“Virgilio Piñera siempre se caracterizó, tanto en su literatura como en su condición vital, por trascender los sucesos más naturales, por teatralizarlos hasta el paroxismo. Tenía lo que hoy conocemos como un carácter performático. Un performance fue su manera de tomar los cigarrillos, el gesto de los dedos, la mirada ladeada: todo prefigurado, autoconsciente, una mise en scène indisoluble y natural…”