“La definición de la Teología de la Liberación como espiritualidad sigue plenamente vigente y se ha diversificado. Ha nacido una espiritualidad indígena o afroamericana, una propia de la mujer o de los jóvenes, una campesina y otras. Ha desarrollado una ética espiritual de la vida, como valor absoluto, una espiritualidad del ser y del compartir, contra la arrogancia del tener, acumular y consumir. También ha desarrollado una espiritualidad de la vida, en su expresión corporal, liberada de la opresión de la ley y del pecado…”