“La hibridez genérica, esa indefinición o transgresión de los límites del ensayo, su simbiosis con otros géneros es sin duda una de las características más evidentes en la obra de Margarita Mateo, especialmente en Ella escribía poscrítica (1995), donde confluyen y dialogan la ficción narrativa, el testimonio y el discurso crítico. Aquí la ensayista se desdobla en una serie de personajes que complejizan y en ocasiones subvierten su mirada a la peculiar relación entre la realidad, la literatura y la producción teórico-crítica en torno a ambas durante la segunda mitad del siglo XX…”