La gestión de las artes en Cuba no está ajena a las transformaciones socioeconómicas que vive su sociedad. En especial en la capital surgen continuamente nuevos modelos de gestión de la cultura. Muchos de ellos están signados por fórmulas de trabajo que aplican la autogestión, la horizontalidad y que son en ocasiones más dinámicas y eficaces que el sistema institucional del Estado, con el que sería conveniente y deseable que interactuaran, de manera legal y organizada.