“En la medida en que el Estado no sea más que una estructura de opresión de clase, es necesario defender su extinción en paralelo con la abolición de las clases. Nos interesa plantearnos si el Estado puede ser «algo más» y qué ocurre con ese «algo más». En este sentido, resulta difícil negar que, además de una maquinaria para cobrar tributos y reprimir revueltas, el Estado puede sin duda desempeñar otras funciones…”