“Si indagamos sobre las relaciones de género en Cuba seguramente encontraríamos tres respuestas tipo. Quienes reconocen los grandes cambios acaecidos durante 45 años y sobreponderan los elementos positivos que hoy las caracterizan; los que se centran en los aspectos negativos, y creen que aún falta para alcanzar la necesaria igualdad entre hombres y mujeres; y los que emprenden un balance de las fortalezas y debilidades de esas relaciones. No pretendo identificar los errores y aciertos de las tres opiniones. Prefiero destacar las comprobaciones halladas, desde mi práctica profesional, sobre las relaciones hombre-mujer en Cuba…”