jueves, 21-11-2024
16-17
Revolución cubana: 40 años
A cuarenta años del triunfo de la Revolución, resulta un lugar común identificarla no solo como uno de los grandes acontecimientos de la historia de Cuba, sino del mundo en el siglo XX. En el campo del conocimiento, una voluminosa bibliografía dedicada a estudiar e interpretar este proceso se ha ido acumulando, desde las más diversas latitudes, a lo largo de todo este tiempo.
Paradójicamente, se puede advertir que, en la propia Isla, el material disponible elaborado por autores cubanos presenta un saldo relativamente menor.
Aprovechando la circunstancia de este aniversario, Temas ha convocado a un grupo de estudiosos cubanos y de otras nacionalidades a volver sobre ciertos momentos de esa historia, y repensar algunos de sus contextos, significados y trascendencias. Lejos de cualquier pretensión de balance sobre un asunto tan vasto, estos ensayos abren brechas en un territorio propicio para la reflexión y el debate. Intentamos así estimular una comprensión más integral y profunda —es decir, cultural— de un proceso que marca nuestro presente, y aún se sigue proyectando sobre el futuro de América Latina y el Caribe.
Enfoque
“A cuarenta años del triunfo revolucionario del Primero de enero de 1959, el recuento y valoración de los acontecimientos y fenómenos que alumbraron una nueva correlación de fuerzas en el plano internacional no solo permite esclarecer los rasgos y causas últimas de esa hora de mudanzas en la política mundial, sino también identificar procesos y tendencias que irían ofreciendo diferentes contextos a la gesta revolucionaria y que aún se hacen visibles en la transfigurada y convulsa realidad de nuestros días. En consecuencia, parece pertinente ofrecer un inventario de los cambios habidos en el escenario internacional durante los años 1953-1958, delimitar su significación, fijar su rumbo y constatar su vigencia. Todo ello desde el punto de vista de la supervivencia y continuidad de la Revolución cubana…”
“A partir de enero de 1959 fueron iniciados profundos cambios políticos y socioeconómicos que transformaron radicalmente la herencia neocolonial republicana en Cuba. De ahí la importancia de examinar, aun de modo sucinto, los antecedentes del período revolucionario para una más cabal comprensión de la necesidad y exigencia del proceso histórico que liquidó el andamiaje del antiguo régimen. Esto permitirá contar con puntos esenciales de referencia para conocer los problemas vitales que afectaban al pueblo cubano durante uno de los más convulsos y significativos espacios temporales de la República neocolonial. Con el fin de establecer un método en la exposición de los problemas, estos se presentan con un orden convencional de acápites íntimamente interrelacionados, como partes del universo socioeconómico antes del triunfo popular revolucionario en 1959…”
Este trabajo está basado en el libro Crónica de un fracaso imperial: la política de la administración Eisenhower hacia Cuba en 1958 y el derrocamiento de la dictadura de Batista, que resultó finalista en el Concurso Casa de las Américas de 1998 (Categoría Ensayo) y está en proceso de edición por la Editorial de Ciencias Sociales. En su preparación el autor se basó en la reciente publicación de varias colecciones de documentos norteamericanos desclasificados, entre ellos el tomo correspondiente a las relaciones con Cuba entre 1958 y 1960, publicado por el Departamento de Estado en 1991.
Premio Temas de Ensayo 1999, en la modalidad de Ciencias Sociales. En este texto, el autor describe la rapidez, discreción y modesto escenario en que desenvolvió el proceso de redacción de la Ley de Reforma Agraria cubana, por un grupo de trabajo al que fue incorporado a principios de 1959.
“Apenas unos meses después de la victoria de Fidel Castro se produjo un acercamiento a África, el continente que estaba empezando a recobrar su libertad. Che Guevara y Raúl Castro viajaron a El Cairo en junio de 1959 y julio de 1960, respectivamente, y Fidel Castro pronunció un discurso en Naciones Unidas en septiembre de 1960, en el que trató elocuentemente los problemas africanos. Se establecieron cordiales relaciones con unos cuantos países africanos, sobre todo Egipto, Ghana y Guinea; y especialmente con Argelia, que fue el primer amor de Cuba en África. Cuba le brindó ayuda tanto militar como civil, desde antes de que venciera el Frente Argelino de Liberación Nacional (FLN). La historia de la relación de Cuba con Argelia rompe con el estereotipo sobre la política exterior cubana que prevalece en los Estados Unidos y en muchas capitales europeas…”
“A diferencia de otros eventos trascendentales, la invasión de Playa Girón fue comprendida de inmediato como tal por la población a la que afectaba, la cual incorporó su significado a sus representaciones básicas de lo público y a sus decisiones vitales. De entre las numerosas aproximaciones válidas a aquel suceso, he escogido una que estimo muy importante, tanto para el conocimiento de la etapa de esa revolución en la que Girón fue un momento principal, como para que la comprensión de la historia contemporánea sea útil, ante las urgencias de hoy y las necesidades que el futuro nos traza. No me referiré a los eventos bélicos, sino al problema de la fuerza del pueblo en la etapa inmediata anterior. Llamo la atención sobre la necesidad de ahondar en este tema, que apenas esbozo, con ayuda de indagaciones más puntuales y de instrumentos de investigación convenientes, para arribar a síntesis más acertadas y con mayor sustentación en procedimientos empíricos…”
“En Cuba han existido tantas contrarrevoluciones como revoluciones: el autonomismo de finales del siglo XIX y el proceso mediacionista y restaurador de 1934 son prueba de ello. Lo novedoso del proceso contrarrevolucionario posterior a 1959 es que se expresa enajenado absolutamente del poder, trasciende las fronteras nacionales y ubica a los contendientes cubanos en los dos polos del acontecer político americano e internacional. El estudio de la contrarrevolución cubana no puede pasar por alto este carácter supranacional del conflicto…”
En el presente trabajo, el autor se propone seguir las pistas de la Revolución a través de los hitos más sobresalientes de la producción jurídica de estos últimos cuarenta años de convulsa historia, para descubrir algunos particulares y poner de relieve matices que, de otro modo, no podrían ser entendidos.
“En relación con la democracia es donde ha habido cambios más profundos en la izquierda latinoamericana desde el triunfo de la Revolución cubana hasta hoy. Desilusionada de la democracia burguesa o «democracia de los cinco minutos», que reduce la democracia al acto de votar cada equis cantidad de años por un miembro de la clase dominante que debería representar los intereses de los electores, influida por una formación marxista-leninista dogmática y por una lectura simplificada de la Revolución cubana, o movida por una concepción vanguardista del proceso revolucionario, una parte importante de la izquierda marxista-leninista latinoamericana de la década de los 60 y los 70, al denunciar los límites de la democracia representativa burguesa, terminó por dejar en manos de la derecha la bandera de la democracia…”
“No se defiende aquí una visión acrítica de la práctica y la teoría del Che, sino más bien todo lo contrario: hay que entender su figura en un contexto histórico específico, en unas condiciones nacionales e internacionales determinadas, a las que respondió desde una voluntad revolucionaria y una perspectiva estratégica de inspiración marxista, buscando, con una radicalidad que el paso del tiempo no hace sino acrecentar, una coherencia profunda entre pensamiento y acción, entre teoría y vida. Hoy es conocido que el Che que sale de Guatemala tiene un proyecto político definido. Durante la etapa guerrillera, y luego del triunfo de la Revolución cubana, este proyecto se corresponde con la izquierda del Movimiento 26 de Julio, tanto en sus aspectos internos como en sus definiciones internacionales…”
“En la sociedad cubana convergen e interactúan intereses, influencias y aspiraciones de muy diverso signo, refractados por una historia y una cultura de contrastes y singularidades. Este conjunto de factores, unido a la actual situación nacional en los planos regional y mundial, encierran una multiplicidad de interrogantes que hacen de Cuba uno de los laboratorios sociales más apasionantes de esta época. Los investigadores sociales cubanos tienen la tarea de identificar esas interrogantes y proponer respuestas. En esa tarea está implícita una fuerte responsabilidad hacia las raíces históricas y hacia el futuro. Su desempeño no está animado solo por la búsqueda de una racionalidad técnica, sino por una racionalidad orientada por los valores éticos de soberanía, equidad y libertad…”
Controversia
“Trazar un mapa aproximado de lo que se piensa en Cuba sobre sociedad civil, es el propósito fundamental de la serie de entrevistas. El interés de reunir estas «ideas de otros» sobre este tema, reside en primer lugar en sistematizar el pensamiento cubano en torno a él, y brindar una noción más o menos global de los senderos por los que transita el debate en Cuba; y, en segundo lugar, para que a través de la fisonomía de dossier de estas entrevistas se facilite la posibilidad de hacer lecturas comparativas, visualizar coincidencias y discrepancias, y reflexionar sobre otros posibles rumbos de análisis en torno a la sociedad civil…”
Entretemas
Mención en el Premio Temas de Ensayo 1998, en la modalidad de Ciencias sociales. “Si convenimos en que la tradición democrática progresista no es, precisamente, la que está subsumida en la institucionalidad hoy hegemónica, habría que admitir también que el liberalismo contemporáneo puede abjurar de los momentos progresivos de esa tradición sin perder su capacidad legitimadora, aun en un contexto de abandono de muchas de sus concesiones democráticas. De esta manera, la identificación del liberalismo con una peculiar morfología institucional de la producción y de la política del Estado capitalista obvia las potencialidades ideológicas de una «doctrina-camaleón» capaz de ajustar sus fundamentos a cada evolución histórica del régimen que sustenta…”
Premio Temas de Ensayo 1999, en la modalidad de Humanidades. “Al margen de la distinción entre realistas y no realistas, oculta en muchas de las clasificaciones que han propuesto los estudiosos con respecto a los escritores «novísimos» y sus textos (apelando por lo general a referentes más o menos inmediatos, a anécdotas más o menos «difuminadas», con ramificaciones «sutiles y secretas» o «lógicas y rotundas» hacia la realidad, trazando líneas «claras» o «alucinantes» en la corriente subterránea del sentido), sería muy útil detenernos en una breve digresión para analizar dos conceptos que, comúnmente, se aceptan a priori: realidad y ficción…”
Mención en el Premio Temas de Ensayo 1999, en la modalidad de Humanidades. “Mi aproximación responde a un interés por la escritura de la mujer en Cuba. Soy consciente de la necesidad de un cotejo con la de los hombres, dentro del proyecto de establecer una (eventual) tradición literaria femenina cubana, así como de la posibilidad incluso de hablar de lo femenino en los textos de los ilustres varones. Por el momento, me coloco en una perspectiva que se ocupa de la producción narrativa escrita por mujeres, como momentos tácticos de una estrategia mayor, en la cual pueda ir precisando sus vínculos con la autoridad, el poder y el canon…”
Lectura sucesiva
Conferencia inaugural del Curso Superior de Literatura cubana, realizado en la Universidad de Alicante, España, en julio de 1998. “Al hallarnos pues, en el orden literario, «en busca de nuestra expresión», los cubanos, conscientemente o no, perseguimos una expresión que no es solo individual sino colectiva: perseguimos (con mayor o menor intensidad, con mayor o menor acierto) la consolidación de la colectividad que somos…”
Reseña de El arte de la espera. Notas al margen de la política cubana (Editorial Colibrí, Madrid, 1998), de Rafael Rojas. “¿Cómo sortear los riesgos de una reseña escrita para los no lectores, si el propósito no es el de alentar el entusiasmo con elogios ni el de justificar condenaciones con la crítica? En cualquier caso, aprecio la pertinencia de comentar obras que por un motivo u otro (o por varios a la vez) no llegarán fácilmente a las manos del lector cubano, aunque merezcan ser tomadas en consideración. Lo he hecho antes con agrado. Destacar la existencia de lo que merece ser considerado: esa es seguramente una razón suficiente para escribir sobre un libro…”
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