jueves, 04-07-2024
Félix Guerra entrevista a Cintio Vitier sobre José Martí, con interrogantes implícitas desde hace mucho y suspendidas en la atmósfera finisecular de estos años. Se descubre en el diálogo que una mayoría de respuestas debían reformularse y que las interrogantes se reformulaban incesantes en un caldo de conceptualizaciones renacentista. ¿Es la posmodernidad lo que nos impele, como ayer fue la modernidad y antes los aires de cada ciclo de la historia? ¿La posmodernidad es solo lo que afirman que es, o es además y sobre todo lo que en cada latitud se quiere que sea, agregando y relegando, interpretando y priorizando, ya que ningún post, pasado ni futuro, es producto divino o previamente definido en laboratorios sacros de pensamiento?
Las transformaciones del tejido productivo del cine actual, presenta una imagen diametralmente distinta a la que se articuló en torno al eje lo moderno y lo nacional en el estadio del capitalismo industrial. Los acelerados cambios de las formas de producción, distribución y recepción a partir de los años ochenta, junto con las estéticas, voces y narrativas, nos supone repensar las epistemes cinematográficas que han organizado este devenir, para responder un relato sobre la totalidad cinematográfica, que la fragmentación teórica contemporánea se resiste a narrar.
“Hablemos de arte, de esas artes que llamamos plásticas, las que un día tenían la exclusividad de la plasmación de imágenes, de la pintura, la escultura, el grabado. Manifestaciones que, hurgando en el mundo en derredor, fijaban interpretaciones muy disímiles y fragmentarias de acuerdo con los intereses de la época. Exactitud en el detalle y formas dadas en contorno; corporeidad, búsquedas sensuales, texturas y matices generando masa; transparencia de una atmósfera, sentido de infinitud o de proximidad sorprendiendo la complejidad del escorzo y el entrelazamiento de las formas, planos transformadores de la visión del fragmento de vida, fueron conquistas del oficio como respuesta a la cosmovisión imperante en cada momento, convertida en esencias en clave mayor y en recursos para plasmarlas…”
“Los estridentes debates y profundos desacuerdos sobre política sanitaria, la maternidad de alquiler (de vientre o de útero), la investigación con fetos, la venta y compra de órganos para trasplantes, etc. constituyen síntomas sensibles de la circunstancia posmoderna, pues reflejan la existencia de concepciones morales arraigadas y contrapuestas y, por ende, la imposibilidad de una moral universal, es decir, compartida y válida para todas las comunidades morales. Se insiste en la necesidad de una bioética para el vínculo entre extraños morales: personas, o más bien comunidades humanas --judíos, católicos, protestantes, marxistas, liberales, budistas, mahometanos, etc.--, que no comparten los mismos valores y principios morales, pero que se han propuesto resolver sus controversias pacíficamente…”
Este estudio es parte de un esfuerzo más abarcador por determinar las políticas de la representación visual, y su relación con el discurso, en el contexto de la modernidad; investiga la relación entre el discurso colonial, asociado con la iconografía temprana de las Américas, y las formas contemporáneas de representación de los pueblos indígenas y los mestizos (etnicidad híbrida) en las fotografías noticiosas y los anuncios televisivos de los Estados Unidos. El análisis se concentra en la persistencia y relativa importancia de las prácticas culturales del primitivo período colonial en la perpetuación de las relaciones (neo)coloniales, así como su influencia en la articulación de contradiscursos en un sistema transnacional globalizado.
“En las últimas tres décadas de nuestro siglo, el mundo ha vivido momentos de profundos cambios en casi todas las esferas de la creación humana. Han cambiado las formas de hacer política, los modos de concebir el intercambio económico, los rumbos ecológicos de la sociedad y, por supuesto, también se han renovado los modos de hacer literatura. El teatro no ha permanecido ajeno a estas transformaciones globales; también participa y se contagia con estos tiempos que corren. Los dramaturgos, los teatristas tientan nuevos métodos y estilos de hacer teatro. Entre estos se encuentra la intertextualidad. ¿Cuál es su verdadero alcance dentro de nuestra creación teatral? ¿Quiénes, entre nuestros autores, han representado este recurso con mayor éxito u originalidad? ¿Significa esta actitud la disolución, la pérdida definitiva de la autoría? ¿Cuáles han sido las experiencias de nuestros dramaturgos, directores y críticos a la hora de asumir tal fenómeno?...”
Cuba fue probablemente uno de los primeros países hispanoamericanos, y de lo que hoy llamamos Tercer mundo, en establecer un vínculo identificador de la modernidad con el modelo social estadounidense, al extremo de que las modernas sociedades europeas apenas fueron tomadas como los ejemplos por seguir. Estos apuntes constituyen una primera y parcial reflexión acerca de los proyectos cubanos en torno a la modernidad hasta el presente, cuando no solo es imprescindible para asumirnos como nación en el mundo globalizado de hoy, sino cuando es asunto clave para el futuro del país.
La aparición de la fotografía en el panorama insular del siglo XIX estuvo asociado a los engañosos conceptos de progreso y desarrollo eurocéntricos, en tanto la técnica participó de los nuevos paradigmas modernos y de las paradojas de la colonialidad en Nuestra América. La exploración del universo del otro, mediada por la presencia de la cámara, propició que las rutas de los fotógrafos viajeros se extendieran por todo el continente americano: el mundo indígena, la esclavitud, la arquitectura de las principales ciudades antiguas y modernas, las plantaciones azucareras, las guerras y sus héroes. Especialmente, el universo de las plantaciones y la esclavitud se convirtieron en temas centrales de la relación modernidad-colonialidad en el Caribe. El anverso de la esclavitud fueron el cimarronaje y las formas de resistencia cultural, los cuales también se convirtieron en temas excepcionalmente abordados por la fotografía etnológica de la época. El fértil campo de desarrollo que proponía la fotografía atrajo numerosos artistas extranjeros a las islas hispanas, quienes legaron una considerable y contradictoria compilación de imágenes de la sociedad del siglo XIX, tales como los repertorios visuales legados por el científico francés Henri Dumont y el diplomático inglés Harry Hamilton Johnston.
“Historia, literatura, periodismo, novela, testimonio, fiction y non-fiction, realidad e imaginación, realismo mágico y lo real maravilloso. He ahí el tema y todos los temas, he ahí el estilo y todos los estilos, he ahí los géneros y todos los géneros. Los límites, las fronteras, las oposiciones, se rompieron, se disolvieron en nuestra modernidad, si es que alguna vez existieron en la historia de la creación del hombre. En todo caso postulo que si hay alguna diferencia es de calidad, de penetración, de permanencia…”
“El cine cubano llega, de pronto, a la modernidad en los años 60. Es decir, en esos años en que el mundo intenta restablecer el equilibrio entre el alma y el cuerpo. Entonces se entendió lo espiritual no solo como refugio en sí mismo, ni mucho menos como parcela al margen de las realidades de la vida. La dignidad, el decoro, la solidaridad, las virtudes, llegaron a convertirse en algo útil”. Este texto intenta “explorar el cine cubano deteniendo la mirada en algunos aspectos de la modernidad”, y se limita al largometraje de ficción. Algunos de los criterios con los cuales se analiza la ficción seguramente podrían ser aplicados al resto de la producción, tanto la de fuera como la de dentro del ICAIC…"
(Premio Temas de Ensayo 2001, en la categoría de Ciencias sociales)
“La racionalización de la sociedad moderna, en la medida que aparenta dar forma al sentido común, y la tecnificación de la vida humana, parecen dejarnos el desafío de cómo no reducirnos a una maquinaria más dentro de la cadena de sistemas cada vez más especializados y específicos en un contexto de homogeneización, uniformización y consiguiente pérdida de libertad; preocupación que permeó los intereses de la teoría crítica hace algunas décadas. De la misma manera, la racionalización de la cultura moderna deja el desafío de interrogarnos cómo puede mantenerse integrada una sociedad en un contexto de creciente fragmentación, de multiplicidad, de relativismo y pérdida de sentido…”
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