jueves, 21-11-2024
“La disyuntiva acerca del lugar que debe ocupar la mujer --familia o sociedad-- y su incorporación o no al trabajo asalariado --madre o trabajadora--, como elementos discordantes de un mundo dicotómico irreconciliable, ha dejado de ser en Cuba una interrogante social, decidida definitivamente por el reconocimiento de todos los derechos de las mujeres económicos, políticos, civiles, culturales, sexuales, reproductivos y sociales como parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales…”
“Quizá porque la familia es un grupo cuya comunicación, narrativa y dinámica diaria discurren en el marco de relaciones significativas y de carácter preponderantemente afectivo, constituye una de las instancias más poderosas dentro de los agentes socializadores y productores de sentido. En tanto institución y grupo humano, aquella es portadora de valores instituidos desde lo social (culturales, éticos, morales, religiosos, políticos, económicos), a la vez que se vuelve instituyente de sus propios valores, concebidos como síntesis única e irrepetible entre lo particular y lo general…”
Se propone buenas prácticas de autocuidado entre familias atravesadas por las migraciones, pertinentes para todas y todos en general. Las reflexiones conclusivas transitan por los aprendizajes identifcados en los vínculos con familias migrantes y el autocuidado responsable más allá de las fronteras, el cual se comprende como las prácticas concretas del cuidado de cada persona desde la ResponsHabilidad, término utilizado en los Talleres Experienciales de la Sección InterCreAcción.
“La familia, con justicia acusada de «desdisciplinariedad» o de «transdisciplinariedad», ha sido motivo de debate para políticos y científicos desde el siglo XIX. El saber empírico que todos los seres humanos tenemos de ella, por el simple hecho de provenir de una y fomentar otra en la edad adulta, y el hecho de que en gran medida la historia de las sociedades depende de la historia de sus familias, hacen que en torno a su estructura y destino se tejan enconadas polémicas, susceptibles de ser reducidas a dos posturas extremas: la de los que denuncian su crisis y anuncian su próxima desaparición, y la de quienes la consideran como la institución social más poderosa…”
Cuba es un país envejecido. El último censo realizado en septiembre del año 2012, arrojó que 18,3% de la población tenía sesenta años o más y, al cierre de 2017, la cifra fue de 20,1%. El significativo declive de la fecundidad, el aumento de la expectativa de vida y el persistente saldo migratorio negativo, son tres eventos sociodemográficos que han conducido al envejecimiento acelerado de su población y han tenido un impacto en las estructuras, dinámicas y funcionamiento de las familias. Entender la relación de las personas mayores y sus familiares en Cuba así como los actuales arreglos de convivencia, es comprender un conjunto complejo de factores que se imbrican entre formas diferentes de envejecer, dinámicas plurales de familia y las particularidades del contexto social cubano.
La familia, entendida como el primer espacio de pertenencia y referencia de las personas, tributa a la reproducción y al mantenimiento de la especie humana, cumpliendo diversas funciones para el desarrollo biológico, psíquico y social de sus miembros. «En el plano conceptual, la familia como institución ha sido menos abordada, argumento que pudiera explicar el desarrollo insuficiente de definiciones y categorías que la precisen en este rol». Las nociones que centran su atención en los vínculos internos establecidos entre los miembros de la familia asumen un enfoque grupal, mientras que su estudio, como componente de un marco estructural más amplio, que es la sociedad, responde a la visión de aquella como institución, la que se aprecia en investigaciones del Grupo de Estudios sobre Familia del CIPS...
“Al estudiar el desarrollo psicosexual, se reconocen momentos sensitivos del desarrollo, en los cuales se producen determinadas adquisiciones fundantes de la identidad sexual. El desarrollo psicosexual no es azaroso, ni obedece a una «madurez biológica» que el psicoanálisis creyó instintivamente determinada. Son las exigencias adultas, fijadas en la cultura, las que aprovechan estos momentos sensitivos. Este proceso de socialización se entorpece cuando, como consecuencia del defecto grosero del niño, se limita la estimulación de los adultos significativos…”
Este panel está dedicado al tema de la emigración como fenómeno social y cultural. Su interés es discutir la problemática de la emigración contemporánea, vista no como fenómeno demográfico, económico, político o familiar, sino desde la perspectiva del contexto cultural en donde se desarrolla, de sus implicaciones desde el punto de vista de la cultura y de la sociedad.
“La historiografía social con apartados sobre la familia es un fenómeno relativamente reciente en Cuba y ha alcanzado las cotas más altas en el último cuarto del siglo XX, coincidiendo con el crecimiento de estos estudios a nivel mundial. Un acercamiento a la familia se ha ido imponiendo desde la historia social, de un corte socioeconómico más que sociocultural, que acumula ya —en temas de mujeres, raza, cultos afrocubanos, religión, historia regional y local, y educación— algunos aciertos…”
El presente trabajo pretende ofrecer una panorámica general e integradora de la información que ha aportado el estudio de la familia en Cuba. Es por esta razón que no pueden considerarse exploradas a profundidad todas las problemáticas particulares dentro de esta amplísima cuestión. Los autores intentan trasmitir parte del conocimiento alcanzado en el tema, al que se ha arribado a partir del esfuerzo de un conjunto de especialistas e investigadores que acumulan años de experiencia en esta labor. Se han basado en resultados de investigación con una perspectiva sociopsicológica, fundamentalmente los obtenidos por el Departamento de Estudios sobre Familia del CIPS.
“El poder patriarcal ha tenido una estructura y una manifestación social y simbólica muy compleja, la que si bien está atravesada por el cordón umbilical de la oposición de lo masculino/femenino, al mismo tiempo funciona a partir de otras coordenadas de notable incidencia en lo que se refiere a la adjudicación de los lugares de dominio y de subalternidad. Coordenadas entre las que me interesa destacar, por la profunda relación que guardan con la dinámica de familia, las relativas al grupo cronológico, al aspecto étnico-cultural y a la identidad de género de los sujetos que integran aquella…”
“El campesinado, en tanto que sus actividades humanas se desenvuelven en un medio de economía familiar y social, integra un segmento poblacional de la sociedad civil, con una visión individual y comunitaria acerca de sus intereses y objetivos de sobrevivencia, percepción que define y determina sus relaciones con el ecosistema donde habita y del cual obtiene los medios para subsistir. Los hombres y mujeres del campo han adoptado códigos de comportamiento basados en los valores que les son intrínsecos, y que difieren de los urbanos. Esto no significa que esa cultura sea mejor o peor que otras; sencillamente es diferente…”
¿A qué llamamos familia desde los puntos de vista sociológico, jurídico, de la vida cotidiana, y en qué medida la definición que tenemos de ella abarca la heterogeneidad de tipos de familia realmente existentes, su composición, la diversidad de roles de sus miembros, la situación social, el papel que tiene en la reproducción económica y de patrones de vida y culturales? Temas reunió a juristas, sociólogos, psicólogos sociales y estudiosos de la cultura de la familia, para debatir, a partir de las intervenciones de un panel de especialistas, un grupo de problemas relacionados con la legislación familiar.
“Si indagamos sobre las relaciones de género en Cuba seguramente encontraríamos tres respuestas tipo. Quienes reconocen los grandes cambios acaecidos durante 45 años y sobreponderan los elementos positivos que hoy las caracterizan; los que se centran en los aspectos negativos, y creen que aún falta para alcanzar la necesaria igualdad entre hombres y mujeres; y los que emprenden un balance de las fortalezas y debilidades de esas relaciones. No pretendo identificar los errores y aciertos de las tres opiniones. Prefiero destacar las comprobaciones halladas, desde mi práctica profesional, sobre las relaciones hombre-mujer en Cuba…”
Se analiza la relación entre extensionismo rural, cooperativismo agrícola y agricultura familiar y se examina los nuevos elementos que hoy permean esa relación. A diferencia del pasado, la relación entre extensionismo rural y cooperativismo tiene como horizonte la posibilidad de ampliación de los espacios de participación democrática, al permitir el reconocimiento de la importancia de la agricultura familiar, aunque pesen sobre el futuro de esas prácticas sociales las incertidumbres de la actual coyuntura política.
¿Qué hace a Cuba tan interesante respecto al debate sobre la matrifocalidad? Aquí muestro cómo, con el tiempo, la matrifocalidad aumentó también en Cuba, sobre todo después de la Revolución, a pesar de que el Estado socialista conservó y estimuló el modelo de familia nuclear. La nivelación de las jerarquías de clase y raciales producidas por la Revolución, junto con una mayor independencia económica de la mujer, ha acarreado una mayor aceptación de las uniones consensuales y de los hogares matrifocales consanguíneos respecto al período pre-revolucionario. Examino la evolución histórica de los hogares matrifocales, u hogares con mujeres como jefas de familia, en Cuba y la comparo con el Caribe anglófono, donde la proporción de estos ha sido siempre mucho mayor que en el Caribe hispánico.
Este artículo pretende presentar una síntesis de los resultados más relevantes obtenidos por el proyecto de investigación «Violencia intrafamiliar». Los objetivos generales de este proyecto fueron: caracterizar las diferentes formas que adopta la VIF en Cuba, su influencia sobre los distintos miembros del grupo familiar y las posibles interinfluencias con otras formas de violencia social; proponer alternativas metodológicas para contribuir a la construcción de relaciones que propendan a la integración de la familia como grupo o con la sociedad; diseñar y comprobar vías de orientación que contribuyan a disminuir y/o solucionar los problemas de violencia intrafamiliar; y elaborar recomendaciones a la política social que propicien la concientización del fenómeno de la violencia intrafamiliar y el establecimiento de estrategias de enfrentamiento.
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