandes marcos de la construcción de una sociedad más justa y equitativa…”
“El campesinado, en tanto que sus actividades humanas se desenvuelven en un medio de economía familiar y social, integra un segmento poblacional de la sociedad civil, con una visión individual y comunitaria acerca de sus intereses y objetivos de sobrevivencia, percepción que define y determina sus relaciones con el ecosistema donde habita y del cual obtiene los medios para subsistir. Los hombres y mujeres del campo han adoptado códigos de comportamiento basados en los valores que les son intrínsecos, y que difieren de los urbanos. Esto no significa que esa cultura sea mejor o peor que otras; sencillamente es diferente…”
“Desde hace más de trescientos años, el desarrollo agropecuario del país se ha producido contra nuestros recursos naturales, principalmente la vegetación, el suelo agrícola y el agua. No podemos excluir de este proceso que el modelo de desarrollo en esa esfera productiva, desde 1959 hasta hace solo quince años, haya operado igualmente en detrimento de estos, al mantenernos dependientes en la alimentación, y con un alto grado de vulnerabilidad, dándole continuidad a un problema acumulado y comprometiendo el futuro…”
“Este texto no pretende agotar el tema de la energía en la agricultura, sino solo discutir algunos aspectos conocidos –y otros a veces no tan obvios– en la formación de una cultura energética. En la agricultura se utiliza la energía proveniente de muchas fuentes y en sus diversas manifestaciones. Pero la agricultura también ayuda a su generación. La economía tradicional solo se interesa por los recursos escasos. Sin embargo, los abundantes y al alcance de todos –la luz solar, el viento, el aire y el agua–, para que sean verdaderamente eficaces, deben restringirse tanto en su acceso como en su uso, o distribuirse a través de mecanismos de regulación…”
“De manera general, la conversión de un hábitat natural en área para la agricultura provoca que especies de plantas presentes de forma natural sean remplazadas por un número pequeño de especies introducidas. Además, la fauna silvestre se ve desplazada y se eliminan insectos y microrganismos por la acción de los pesticidas. También ocurren cambios en el funcionamiento del ecosistema, especialmente en el ciclaje y almacenamiento de energía y nutrientes, así como en la percolación y el almacenamiento del agua. No obstante, todos los tipos de conversión de hábitat no son igualmente dañinos, y algunas áreas con prácticas agrícolas tradicionales pueden llegar a contener hasta 50% de la diversidad de especies…”
“Las aplicaciones de la transferencia de genes (transgénesis) a las plantas son numerosas, pues no solo tienen relación agronómica, sino que también se ensayan en medicina, recuperación de suelos, cosmetología, obtención de variedades ornamentales, entre otras. En este trabajo nos referiremos solamente a las aplicaciones agronómicas más conocidas, que a su vez generan el mayor impacto sobre las opiniones del público…”
¿En qué medida la práctica cubana de la danza se inserta y se diferencia de las grandes corrientes mundiales? ¿Qué rasgos particulares la caracterizan? ¿Hasta qué punto estos se diferencian según cada manifestación danzaria específica, o más bien resultan comunes a todas? ¿En qué medida se ha creado un lenguaje danzario en Cuba que haya contribuido a una diferenciación de la forma de hacer ballet, folklore, danza contemporánea?
“El fenómeno de la globalización, a partir de los países de mayor desarrollo, se convierte en un medio de difusión de los modelos de vivir y pensar de estos países. Se produce una influencia cultural –básicamente norteamericana– sobre el resto del mundo, y que encuentra resistencia en las culturas locales de numerosos países. Esa influencia abarca tanto elementos ideológicos como económicos y comerciales que invaden nuestra existencia y nuestras costumbres sociales de múltiples formas…”
“Los grandes medios de difusión masiva de grandes potencias, encabezadas por los Estados Unidos, y connotados académicos y escritores del mundo occidental, han creado una imagen distorsionada y reduccionista de la cultura y la religión islámicas, acelerando un proceso de demonización y deslegitimación iniciado varios siglos atrás. Con este artículo, de carácter histórico, pretendo una sistematización de sucesos fundamentales sobre ellas, que permita al neófito un acercamiento sociohistórico y cultural-religioso a una realidad que hoy enfrenta la perspectiva político-ideológica, pero que apenas dispone de elementos para comprenderla…”
“Mundialización designa la fase neoliberal del capitalismo, que extiende la ley del valor al conjunto de las poblaciones del globo terráqueo. Al liberalizar los bienes y servicios a escala planetaria, bajo condiciones de enormes desigualdades, este sistema económico amplía las fronteras de la explotación de los recursos naturales y del trabajo hacia los confines del universo y afecta el destino de los pueblos autóctonos…”
¿Qué es la cultura popular?, ¿qué es, por oposición a lo que sería la cultura no popular?, ¿en qué medida, en el concepto de patrimonio cultural y en el de folklor, está contenida o no la cultura popular?, ¿cuál es la diferencia entre cultura popular y folklor?, ¿qué área de la cultura popular no está contenida dentro de lo que llamamos folklor o patrimonio cultural?, ¿hay una desnaturalización de la cultura popular cuando se convierte en un producto mercantil?
(Mención en el Premio Temas de Ensayo 2004, en la categoría de Ciencias sociales)
“Con la Revolución cubana, los marcos del modelo de la institucionalidad democrática burguesa y de la idea prevaleciente sobre la democracia, el papel del intelectual como élite letrada y la propia concepción de la cultura, fueron desbordados por los nuevos habitantes de la ciudad política. La pérdida del respeto hacia ciertos valores del pasado propició, sobre todo, la rebelión cultural contra la propiedad privada y la caída de toda la fuerza simbólica que podía denotar aún aquella democracia representativa. Una nueva cultura en Cuba se iría creando por la ruptura de las jerarquías sociales: la igualdad como valor, el reconocimiento del derecho a la propiedad sobre la tierra y la vivienda a grandes segmentos poblacionales, la apropiación de la ciudad como espacio público real, la salida de los y las adolescentes del claustro familiar y su entrada masiva al ruedo de lo social, la universalización de la enseñanza, la relativa nivelación de los ingresos, la socialización de la economía, etc…”
(Entrevista con Gianni Vattimo, profesor de Filosofía en la Universidad de Turín, Italia)
“El lector de estas páginas se percatará de que los tópicos abordados recorren precisamente hitos importantes de su obra, que él explica y contextualiza con claridad. El entrevistado entra de frente, o apenas roza a veces, temas altamente polémicos. La presencia de estos asuntos no es un hecho fortuito, ni el resultado de la dinámica imprevisible del diálogo, sino parte esencial del propósito de esta entrevista”.
Panel dedicado a la caracterización de la cultura política existente en Cuba después del golpe de Estado de 1952 y justo antes del 26 de julio de 1953; es decir, cuáles eran los valores, la opinión pública, las actitudes hacia los problemas de la esfera pública, el consenso, la movilización de la sociedad civil y en qué contexto internacional tenían lugar estos fenómenos.
“La medicina ya no se coloca solamente en la taxonomía de las enfermedades, somáticas o mentales, y en el saber que se les opone. Revela que la referencia a ella ya no tiene límites para la apreciación de los comportamientos de una persona, o de las maneras de ser de un grupo o una población. Esta extensión de la medicina que está siendo convocada, bajo una forma real o alucinatoria, a todos los niveles de nuestra existencia, desde el nacimiento a la muerte, sugiere una obsesión por la normalidad. El desarrollo de la cultura biomédica y la medicalización de nuestras actividades corporales y mentales suponen una búsqueda de la normalidad corporal y mental…”
Este panel discute la problemática del consumo en sus dimensiones económica, social y cultural. ¿Cómo se genera el consumo en el mundo contemporáneo globalizado? ¿En qué medida el consumo tiene una significación directa en los grupos sociales, según sus diferencias? ¿Hasta qué punto es algo extensible al mundo entero de acuerdo con las características del sistema social?
“El equilibrio entre el uso comunitario del espacio público y la expresión de valores estéticos en los atributos arquitectónicos y urbanísticos, fue una de las características básicas de la ciudad colonial, que perduró hasta el siglo XIX. A inicios del siglo XX, la monumentalidad ecléctica cambió la escala de la centralidad, adaptada a los nuevos rituales establecidos por las élites locales…”
“¿Promueve o deforma a las diversas artes la atención que se les brinda? ¿De qué modo usan los activistas culturales a los académicos para obtener atención y legitimidad y de qué modo usan los académicos a los activistas-artistas para enseñar uno u otro valor estético culturalmente condicionado que modifique las predisposiciones políticas? La cultura puede hacer daño, por ejemplo, cerrando filas étnicas para alimentar la intolerancia. Y puede hacer bien desarrollando estrategias para alcanzar objetivos específicos y para promover el respeto hacia uno mismo y los demás, que permita el contrato democrático…”.
“En el nuevo milenio, en medio de avances sin precedentes de la humanidad en cuanto a la producción, la ciencia, la técnica, la información y las comunicaciones, resulta paradójica la existencia de la pobreza, indigencia, precarización y marginalización absoluta en ciertos espacios urbanos, y la inseguridad asociada. Las ciudades de América Latina muestran una realidad contrastante: exhiben zonas ultramodernas y residenciales lujosos, al tiempo que persisten y se amplían los cinturones de miseria…”
“De la ciudad industrial del XIX a las llamadas ciudades globales del XXI han trascurrido algo más de ciento cincuenta años de observación social. Me interesa rescatar aquí las principales transformaciones actuales, sus continuidades y rupturas con los modelos anteriores y los posibles efectos sociales de estos cambios. Para ello, me concentraré en un fenómeno de renovación o gentrificación recientemente ocurrido en mi ciudad, Buenos Aires…”
“El propósito principal de este artículo es analizar los procesos de negociación y conflicto que tienen lugar en la “zona hip-hop”, entre la producción comercial de bienes musicales y su reapropiación y utilización por distintas comunidades locales. Al privilegiar una estrategia hablada como el rap, que problematiza la experiencia vivida, y prácticas espaciales como el breakdance y el graffiti, que se apropian de los lugares públicos, el hip-hop ofrece una forma interesante de observar cómo los espacios globales y locales se construyen…”
“La apropiación del espacio en el acto monumental, como materialización de un discurso no dialógico, la oficialización de unos discursos en desmedro de otros, la erradicación o desplazamiento de algunos monumentos y la vandalización de otros dan cuenta de la pugna existente por la dominación histórica e ideológica del espacio público. Esta puede ser reconocida en momentos de la historia latinoamericana en los que perspectivas históricas, políticas y sociales opuestas llegan a converger en torno a monumentos públicos susceptibles a transformaciones que buscan validar, dislocar, descentrar, transformar o a erradicar el sentido de lo representado…”
“El simple acto de viajar se inscribe dentro de los complejísimos y contradictorios problemas por los que atraviesa la humanidad. Ello, sin embargo, se aparta de las intenciones de este trabajo centrado en los imaginarios alrededor del acto de viajar hoy en Cuba. Estos manan de las condiciones de existencia, relaciones y accionar de las personas; de las prácticas, de los seres humanos, acumulables en el sentido material y simbólico. Son resultado de la coyuntura y la tradición. Es posible descubrir, en ellos, momentos contradictorios de continuidad y de ruptura...”
La hegemonía brasileña ha cooptado el samba y el funk –ritmos de origen popular y de resistencia, que tienen impactos políticos-- por medio de los procesos propios de la modernidad/colonialidad y la apropiación cultural. El objetivo de este ensayo es mostrar cómo los gobiernos brasileños se han apropiado de las expresiones de la cultura popular para la creación de un discurso para el interior y de una imagen para el exterior, como recurso de unidad endógena y de industria cultural exógena, instrumentos para el desarrollo de las élites del país en términos económicos y sociales
“En la década de los 90, en toda América Latina comenzaron a surgir universidades interculturales. En México, en poco más de diez años se han formado dieciocho de este tipo. Aquí examino el estudio de caso de una para jóvenes indígenas en una zona rural precaria de México: la Intercultural de Espinal, Veracruz. Su creación nos habla de la nueva dinámica en el proceso de identidad en este contexto global-local que promueve la re-reivindicación de las conexiones, mientras permite el aislamiento de las zonas más marginadas…”
¿Cómo explicar Temas a quien no la conozca? ¿En qué medida el nivel del análisis y el debate críticos de la revista se han podido sostener en el tiempo? ¿Cómo medir su alcance, dentro y fuera de Cuba? ¿Cuáles han sido sus limitaciones e insuficiencias? ¿Cómo cumplir plenamente su misión en el presente y futuro inmediato? Colaboradores, acompañantes, lectores, usuarios, miembros de la familia de Temas desde sus inicios e incorporados en el camino, junto al público asiduo al espacio Último Jueves, juzgan e intercambian impresiones acerca del proyecto de la revista, a los veinticinco años de su primer número.
“Se sobrentiende que los estudios socioculturales sean, por su propia naturaleza, de carácter multivalente, al declarar la necesaria integración de dos objetos de conocimiento en uno solo. Sin embargo, aunque tal supuesto propone una juntura, es pertinente establecer las debidas matizaciones. De lo expuesto se colige que toda sociedad genera una cultura propia que repercute en la socialización de los implicados en ella. Así, la relación sociocultural se torna en una calle con idas y vueltas permanentes: sociedad-cultura-sociedad…”
Este artículo recorre las fértiles polémicas que, en los años 60 del siglo XX, giraron en torno a las políticas culturales cubanas.
Se analiza la relación entre extensionismo rural, cooperativismo agrícola y agricultura familiar y se examina los nuevos elementos que hoy permean esa relación. A diferencia del pasado, la relación entre extensionismo rural y cooperativismo tiene como horizonte la posibilidad de ampliación de los espacios de participación democrática, al permitir el reconocimiento de la importancia de la agricultura familiar, aunque pesen sobre el futuro de esas prácticas sociales las incertidumbres de la actual coyuntura política.
¿Qué es el fundamentalismo?, ¿cuál es su origen? ¿A qué llamamos fundamentalismo religioso? ¿Qué problemas concretos de la cultura, de la sociedad, de la práctica religiosa, se relacionan con el fundamentalismo? ¿Todo lo que se deriva de él es negativo, o hay aspectos positivos que, de alguna manera, contribuyen a transformar el pensamiento y las prácticas religiosas? Varios conocedores de la materia y un público interesado reflexionan y dialogan sobre estas interrogantes.
“La realidad del trabajo doméstico remunerado está marcada por múltiples tensiones que provienen de sus características particulares: se desarrolla en la privacidad de un hogar, se convive con una familia ajena, para la cual se realizan tareas continuas, imprescindibles pero menospreciadas. Este ámbito favorece situaciones discriminatorias, de violencia verbal e incluso de cierta explotación del trabajo que sobrepasa los límites de cualquier jornada laboral. Estamos en presencia de una actividad difícilmente visualizada a nivel social, debido a su aislamiento, carente de relaciones asociativas y desprovista de amparo legislativo…”
Se valora las discusiones y puntos de vista contradictorios/complementarios sobre los «universales culturales» para realzar las claves que permitan empoderar un discurso contrahegemónico sobre la diversidad cultural y las identidades culturales. Es posible valorar las aproximaciones sucesivas de la antropología sobre los denominados e imaginados «universales culturales» y sus vínculos con la diversidad cultural y las identidades.
El tratamiento de la impronta krausista en la cultura cubana ha tenido por lo general el objetivo de demostrar su inexistencia o la precariedad de sus manifestaciones, tipificándose por una posición subjetiva adversa al reconocimiento del influjo krausista en figuras paradigmáticas de nuestra historia política y cultural. Proliferaran en la historiografía del tema tópicos y estereotipos deformantes como el que percibe a Krause como un mediocre epígono de la Filosofía Clásica Alemana, místico y nebuloso. Desde las perspectivas que configuraba la referida valoración de Krause, se estima inadmisible que sus ideas hubieran podido dejar su impronta sobre el pensamiento de un Luz y Caballero, o un Martí; en el examen de la presencia del krausismo en el pensamiento de este último es que se centra el artículo.
Este artículo resume un estudio sobre las relaciones y actitudes hacia el deporte en los casos de mujeres con distintos orígenes culturales y lingüísticos en Australia. ¿Por qué las mujeres de otros orígenes culturales y lingüísticos muestran bajos niveles de participación en los deportes? ¿Cuáles son sus percepciones sobre estos? ¿Cómo pueden los encargados del deporte ampliar las oportunidades de participación de las mujeres en estos casos? Estas fueron las preguntas claves de este estudio indagatorio de las experiencias y opiniones, tanto de las mujeres de estas procedencias como de los responsables de las actividades deportivas.
“La multicultural inmigración española participante en el poblamiento de Cuba trae entre sus hábitos, tradiciones y costumbres, sus experiencias deportivas, las que con los años se integran a la naciente sociedad criolla, teniendo en cuenta los gustos, posibilidades y necesidades espirituales de las clases, estamentos y grupos sociales de cada localidad. El gusto aristocrático por la caza, la natación, la esgrima, la equitación y el ajedrez, expresión tanto de elegancia y distinción como de poder en la sociedad feudal española, es imitado por las familias ricas de la Isla…”
El texto pretende comprender cómo la globalización se está delineando en la esfera cultural, específicamente en el fútbol, que a partir de los años 30 y los 40 fue incorporado como uno de los elementos de la nacionalidad brasileña y ha sido caracterizado por sus pensadores como portador de una identidad propia que lo distinguiría frente a otras naciones. En ese sentido, cabe preguntar si, frente a un mundo globalizado, este deporte ya perdió la identificación como el «alma nacional» o si esta persiste, «sirviendo» como producto cultural brasileño (si es que podemos llamarlo así) que, por bueno, es mundialmente exportado.
“Ya desde principios del siglo XX se destacó una ofensiva hispano-vasca cuando, en 1901, se inauguró una gran instalación de jai alai con fines industriales, con previstas apuestas públicas oficiales, concebida por iniciativa de un grupo de personalidades vascas enriquecidas en tierra cubana. Pero en lo referido al desenvolvimiento del sport y el recreo en las sociedades españolas, no es hasta unos años después cuando le dedicaron su interés, igual que a las giras y al baile. Para esos años, los deportes de origen anglosajón habían copado el entusiasmo de la población con posibilidades económicas reales…”
“La ciudad de Beijing se prepara para protagonizar el mayor espectáculo deportivo mundial, que tendrá efecto en el verano de 2008. La capital de la República Popular China, con más de quince millones de habitantes y una larga historia cultural reconocida mundialmente, vive un momento de gran actividad económica, constructiva, organizativa, social, a fin de estar lista para acoger sus próximos Juegos Olímpicos. Las actividades artísticas no están exceptuadas de esa preparación. Sobre esto, y en especial sobre la relación deporte-cultura, Temas conversó con el Consejero Cultural de la Embajada de China en Cuba, señor Zheng Kejun…”
“La sociedad del conocimiento es un campo de diversas interpretaciones. Para algunos, solo se ha alcanzado parcialmente; para otros, es un referente, una aspiración; y para otros más, estamos en ella plenamente, y por tanto reflexionar al respecto sería hacerlo sobre la sociedad en que se vive, con todas las múltiples variantes y complejidades que esto supone. Es también plantearse qué sociedad del conocimiento nos es relevante a nuestras necesidades, intereses y fines...”
“Toda obra genuinamente precursora, en tanto desbroza caminos y enuncia nuevos problemas, no se plantea solventarlos, sino contribuir de algún modo a su esclarecimiento. Este parece ser el caso de Ser cubano. Identidad, nacionalidad y cultura, de Louis Pérez, Jr., historiador de las relaciones internacionales entre Cuba y los Estados Unidos, autor de algunos de los más importantes estudios relacionados con esta temática, quien se acerca al área de contactos culturales que se creó entre el naciente imperio estadounidense y la última de las naciones latinoamericanas en obtener su independencia, en el siglo XIX…”
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