“Los tradicionales patrones de equilibrio entre un medio rural y uno urbano se han sustituido por patrones de concentración urbana. Desde el punto de vista ambiental, la urbanización provoca intensos impactos en las áreas urbanas y sus campos de influencia, y se amplían los espacios vacíos o renaturalizados. Los territorios urbanos se convierten crecientemente en espacios donde la gestión se hace más compleja, ya que en estos se hacen más claros y evidentes los efectos de la crisis civilizatoria…”