“La globalización fragmentada del sistema-mundo pone a debate las potencialidades de la diversidad cultural y de las identidades como recurso humano de la sabiduría acumulada, el necesario respeto mutuo por expresiones culturales no compartidas, el sentido histórico de la continuidad cultural, así como su valor económico y patrimonial. Sin embargo, la salvaguardia de la diversidad cultural y el reconocimiento de las identidades culturales se relacionan con temas abordados reiteradamente por los estudios antropológicos, como las sucesivas aproximaciones a los «universales culturales», y las relaciones de convivencia entre grupos humanos diversos…”