Este artículo propone analizar dos conjuntos de prácticas: el de las economías sociales y solidarias (ESS), compuesto por empresas socialmente responsables (ESR), y el de los modelos de desarrollo de mercados inclusivos (DMI). Un examen cuidadoso de su aplicación de forma integrada es de máxima relevancia para Cuba, pues parte de ambos enfoques ya se están aplicando en la Isla en condiciones ad hoc.