“Raspar la leyenda dorada de las barricadas para acercarse lo más posible a las realidades multiformes de los movimientos de 1968, se convierte en una de las tareas de la historia actual. Esto pasa por la deconstrucción de las imágenes mediatizadas que sirven de marco, soporte y vector de la memoria colectiva, en la medida en que estas caricaturizan a los «rabiosos» del Barrio Latino, denuncian la reclasificación de los revolucionarios de salón en el comercio y la comunicación, como las serigrafías anónimas del Atelier des Beaux-Arts, adoquines visuales ya considerados como piezas de colección…”