(Fragmento de un ensayo mayor, presentado en el Festival de Cine de San Sebastián, 2003)
“El caso de Fernando Pérez no deja de resultar, cuando menos, extravagante. Lo envidiable de su obra está en esa disposición para recuperar aquella radicalidad perturbadora que hizo del cine cubano, hacia la sexta década del siglo anterior, un prototipo insospechado de creatividad, sin que el gesto signifique un proceso regresivo. Y es más sorprendente aun cuando se recuerda que sus dos primeros filmes (Clandestinos, 1989; Hello, Hemingway, 1990), lo anunciaban como un director más bien con preferencias por el cine de género.