sábado, 23-11-2024
Este somero recorrido por algunas temáticas y autores propone una reflexión sobre la crítica y el ensayo literarios de la diáspora cubana e intenta definir, además, asuntos de interés para la discusión teórica acerca de cómo abordar esa literatura extrafronteriza y su relación con el canon cubano.
Prólogo a la antología Las cosas por su nombre (jóvenes cuentistas cubanos).
Se ha hablado muchas veces, y con sobradas razones, del papel que en la gestación del grupo Orígenes tuvo el asfixiante clima político, moral y cultural de la república frustrada. Se ha mencionado específicamente el impacto de la fracasada revolución antimachadista, y también, aunque con menos frecuencia, el auge de la penetración cultural norteamericana en la Isla y la consiguiente erosión en los hábitos, costumbres, valores, y en los principios mismos de la nación, y la «resistencia» que opuso Orígenes a estos procesos. Este trabajo subraya dos componentes en la percepción origenista de la condición neocolonial de Cuba: la superficialidad, propia de la teatralización de la independencia en un país que ha seguido siendo colonia, y la carencia de finalidad, como expresión de la subordinación y frustración nacionales y del culto a lo exterior. Llama la atención, además, sobre las formas peculiares de rechazo que acompañan a esta percepción, centradas en el esencialismo y la teleología insular.
“Hasta 1987, fecha de la publicación de la Bibliografía Onelio Jorge Cardoso, in memoriam, habían sido publicados treinta y ocho libros del autor, entre ellos selecciones, reediciones, compilaciones. Relatos suyos aparecen en veintitrés antologías de cuentos publicados en Cuba y treinta y tres en el extranjero. Después de esa fecha he podido conocer de veintidós publicaciones de su obra, sin que pueda asegurar que son las únicas. øCómo se ha comportado la crítica ante estas producciones? Si bien la Bibliografía de Tomás Fernández Robaina recoge más de cien estimativas y posteriormente han aparecido otras, la mayoría no responde a un verdadero trabajo crítico; son reseñas o crónicas periodísticas sobre el autor y su obra, debidas bien a la salida de un nuevo libro o algún otro acontecimiento relacionado con el escritor. El resto, sin embargo, ofrece datos de interés para medir la evolución de las apreciaciones sobre la cuentística de Onelio Jorge. El corpus crítico para este análisis lo constituyen alrededor de veinte textos representativos de esa evolución…”
“La selección Fábula de ángeles (Antología de la nueva cuentística cubana), de Salvador Redonet y Francisco López Sacha ofrece una visión amplia, variada, de la nueva cuentística, con el único defecto de que incluye solo textos escritos por hombres, y excluye, olímpicamente, la cuentística femenina. La siempre precaria posición de las escritoras frente al canon, a las normas de uso común --y eventualmente incluso ante las variantes de renovación o violación del mismo-- se hace aquí no solo evidente, sino también lamentable. La subestimación de la narrativa femenina es tal que ni siquiera se le menciona en la nota introductoria…”
“Nadie se llame a engaño con las poetas cubanas. La de ellas no es una escritura marginal, sino marginada en nuestra historiografía literaria e insuficientemente valorada por nuestra crítica. Muchas de las voces mayores de nuestra lírica son mujeres. ¿Qué elementos caracterizan, sustancialmente su discurso? La inteligencia, la sensibilidad y la cultura, como pivotes de un lenguaje que se apropia el mundo sin renunciar, nunca, a su propia condición de mujer. Porque nuestras poetas no asumen el discurso masculino: dicen desde ellas mismas. Y eso es lo que enriquece el perfil de las letras cubanas y define, desde su especificidad, esta otra mitad del género humano que también se expresa como sujeto lírico en Cuba…”
Prólogo a la antología de poetas cubanos nacidos a partir de 1959, Mapa del país (Chile), hecha por Norberto Codina. Incluye a los siguientes poetas: Rolando Sánchez Mejías, Víctor Fowler, Alberto Rodríguez Tosca, Emilio García Montiel, Antonio José Ponte, Carlos Augusto Alfonso, Almelio Calderón, Damaris Calderón, María Elena Hernández, Omar Pérez López, Frank Abel Dopico, Manuel Sosa, Arístides Vega Chapú, Reinaldo García Blanco, Sigfredo Ariel, Juan Carlos Flores, Heriberto Hernández y Juan Carlos Valls. Pero como toda antología que se respete implica una limitación, pues dentro del panorama de la más reciente poesía cubana podrían mencionarse otros nombres, a saber: Ricardo Alberto Pérez, Alessandra Molina, Norge Espinosa, Pedro Márquez de Armas, Carlos Alberto Aguilera, Pedro Llanes, Caridad Atencio y Nelson Simón, entre otros. Aunque el presente texto es el prólogo a la antología mencionada, sus consideraciones generales valen para todo el fenómeno de la nueva poesía cubana.
Premio Temas de Ensayo 1999, en la modalidad de Humanidades. “Al margen de la distinción entre realistas y no realistas, oculta en muchas de las clasificaciones que han propuesto los estudiosos con respecto a los escritores «novísimos» y sus textos (apelando por lo general a referentes más o menos inmediatos, a anécdotas más o menos «difuminadas», con ramificaciones «sutiles y secretas» o «lógicas y rotundas» hacia la realidad, trazando líneas «claras» o «alucinantes» en la corriente subterránea del sentido), sería muy útil detenernos en una breve digresión para analizar dos conceptos que, comúnmente, se aceptan a priori: realidad y ficción…”
Mención en el Premio Temas de Ensayo 1999, en la modalidad de Humanidades. “Mi aproximación responde a un interés por la escritura de la mujer en Cuba. Soy consciente de la necesidad de un cotejo con la de los hombres, dentro del proyecto de establecer una (eventual) tradición literaria femenina cubana, así como de la posibilidad incluso de hablar de lo femenino en los textos de los ilustres varones. Por el momento, me coloco en una perspectiva que se ocupa de la producción narrativa escrita por mujeres, como momentos tácticos de una estrategia mayor, en la cual pueda ir precisando sus vínculos con la autoridad, el poder y el canon…”
Conferencia inaugural del Curso Superior de Literatura cubana, realizado en la Universidad de Alicante, España, en julio de 1998. “Al hallarnos pues, en el orden literario, «en busca de nuestra expresión», los cubanos, conscientemente o no, perseguimos una expresión que no es solo individual sino colectiva: perseguimos (con mayor o menor intensidad, con mayor o menor acierto) la consolidación de la colectividad que somos…”
“La aventura de Orígenes, nombre de la revista que Octavio Paz considerara en su tiempo como una de las mejores del idioma, es también la de un movimiento literario y artístico que abarcó otras publicaciones. Pero el nombre Orígenes es asociado, sobre todo, al grupo de poetas que conformaron la importante antología Diez poetas cubanos (1937-1947), realizada por uno de ellos, Cintio Vitier, en 1948. Aunque aquel nombre implica un poderoso movimiento cultural, la crítica parece coincidir en el carácter de grupo, más que de generación…”
“A fines de 1949, algunos meses después de la aparición en El Nacional, de Caracas, de «Lo real maravilloso de América» (que luego constituiría el prólogo a El reino de este mundo), Alejo Carpentier dio a conocer en forma de folleto Tristán e Isolda en tierra firme, texto que nunca incluiría en su Tientos y diferencias, ni en alguna otra compilación de sus ensayos, y cuya republicación solo vino a ocurrir hace ahora una década, en la revista Casa de las Américas. Debo confesar que antes de la lectura de Tristán e Isolda en tierra firme, las elaboraciones teóricas de Carpentier en torno a la novela latinoamericana me parecían normativas, teleologizantes, luego insuficientes. Que la teoría de lo real maravilloso americano implica una mirada exterior, digamos, del centro a la periferia (a una zona periférica); mirada que entraña aún --y a pesar de que quien mira es un hombre de estas tierras--, cierto residuo colonial, me parece hoy, más allá de la obra admirable de Alejo (obra en sí misma descolonizadora, por cuanto nos enseña de nosotros mismos), una cuestión fuera de toda duda…”
“Para un simposio sobre 1898 que iba a celebrarse en la Universidad de Princeton, me propuse estudiar las mutaciones que había sufrido el discurso épico en la llamada «literatura de campaña», como he denominado al conjunto de textos narrativos que recogen las experiencias relacionadas con nuestras guerras de liberación. Sostenía yo la tesis de que, después de 1898, y sobre todo de 1906, el vínculo entre el mito y la historia había ido perdiendo legitimidad y, en consecuencia, el discurso de la epopeya comenzó a sufrir una transformación y acabó diluyéndose en formas estereotipadas y folletinescas. En un nivel superficial, yo identificaba la narrativa de campaña con los mitos porque también aquella alude a los orígenes y exalta las acciones de los héroes. Pero en un plano más profundo me interesaban las implicaciones que para el análisis literario podía tener el hecho de que el mito, como todo sistema de signos, es histórico y por tanto mutable…"
“El barco que zarpó con la intervención norteamericana en Cuba en 1898 va llegando al otro extremo del muelle con una nación independiente a bordo, con un proceso social que nos ha colocado otra vez en el vórtice del mundo, con un movimiento literario de tanto peso como aquel que dejamos atrás con la muerte de Julián del Casal y José Martí. Si en esos días la nación se jugaba su destino contra el dominio español, en un gesto de tan alta fuerza que nos hacía inaugurar el siglo XX, esa misma nación, que ya es otra, se empeña hoy en culminar una pelea contra el más poderoso imperio de la Tierra para preservar sus derechos, su identidad y su cultura. Atrás quedó el modernismo y ahora vamos llegando a la posmodernidad…”
(Mención especial en el Premio Temas de Ensayo 2001, en la modalidad de Humanidades.)
“Paradiso es un ente centrífugo, pluriforme y multisígnico. Novela que asume lo nuclear del género; por ejemplo, un mundo que se despliega en su articulación de relaciones y significados, y lo rebasa; acoge el relato, el tratado, la prosa poética, la viñeta, el enigma, el chiste, el acertijo, en una summa ontológica. Es una vastedad que supera los esfuerzos interpretativos de cualquiera que intente aproximarse a ella solo desde las coordenadas espacio-temporales de Newton, y con el estricto algoritmo razonador de Descartes. Porque Paradiso se adentra en el caos, es una imagen poliédrica del Caos. Consecuentemente, para entender un texto con tal riqueza y amplitud debe acometerse tanto con instrumentos de la razón como de la intuición, de lo fáctico y de lo imaginativo…”
“Decir que la sociedad cubana del siglo XIX fundó su desarrollo en el de la institución esclavista, es verdad de todos sabida; imaginar que, en semejante esquema, el negro aparece como figura de lo abyecto, resulta natural. Si damos por lógico que a la violencia del dominador le siga el silencio sobre ella, hemos también de dar por lógica la escasa información que sobre el amor interracial nos da nuestra literatura cuando este pretende realizarse fuera de los códigos de la dominación; es decir, como movimiento mutuo y no mediante un acto de victimización o uso del dominado, como objeto de placer…”
“En el último año del siglo XX, y una década después de la desaparición física de Reinaldo Arenas, se lleva a la pantalla de cine un guion, de valores discutibles, que ha colocado nuevamente en primeros planos la figura del escritor cubano. Aunque el propósito de este trabajo no es reseñar la película, me ha parecido adecuado aprovechar la coyuntura del ruido que ha producido el filme en todas partes para comentar algunos aspectos donde juzgo oportuno hacerlo…”
Panel sobre la obra de Nicolás Guillén, convocado por la revista Temas y la Fundación Nicolás Guillén, a propósito del centenario del Poeta Nacional. El debate fue guiado por estas preguntas: ¿Cuáles valores estéticos le atribuyen a la obra de Guillén en el contexto de la poesía cubana?, ¿cuál creen que sea su contribución a la comprensión de la identidad cultural cubana?, ¿qué trascendencia consideran que tiene en los planos estético e ideológico?, ¿cuál es el alcance en los jóvenes poetas cubanos? y ¿consideran que es suficiente la recepción de su obra en estos momentos?
“Los cambios en el significado del dinero invocan, pero no resuelven, el curso que pudiera aún tomar la relación entre la escritura y el dinero, entre la literatura cubana y los lectores no cubanos y, en términos todavía más amplios, entre la producción literaria nacional y el mercado extranjero…”
El presente estudio tiene el objetivo de acercarse a la narrativa de cubanas en los Estados Unidos o «cubanoamericanas» y a la de aquellas residentes en la Isla, tanto para incorporar la «producción simbólica de la diáspora al horizonte de expectativas de nuestras reflexiones críticas, es decir a la corriente interna de la literatura cubana», como para interrogarse sobre el género como una categoría que une en la diferencia…”
“Por fortuna, durante las dos últimas décadas los estudios sobre la obra de Gertrudis Gómez de Avellaneda se han incrementado de manera notable. Podría afirmarse que es una autora de moda en los medios académicos, especialmente de los Estados Unidos. Y este resurgimiento se debe, sin lugar a dudas, al desarrollo de la crítica feminista y su radical reelaboración del canon literario. Esta ha sabido valorar el compromiso —enraizado firmemente en la calidad estética— de la prolífica autora cubana, y su ubicación en la primera línea de la literatura hispanoamericana del siglo XIX…”
“El tema del Neobarroco, tan importante en la reflexión sobre el arte en el siglo XX, ha tenido también un lugar en la ensayística cubana de ese mismo siglo. El asunto tiene un interés peculiar porque no se trata meramente de una cuestión de resonancia con el pensamiento europeo, ni tampoco de simple presencia del tema en la ensayística de la Isla, sino de que, desde las diversas aristas en que se ha abordado, ha sido considerado un componente de importancia en la cultura cubana e, incluso, de toda Hispanoamérica. Su interés mayor, por lo demás, radica en que no se abordan desde una perspectiva única y compacta, sino, por el contrario, como objeto de consideraciones de variado calado e intensidad...”
El objetivo de este trabajo es ofrecer un panorama general de la producción literaria realizada por las escritoras cubanas que, por una u otra razón, salieron del país en diferentes épocas a partir del triunfo revolucionario de 1959, y que, desde su salida, residen (o residieron, en el caso de las ya fallecidas) permanentemente fuera de la Isla. Incluiremos también en este panorama a las autoras que, por decisión de sus padres, abandonaron la Isla cuando eran niñas o adolescentes y a las nacidas desde 1959 en el exterior, pero de ascendencia cubana.
“Aquello que la crítica ha llamado «la malsana influencia de Bukoswki», no encontró asidero en Cuba hasta que la crisis económica de los 90 comenzara a dar signos de deterioro en el ámbito de los valores sociales y familiares. Notemos, entonces, los paralelos que el realismo sucio, como movimiento estético, llega a establecer con las crisis. Pero si intentamos organizar una pequeña genealogía, aunque sea elemental, para rastrear los primeros momentos de esta tendencia literaria en Cuba, habría que volver la vista algunos años atrás. Allí encontraremos que una vez «superadas» las marcas que el quinquenio gris dejó en el cuerpo mutilado de la literatura cubana, y con la aparición de la llamada «generación de los 80», llegan también los primeros signos de desilusión y crisis a las obras que los escritores comienzan a producir. Y asimismo los temas y personajes marginales…”
“Durante la belle époque, lucimiento de un mundo y gran superficie que regresa a nosotros gracias a su densa realidad fonocéntrica, se fraguó la médula del modernismo hispanoamericano, que sirvió de vestíbulo, en lo que toca al territorio del lenguaje como construcción de mundos alternos y sucesivos, a la aparición de las vanguardias…”
(Premio Temas de Ensayo 2004, en la modalidad de Estudios de Arte y literatura) “Las narraciones cortas de Cintio Vitier se comprometen con lo insólito, sin dar explicaciones o justificaciones a los hechos, sin recurrir a la magia o a la fábula, como sus antecesores. Los hechos siempre tienen un referente objetivo, y una pequeña vibración interna los conduce al sueño. Una vez allí, sin un acuerdo previo, adoptan una extrañeza particular, como si entraran en la dimensión onírica y no dependieran de ella, sujetos por una lógica interior que los hace transitar de nuevo hacia una variación de lo ignoto, una semántica que ni siquiera el desorden de un sueño puede explicar…”
“La producción de Severo Sarduy no puede entenderse en la fragmentación de cada uno de sus discursos, como tampoco en el todo, en el cuerpo homogéneo y funcional. Como en una catedral barroca observada desde lo lejos, detener la vista en una voluta es casi un imposible sensorial, tanto como atrapar el conjunto en fuga. Esto —tautología pura— significa que identificar su obra, elaborar una narrativa (una más) de sus procedimientos constructivos o temáticos, de su inserción en la literatura o de su evolución, sistematizar un cuerpo de análisis, es apelar al dibujo armónico de una identidad, y no al «reflejo pulverizado» del logos que pretende el neobarroquismo sarduyano…”
(Reseña de Rodar el coco. Proceso de cambio en la santería, de Lázara Menéndez) “Rodar el coco. Proceso de cambio en la santería, de Lázara Menéndez, permite entender cómo una particular identidad se extiende desde África por todo el Occidente, no solo en sus expresiones artísticas, sino en sus cosmogonías y sus más diversas connotaciones religiosas. Habla del papel que la diáspora africana ha desempeñado en la expansión occidental de tales valores culturales y religiosos nacidos en África y preservados fuera de allí, a golpe de ocultamientos, simulacros, negociaciones y renovaciones que los han convertido en nuevos productos, ideas, cosmovisiones y culturas…”
(Reseña de Agustín Acosta, La zafra. Poema de combate, Sociedad Económica de Amigos del País, La Habana, 2004) “La republicación de La zafra era una necesidad, y también un acto de justicia cultural, ochenta y un años después de su primera edición en 1926. Este libro, que fue muy famoso en su época, no se había vuelto a publicar en Cuba desde entonces; incluso se cometió la tremenda injusticia de que, en 1980, cuando se realizó la antología Poesía social cubana, no se incluyó ningún poema de La zafra. Hay que felicitar a la Sociedad Económica de Amigos del País, que permite saldar esa injusticia, y poner en circulación este poemario, para que miles de personas puedan apreciar un libro esencial para su época, y para ahora también…”
¿Qué abarca la literatura cubana? ¿La escrita por cubanos que viven en Cuba, o que viven en otra parte?; ¿es la obra sobre temas cubanos, sin importar el autor? ¿Se puede escribir esa literatura en otros idiomas? ¿Han cambiado, así como lo han hecho los temas y las maneras de escribir, los lectores que leen literatura cubana?, ¿cómo influyen los patrones de consumo y el mercado en los lectores, la conducta y su relación con la literatura cubana? Este panel reúne a estudiosos de la literatura cubana y a creadores, con el fin de discutir algunos de sus problemas, al calor de sus cuatrocientos años.
¿Qué se lee sobre Cuba en el mundo angloparlante? Una respuesta completa a esa pregunta requeriría un detallado examen de las actividades de librerías, bibliotecas, producción de revistas, libros, el acceso a Internet, ediciones piratas, y otros medios, en diversas partes del planeta. Todo ese universo rebasa el alcance de este modesto artículo, una somera aproximación a ese segmento del consumo mundial de libros sobre Cuba publicados en inglés, que provee Amazon.com.
(Reseña crítica de la novela Irish Coffee, de Alejandro Álvarez Bernal, Letras Cubanas, La Habana, 2006) “Un volumen dotado de singular atractivo no solo por ser la más reciente entrega de su autor, cuya labor ha sido objeto de numerosos comentarios y estudios críticos, sino también por constituir un acercamiento a una realidad histórica que pisa los talones a la nuestra: la década cubana de los 80. Irish Coffee propone al lector una mirada a la sociedad cubana de esa década ya pasada, pero no suficientemente repasada y, por tanto, tampoco agotada...”
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