“Dueño de una escritura fundadora, tanto por su afán de renovación narrativa como por la densidad de su reflexión ensayística, Marcelo Pogolotti no fue un pintor que a ratos escribía. Es —y resulta terrible reconocerlo tras tanto tiempo de silencio sobre su escritura— uno de los intelectuales de mayor intensidad, impulso creador, originalidad y desafío, de toda la literatura insular en el pasado siglo…”