¿Cómo analizaba la CIA y la «comunidad de inteligencia» del gobierno de los Estados Unidos las posibilidades y las realidades de las insurgencias en América Latina entre los años 40 y 80? ¿Cuál fue la visión de esos analistas sobre las acciones de Cuba y la URSS relacionadas con esas insurgencias? Esta compilación ofrece veintitrés documentos de estimación y pronóstico, que fueron clasificados como «secreto» o «alto secreto», ahora desclasificados, dirigidos originalmente para el uso exclusivo de la Casa Blanca y los altos funcionarios del gobierno. Por lo general, los analistas asesoraron acertadamente sobre la política de Cuba frente a insurgencias latinoamericanas; algunos textos reflejaban muy bien la perspectiva de La Habana. Hubo errores también. El peor fue sistemáticamente subestimar los factores internos que propulsaban acciones revolucionarias en cada país; el énfasis siempre fueron los factores externos, Cuba principalmente. Durante las presidencias de Richard Nixon y la segunda de Ronald Reagan, los analistas contrarrestaron la influencia de los «halcones». Sin embargo, bajo la presidencia de John F. Kennedy, impulsaron la gama de sanciones a Cuba, entre otras, terrorismo de Estado, y bajo la primera presidencia de Reagan estimularon una confrontación en Centroamérica y con Cuba, al exagerar el impacto de las acciones de esta. Aun así, a través del tiempo la labor de los analistas fue profesional, cercana a la evidencia, y dispuestos a corregir errores pasados.