El artículo ubica las causas profundas y la dimensión histórico-social de la rebelión juvenil de 1968 en México. El movimiento estudiantil mexicano (MEM) responde a las injusticias del régimen social y —como otras luchas estudiantiles en el mundo de entonces— a las primeras manifestaciones de una crisis histórica de las sociedades contemporáneas. El MEM no enarbola demandas meramente estudiantiles sino de los trabajadores y de otros segmentos oprimidos, y resultó un impulsor principal del movimiento popular en el México actual.