lunes, 30-06-2025
Más salud: higiene, hábitat y equidad
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* Panel realizado en la sede de la revista Temas, el 29 de mayo de 2025.
Panelistas:
Francisco Durán. Médico epidemiólogo. Director de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública.
Jesús Manuel Iglesias Gómez. Doctor en Veterinaria. Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo de Cárdenas.
Antonio Blanco. Jefe del Departamento de Servicios Comunales en el gobierno municipal de Plaza de la Revolución.
Luis Emilio Aybar. Delegado de la circunscripción 17 del Cerro. Investigador del Instituto de Investigación Cultural Juan Marinello.
Lemar Hurtado Hoyos. Ingeniero y empresario. Nufor S.U.R.L.
Rafael Hernández. Politólogo. Director de Temas.
Rafael Hernández: Bienvenidos al nuevo panel de discusión Último Jueves, de la revista Temas. Les agradecemos a todos los que han venido a escuchar y a participar activamente en el debate. Tenemos un panel relativamente exuberante. Hemos tratado de reunir ángulos diferentes acerca de la problemática que abordaremos hoy, la cual, aun cuando quizás tiene su expresión más dramática en la basura amontonada en las calles, no se reduce a esta. Pretendemos que este encuentro gire en torno a algo mucho más abarcador y de fondo, que es la cuestión de la higiene en general, debatir sobre el medio en el cual vivimos, y las diferencias existentes entre sectores, zonas, individuos, etcétera.
Felizmente, hemos logrado reunir a un grupo idóneo para este tema, no solamente por lo que cada uno sabe y puede aportar, sino porque en conjunto pueden darnos ángulos diferentes acerca de esta problemática. Como conocen los asiduos a Último Jueves, aquí no solo se vale tener ideas diferentes o contradictorias, sino que esperamos que las tengan. La diversidad y las distintas experiencias de los panelistas nos garantizan eso de antemano. Tenemos al doctor Francisco Durán, que no necesita presentación, director de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, a quien agradecemos particularmente su presencia. Para nosotros resulta clave que haya personas de instituciones en este panel, porque no es fácil poder tener la visión de alguien que viene de un organismo, de una institución estatal, por eso apreciamos mucho su participación, no porque esperemos que lo que digan aquí sea oficial, sino a título personal. Lo valoramos por la experiencia, el conocimiento desde dentro, y la visión que traen consigo.
También tenemos a Jesús Manuel Iglesias Gómez, que viene desde Cárdenas. Es doctor en Veterinaria, pero se ocupa, en el Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo de Cárdenas, del desarrollo agrícola sostenible, de la agroecología y del trabajo con los campesinos, en particular con las mujeres rurales. Es un entorno muy diferente al de La Habana.
Antonio Blanco, a quien también le damos, como al doctor Durán, una especial bienvenida porque, como él es miembro de una institución gubernamental. Es el jefe del Departamento de Servicios Comunales del municipio Plaza; es, pudiéramos decir en broma, el hombre de la basura. Antes ha dirigido la empresa Aurora, que se dedica a la recogida de desechos sólidos. Seguramente muchos recuerdan la época en que todos aportábamos desechos sólidos, cartones, botellas plásticas y de cristal, metales, etc., para ser reciclados. El ha tenido esa experiencia de recogida de basura en otros municipios, no solamente en Plaza.
En la mesa está sentado Luis Emilio Aybar, que es investigador en el Instituto de Investigación Cultural Juan Marinello, pero no está aquí por eso, sino porque es delegado de la circunscripción 17 del Poder Popular en el municipio Cerro, que queda por el Estadio Latinoamericano. Por esa condición, porque la gente lo va a ver para plantearle problemas de higiene y de todo tipo, que lo hemos invitado.
Y finalmente tenemos al ingeniero Lemar Hurtado Hoyos, que tiene una empresa tecnológica llamada Nufor, que está incubada en el Parque Científico-Tecnológico de La Habana. Esta empresa publicó, junto con la Fundación Antonio Núñez Jiménez, el manual Cuba limpia, que trata sobre acciones de limpieza en playas y costas. Tiene, además, una plataforma de economía circular, que entre otras cosas, se ocupa también del reciclaje.
Como ven, tenemos representantes de distintas áreas, y de distintas edades, dentro de la sociedad cubana actual.
Antes de hacer la primera pregunta quisiéramos empezar por dar a conocer el resultado de una encuesta que hicimos, como en otras ocasiones, en nuestras redes sociales. Sabemos que no son representativas, depende de la cantidad de personas que contesten, pero pueden dar una cierta indicación en relación con algunos de los problemas que vamos a discutir, y que ve la gente que no está sentada en esta sala. Entonces le doy la palabra a Disamis, que es la dueña de las encuestas.
Disamis Arcia: Como les decía Rafael, cada Último Jueves hacemos pequeñas encuestas, que en realidad nos sirven para explorar el tema, y también para provocar la interacción de los usuarios que nos siguen sobre todo en Telegram y en Facebook. No pretenden ser muestras representativas estadísticamente, ni tampoco son cuestionarios científicos; solo una manera de explorar cómo se mueven determinadas matrices de opinión, líneas de postura de algunos de los usuarios sobre la temática que vamos a tratar en el Último Jueves que se esté desarrollando. Esta vez propusimos dos preguntas: cuáles son los factores principales que inciden en los problemas de la higiene, y cómo valoran la higiene del entorno en donde viven.
En la primera, la abrumadora mayoría (86%) identificó la gestión de recogida y reciclaje de basura y de desechos como el principal problema que afecta a la higiene en sus entornos, pero establecen en un lugar similar dos causas: los comportamientos irresponsables de los pobladores (55%) y la ineficiencia administrativa de las entidades responsables y encargadas de garantizar esa recogida (58%).
Habíamos incluido hasta diez elementos, que están muy distribuidos porque ninguno quedó sin marcar, ninguno supera 22%, pero eso también nos da la idea de que todos se reconocen como elementos importantes que están afectando nuestros entornos. Son ellos: las dificultades con el drenaje de agua, el estado de las viviendas, el hacinamiento en ellas, la violación de las normas higiénicas, y la falta de elementos, implementos y productos para la higiene.
La segunda pregunta, sobre el estado de la higiene en el entorno propio, 65% lo calificó como muy malo y 31% como regular. ¿Es esta la situación de todo el país?; sabemos que no. Este resultado solo indica la opinión de por lo menos una buena parte de los que interactúan con Temas.
Rafael Hernández: Gracias, Disamis. La primera pregunta es ¿qué aspectos resultan típicos para garantizar la higiene comunitaria?, ¿qué es lo más importante que hay que cuidar, lo que resulta clave a la hora de hacer realidad la higiene comunitaria?
Francisco Durán: Mucho gusto y muchas gracias por haberme invitado a participar en este grupo. Veo muchos profesores de la Escuela Nacional de Salud Pública, a la cual pertenezco, y del Centro de Salud, o sea, un equipo completo.
Los temas planteados son muy complejos en estos momentos, ¿decirme eso a mí? Cuando me ve alguna persona, me dice: «Vaya por mi reparto», pero a mí no me hace falta ir; frente a mi casa está la loma de basura y de desechos. Por lo tanto, sé que es algo difícil y peligroso.
Desde el punto de vista de la salud y desde el de la protección de los seres humanos y los animales, indiscutiblemente tiene una repercusión, hay factores físicos, biológicos, sociales y del entorno ambiental que influyen en la salud, Aquí está el profesor Adolfo Álvarez, que es experto en estos temas y lo puede decir.
Yo me voy a referir fundamentalmente a los factores biológicos. Los criaderos de diferentes vectores –no solo los mosquitos– tienen mucho que ver con los problemas de la higiene y el cuidado del medioambiente. Para nadie es un secreto que muchas enfermedades se trasmiten a través del mosquito, uno de los más importantes es el aedes aegypti, porque tiene la capacidad de trasmitir enfermedades tan complejas como la fiebre amarilla, el zika, el chikungunya, el dengue. Durante mucho tiempo estuvimos hablando de que vivía y se reproducía en agua limpia, dentro o cerca de los domicilios; eso sigue siendo una verdad, pero en la medida en que lo vamos sacando de ese hábitat se desarrolla en otros, y vive en cualquier lado. Muchos de los compañeros que llevamos años trabajando en esto, sabemos que lo han encontrado hasta en aguas albañales.
Entre todas esas enfermedades, en Cuba, en estos momentos y desde el año pasado nada más tenemos el dengue, pero eso no quiere decir que no estemos expuestos a las otras. En todas esas acumulaciones de basura, en cuanto depósito haya que acumule agua, y ahora se espera que llueva bastante, puede haber criaderos del vector; se dice que hasta en una chapita de refresco. Imagínense todas las posibilidades que hay de criarse en un vertedero.
Hace poco apareció, desgraciadamente, el oropouche, que es otro virus, no tiene que ver con los otros, y lo trasmite otro mosquito, el culex quinquefasciatus, que es todavía más difícil de controlar porque vive en cualquier medio, en los albañales, en las aguas sucias, en las limpias. Pero, además del mosquito, lo trasmite el jején, lo que complejiza su control. Esas son fundamentalmente las enfermedades relacionadas con la higiene que tenemos, o de las que estamos amenazados.
En Cuba tenemos grandes criaderos de anopheles albimanus, un tipo de mosquito que trasmite nada más y nada menos que el paludismo, una enfermedad que está erradicada en la Isla; por lo tanto, vigilamos nuestras fronteras, y de llegar del exterior algún enfermo, lo ingresamos en cuanto se detecta, para evitar que se pueda producir la trasmisión.
Esos vertederos de que hablamos son también criaderos de ratas que trasmiten la leptospirosis, la rabia, y por lo tanto son lugares de mucho riesgo.
En el entorno ambiental también proliferan las moscas, que trasmiten sobre todo enfermedades gastrointestinales. La mosca tiene la costumbre de posarse sobre heces fecales, y luego en un alimento. Por esa vía se adquiere un grupo de otras enfermedades. Fíjense cuánto riesgo tenemos acumulado en un solo lugar.
Los problemas de la basura son complejos, desde la demora en la recogida, que hace que se acumule, hasta las indisciplinas sociales. Lo tenemos que reconocer. A veces uno le dice a un vecino que echa sus desperdicios fuera del contenedor: «No hagas eso», y te contesta: «¿Cómo me vas a llamar a mí la atención con toda esa basura regada ahí?». Todos tenemos que poner de nuestra parte. Todos hemos visto sacos de escombros, muebles viejos, mezclados con desperdicios de comida. Ayer, en la esquina de mi casa había unos muebles llenos de comején y la gente se sentó allí por la noche a conversar en medio del basurero. A eso añádanle una figura que es bastante desagradable: los “buzos”. Un día me llamaron la atención porque los llamé así; me dijeron que son recogedores de materias primas o algo así; pero lo importante es que están en cualquier lugar, sacan toda la basura, la dejan regada, y hasta, lamentablemente, a veces comen al lado del tanque de basura. Todos estos son grandes riesgos que tiene el entorno donde nos desenvolvemos.
Jesús M. Iglesias Gómez: Muchas gracias por la invitación. Es un placer compartir con ustedes las experiencias de Cárdenas. Me gustó mucho que comenzaran con las encuestas porque realmente es lo general en el país. Si vamos por municipios, por provincias, dondequiera que hagamos encuestas de este tipo vamos a encontrar prácticamente las mismas respuestas.
Hay muchas aristas, como decía el profesor Durán, biológicas, sociales, administrativas. Siempre estamos achacando el problema de la higiene ambiental a la acumulación de personas, el hacinamiento, y es verdad que esto también lo provoca, pero Cuba, lejos de estar creciendo, está decreciendo, cada vez tiene menos habitantes. Hace poco vi en el Noticiero que somos menos de 9,8 millones de habitantes, cuando llegamos a ser doce millones.
Pienso que este problema de la higiene ambiental está, en estos momentos, muy vinculado a dos cosas; una, de la cual no podemos dejar de hablar, es el bloqueo a que nos tiene sometidos el país del norte, y que nos mantiene agobiados, y hace que no tengamos los recursos necesarios para luchar contra estos flagelos; pero también tenemos lo interno como causa. Hay muchas cosas que se pueden hacer que no se están haciendo por un problema de gobernanza, de que los consejos de administración a nivel local, territorial, no están haciendo las cosas como se tienen que hacer.
En pueblos como el mío se ven muchas cosas, se ve corrupción, favoritismo, amiguismo; se ve demasiada centralización, que al final converge en poca utilización de los recursos, al desvío grande de ellos, y eso hace que los recursos que deben ser destinados a la infraestructura, a la higiene, al medioambiente, cojan por otros derroteros.
La población, como también decía el doctor Durán, tampoco ayuda; nosotros, los ciudadanos, no ayudamos, soltamos la basura donde quiera; es verdad que pasan semanas sin que llegue el carro, y en ese lapso yo tiré mi basura y la vecina tiró la suya, y otro tiró la de él, y cuando pasan dos o tres semanas aquello ya es una montaña, y claro que provoca todos estos problemas de higiene que comentó el doctor.
Otro problema muy importante, es el del acceso al agua potable. El otro día el máster Argelio Fernández, el que habla en el Noticiero sobre recursos hidráulicos, decía que hay más de trescientas cuarenta mil personas que no tienen acceso al agua, o que lo tienen muy limitado; mucho más de un cuarto de millón de personas. En mi pueblo hay zonas que pasan cinco, seis, siete días, sin que entre el agua, y sé que en La Habana pasa igual. Tengo familiares en La Habana que tienen tanques por doquier, y cuando ponen el agua, aunque sea de madrugada, comienzan a llenarlos. Lo mismo pasa en mi pueblo. Esos son problemas grandes, el acceso al agua potable y el de los basureros en la calle.
Pero también está el problema del control en relación con la higiene, debido a la falta de personal para trabajar en eso, cada vez son menos los que se dedican a esto. Las calles apenas se barren, ya no hay barrenderos como antes, y los que hay nadie los monitorea. Algunos barren las calles y dejan todo en una esquina, nadie viene después a recoger esa basura. Después la gente dice: «Bueno, si aquí es donde pusieron la basura, aquí es donde yo voy a poner la mía». Esa falta de control de las organizaciones que tienen que ver con la higiene es un problema muy grave.
En Cárdenas también se da otro fenómeno relacionado con el agua, y es que la población ha ido creciendo sin una planificación física adecuada. La administración municipal no ha controlado las construcciones, y la gente construye y construye donde no hay acueducto, donde no llega el agua, y empieza a hacer pozos, y uno abre un pozo para tomar agua, pero el de al lado abre otro para soltar las aguas residuales; para no hacer una fosa, abre el hueco y por ahí sale, y ahí empieza la contaminación de las aguas.
Hoy en Cárdenas hay un brote de hepatitis severo, no sé si el profesor Durán ha oído sobre esto, y es por la contaminación de las aguas. A eso se suma todo lo demás que él ha dicho: las calles llenas de baches, de charcos, los tragantes que no se limpian nunca, los recolectores de basura (buzos) llegan, sacan jabas y otros envases, toman lo que les sirve, las sueltan y todas salen volando, se meten en los tragantes, todo se tupe, y cuando llueve a veces el agua penetra dentro de las casas. Todo eso tiene que ver con la higiene, y por eso, hoy por hoy, hay un aumento de un grupo de enfermedades, tanto de las que se trasmiten por el mosquito como por otro vector, como las ratas.
Pienso que son dos aristas, la biológica y la social. El problema administrativo está afectando grandemente la higiene de nuestras comunidades.
Antonio Blanco: Buenas tardes; mi agradecimiento a la revista Temas por haberme invitado. Estar aquí es una oportunidad para expresar nuestros criterios, también otras fórmulas que se pueden plantear, y en mi caso, tener una nueva experiencia. Voy a tratar, por todos los medios, de que no me ciegue el sentido de pertenencia al sector.
Uno de los aspectos fundamentales que hoy se refleja es que hay una crisis para poder garantizar la recolección de los desechos sólidos, que en el caso de los servicios comunales tiene tres elementos principales: están la recogida especializada o por contenedores, el saneamiento manual ambiental, y la higienización, que es aquella que se hace en las grandes acumulaciones de escombros y objetos voluminosos, que se recoge con cargadores y equipos de la construcción.
Hoy el problema fundamental en Comunales está dado porque los niveles de generación de desechos se van por encima de las posibilidades reales que tenemos para recogerlos con el equipamiento con que contamos, sin contar que hay otros elementos que influyen negativamente en esta actividad. Hasta cierto punto se han ido garantizando los niveles de combustible, con una que otra escaramuza en su momento, pero no ha sido de igual manera con las piezas de repuesto, ni con algunos otros elementos que son importantes para que los carros funcionen, porque son camiones especializados que trabajan con piezas y cosas que se van deteriorando con el tiempo, a partir de que diariamente, los trescientos sesenta y cinco días del año tenemos que trabajar con este equipamiento.
Otro problema que influye negativamente en esto es que fluctúa mucho la fuerza de trabajo. A partir de una iniciativa del gobierno se hizo un diagnóstico de la actividad de servicios comunales, no solo en La Habana sino en todo el país, y ahí se fueron viendo problemas que son iguales en cada una de las provincias y en particular los que inciden en La Habana, y hay que decir que hay una fluctuación tremenda en la actividad de servicios comunales.
Por otra parte, 87% de la fuerza de trabajo en la actividad de comunales son personas sancionadas, y eso genera otras dificultades. La basura es una actividad nada atractiva y nos hemos visto obligados a contratar personal al que no le dan empleo en ningún otro lugar.
Uno de los méritos que tenemos en Comunales es que somos fuente de empleo para estas personas; sin embargo, nos crea un trastorno, porque tiene que haber una sincronización con el camión, con los trabajadores y los choferes, ya que es un equipo especializado que debe funcionar bien para poder tener resultados. Hay veces que se forma una brigada que funciona durante mucho tiempo y de buenas a primeras se desajusta porque, por ejemplo, a uno le dieron la libertad (porque también tenemos contratado personal que está actualmente en prisión), entonces nos crea un nuevo problema, que es enseñar esos mecanismos y habilidades, que no son fáciles, a los nuevos trabajadores contratados.
No obstante, aunque las tres actividades son fundamentales, el principal problema lo tenemos con los equipos para el saneamiento manual, que para nosotros es muy importante. Es la recogida de aquella basura que se derrama fuera de los contenedores o que no cabe en ellos, por lo que se recoge manualmente. Para eso no hace falta usar los camiones con cargadores, sino otros que tienen más de treinta o cuarenta años de explotación, y no tenemos piezas de repuesto para ellos; los que todavía caminan lo hacen por el esfuerzo de los trabajadores de Comunales, que se las ingenian para que aún trabajen, pero hay mucha inestabilidad en este tipo de equipamiento para poder ejercer esta actividad; por tanto, hemos tenido que buscar otras alternativas, que han sido los apoyos a través de las entidades de la Construcción, y de otros sectores que vienen a trabajar en Comunales, pero que no son experimentados, no son habituales, y muchas veces también nos crean otro tipo de problemas.
Hay que decir que en la capital tenemos un déficit importante de contenedores; en Plaza faltan más de mil. Al no tener esa cantidad de depósitos, no puede funcionar con eficacia la recogida especializada, y la basura va al piso del todo, y entonces entra otra forma de recogida por camiones.
Esas no son las únicas causas; tenemos indisciplinas, problemas serios con los cuadros, fundamentalmente los que dirigen en la base; a los que recogen la basura en las zonas de esos cuadros cuesta mucho trabajo retenerlos, es muy complejo y trabajan en condiciones muy adversas.
Nos falta mucha capacitación, tenemos que seguir preparando a los cuadros principales que trabajan en la actividad de servicios comunales porque es importante lograr su desarrollo para que puedan hacer su labor más conscientemente.
Ahora bien, no se puede negar que la población tiene una incidencia básica en lo que está pasando hoy. No me gusta generalizar, yo siempre hablo de algunos sectores de la población, pero lo que hay que reconocer es que Comunales limpia y al poco rato ya volvieron a sacar desechos, o sea, no se respeta el trabajo que estamos haciendo con tremendo esfuerzo. No se respetan los horarios, lo que está establecido es sacar la basura después de las seis de la tarde; tengo miles de ejemplos, las veinticuatro horas se está botando basura, aquí a las nueve de la mañana, a la una, a las tres, a las siete de la tarde, constantemente aquí se está sacando basura en esta ciudad, y así es imposible mantener la higiene.
Tenemos también otro problema que incide negativamente: los nuevos actores económicos. La colocación en los contenedores de cajas de cartón, de envolturas de todo lo que están vendiendo, ha venido a complicar el problema, aunque está prohibido por ley que hagan eso, no pueden coger los residuos de la actividad que desempeñan y echarlos en los contenedores de la población, en la vía pública. Porque si llenan un contenedor de cajas y otros envases o desperdicios cuando llega la población a botar la basura la tiene que echar en el piso o ponerla encima. En eso hemos estado trabajando.
El enfrentamiento a lo mal hecho es otro problema, que no es directamente de la actividad de Comunales, pero la afecta; hoy el enfrentamiento es muy bajo, y estamos hablando más allá de ponerles multas a las personas, es que en la cuadra se sabe quién genera el escombro y nadie lo enfrenta. Nadie de Guanabacoa viene a botar basura en Plaza, aquí la botan la gente de Plaza; y voy a decir más: nosotros hemos estado haciendo indagaciones, haciendo estudios; ahí está el doctor Rubén, que me conoce y sabe que no estoy mintiendo: los que botan escombros para la calle no son gentes normales y corrientes, porque no tienen dinero para hacer grandes reparaciones constructivas ni botar esos volúmenes de escombros para la vía pública, más allá de que cualquiera puede, en un momento determinado, hacer algún trabajo en su vivienda y botar el escombro.
Por otra parte, recoger los escombros nunca fue responsabilidad de Comunales —aquí también está el doctor Somarriba, que lleva muchos años con nosotros y lo sabe—, sin embargo, la hemos tenido que asumir porque no hay nadie que lo haga. Cuando se ha visto esto con el MICONS, nos han dicho que no tienen establecido un sistema para recoger escombros de la vía pública. Entonces, aunque tampoco nos tocaría, lo hemos asumido porque son cosas que conspiran contra la higiene.
Lo otro que también podemos decir es que nos faltan muchos medios de trabajo para tener la calidad que se requiere.
Lo que sí les trasmito con toda responsabilidad es que hay una intención del gobierno. Está creada una Comisión para lograr el perfeccionamiento de los servicios comunales, y ahí se está trabajando con fuerza.
Luis Emilio Aybar: Gracias por la invitación. Lo primero que me gustaría decir es que estamos enfrentando una crisis de reproducción de la vida. Todos estos problemas de higiene forman parte de esa crisis a la que están enfrentadas las personas en su vida cotidiana, que tiene que ver con procesos de bienes, servicios, consumos, accesos, que forman parte de su ciclo vital y que están enfrentando una innumerable cantidad de dificultades. En esa crisis de reproducción de la vida, en cuyas causas después profundizaremos un poco (ya más o menos se estuvo hablando de factores externos, internos) hay una brecha fortísima entre La Habana y el resto del país, eso creo que hay que dejarlo claro.
Lo puedo decir con conocimiento de causa porque soy de Cienfuegos, y mi mamá vive allá, y lo puedo demostrar con tres cosas básicas: electricidad, gas (o sea, acceso a los medios de cocción de los alimentos), y el pan. Ahí se ve que hay una brecha bastante grande, que vivimos en lo que parece que no pero es una cierta burbuja, porque aunque tenemos muchos problemas en La Habana, en las otras provincias se multiplican por tres o por cuatro. Es importante que lo tengamos presente porque las conclusiones que podamos sacar sobre este tema no son iguales si se vive en la capital o en el resto del país, y también de las brechas dentro de cada provincia.
Quiero exponer algunos de los problemas que, en mi circunscripción, tienen que ver con la higiene y la salud, pero que estoy seguro de que pueden ser comunes a muchos otros lugares, aunque se expresen de distinta manera.
En primer lugar, tenemos el problema de la vivienda, que en el caso de El Cerro es el más grave; tenemos el problema de la basura, que ya se mencionó; tenemos el problema de la infraestructura y los servicios básicos; del acceso al agua, que también se mencionó; de los medicamentos y el acceso a ellos. No digo tanto el acceso a los servicios de salud porque sabemos que eso está un poco más garantizado, aunque por falta de personal, por ejemplo, en este momento el sistema de atención primaria se está reorganizando, compactando consultorios, se está tomando una serie de medidas por el déficit de personal, y eso tiene un impacto que se está atenuando, pero que hay que tomarlo en cuenta también. Además, el tema de la combinación de la emigración, el envejecimiento, y el funcionamiento familiar, genera muchos problemas que también tienen que ver con la salud de la población.
En estos momentos, todo esto es una fuente grande de malestar y de conflictividad social de diverso tipo. Puedo poner muchos ejemplos y muchas anécdotas de cómo enfrentamos estos problemas. En el caso de nuestra circunscripción, hemos logrado resolver la reparación de tres edificios; el cambio de línea de una ciudadela. Ahora tenemos dos planteamientos que no son tan nuevos, pero los heredamos, relativos también a la reparación de dos edificios, y el problema también de los edificios de la Esquina de Tejas, que son gigantes, de veinte plantas, que precisa una reparación millonaria que no se ha podido realizar y que tiene una serie de problemáticas que vienen a colación, como que en el sótano de uno de esos dos edificios se realizaron ocupaciones ilegales de personas que alegan tener problemas de vivienda. Efectivamente los tienen, pero hay entonces una tensión social porque los residentes en el edificio consideran que ellas no deben estar ahí. En efecto, no hay condiciones ni está previsto que esos espacios sean viviendas, pero ellos se niegan a abandonarlos; entonces que hay que expulsarlos, la Comisión de Enfrentamiento no tomó en su momento una medida drástica con esos ilegales, se les dio un tratamiento de tolerancia. Pongo este ejemplo porque forma parte también de problemas que van acentuando todo esto de que estamos hablando.
Ya de la basura se habló, pero el problema, por ejemplo, de la infraestructura y de los servicios básicos se expresa en vertimientos, en tupiciones, que también incrementan esa situación, donde muchas veces la respuesta de Aguas de La Habana, de Saneamiento Básico, de esas instituciones, no logra ser todo lo rápida que debiera ser, por una serie de factores; entonces eso se empieza a agravar, los cambios de líneas, los problemas de las tuberías, etc. Recientemente hubo una tupición en uno de los edificios, se puso bastante crítico el asunto, porque las heces fecales de las personas salían por la taza de baño de uno de los locales de esas personas que están ocupando un espacio ilegal en el sótano, y ellas no querían que se pusiera el motor del agua porque salían todas esas heces por su baño. Tremendo conflicto; tuvimos que darle un enfrentamiento fortísimo a esto, hubo que buscarle soluciones comunitarias. Finalmente se resolvió, pero la crisis duró como cuatro o cinco días.
El del agua también es un problema fuerte; por ejemplo, en mi circunscripción, de Calzada del Cerro hasta Velázquez, no hubo agua durante un año entero. Nos pusieron un plan de pipas que empezó a afrontar dificultades desde el principio, no llegaban cuando debían, se desviaban o no aparecían; los vecinos se empiezan a quedar sin agua; Aguas de La Habana dice que las mandó, pero no llegan o se demoran; las personas se quejan, y uno como delegado tiene que estar acompañando todas estas luchas, porque hay que resolverlo y la gente se siente descontenta y se moviliza en función de los problemas que la están afectando. Finalmente lo resolvimos, había piedras enormes en una parte donde la tubería doblaba y no dejaba pasar el agua. Después de ese problema nunca más hemos tenido problemas de agua; pero comprobamos que cuando las personas están sin agua se produce una grave crisis comunitaria.
Hay algunos otros ejemplos relacionados con la salud, como los que mencioné antes de los problemas de la emigración, el envejecimiento, de las enfermedades. Cualesquiera de ellos pueden manifestarse; por ejemplo, en una persona con una enfermedad psiquiátrica. La cuidaba su esposo, pero este emigró, la madre de ella no quiere ocuparse, y entonces el hijo, un adolescente, tiene que hacerse cargo; la enferma empieza a tener crisis, a amenazar al hijo y a otras personas. Ante esta situación hay que actuar con rapidez. Finalmente se busca una solución articulándose con el consultorio, con la propia psiquiatra.
En este caso la mujer se estabilizó, pero son problemas que empiezan a tener un nivel de intensidad bastante fuerte y donde la labor del delegado es, precisamente, acompañar a la gente, presionar, canalizar los problemas, sentirse parte, buscar soluciones que, aunque no estén en sus manos, pueden ayudar a que la solución llegue, o llegue más rápido. Hay veces que no llega, pero yo siempre digo: «a lo mejor tenemos diez problemas y no los podemos resolver todos, pero la labor del delegado ayuda a que se resuelvan cinco, y eso la gente lo agradece, y ayuda también a resolver muchas de estas situaciones que son bien concretas, y en donde considero que deben estar puestas todas nuestras energías en este momento.
Rafael Hernández: ¿Existe una crisis de higiene?, ¿tiene causas, una, dos, tres, cuatro causas en concreto, en particular?
Jesús M. Iglesias Gómez: Sí, existe una crisis en sentido general, y la higiene no escapa a eso, todos conocemos la situación que tiene el país en este momento, y esta fuerte crisis económica y social está causando también que nos quedemos sin la infraestructura necesaria, sin los insumos necesarios, sin el personal necesario para afrontar estos problemas de la higiene, y sí podemos decir que estamos enfrentando una crisis de higiene.
Una colega me decía: “En Cuba lo que hay es una policrisis”, y es verdad; pero refiriéndonos a la higiene, podemos decir que puede ser general, pero conocemos de lugares donde no se vislumbra tan fuerte como, por ejemplo, en lugares de La Habana, y de Cárdenas.
Las causas principales, ya lo hemos dicho, como todos los problemas, tienen que ver con el bloqueo: la crisis económica, la falta de infraestructura sanitaria, y de personal de salud, etc. El personal médico se nos está yendo, se nos están yendo las enfermeras, los hospitales están sucios y desabastecidos, la gente no quiere seguir trabajando en ellos. Eso trae como consecuencia que hay una crisis no solamente en las poblaciones, sino también en los centros hospitalarios.
¿Cómo se manifiesta esto? Ya el doctor Durán lo estaba diciendo; se expresa en todas estas enfermedades presentes en el país, cuya incidencia va subiendo o va bajando, pero se mantiene: el dengue, el oropouche, la hepatitis, entre otras.
Me quiero referir a algo que a veces no vemos como una enfermedad, pero que afecta grandemente la salud mental de la población; me estoy refiriendo a la estética de las ciudades, esos basureros, esa suciedad en las calles, esa falta de pintura, etc. Dentro del marco de la higiene ambiental es deprimente; hace que la gente no se sienta bien, que se estrese, que haya un malestar cívico. Nosotros venimos de una ciudad —Cárdenas— donde la corriente se va durante veinte horas seguidas, y eso crea un trauma inimaginable por muchas personas.
Entonces todos esos factores, unidos al apagón que, entre otras cosas, te echó a perder la comida, que no sabes qué hacer con el viejito que tienes encamado, van rompiendo tu resiliencia; la gente se pone cada vez más vulnerable. Y esto provoca, como decía el colega, trastornos psicológicos, y tiene que ver también con todo lo que estábamos hablando sobre la higiene ambiental.
Quiero plantear algo que considero importante. Cuba siempre se caracterizó por trabajar en la prevención, en eso éramos uno de los mejores países del mundo, y eso se ha perdido también. Recuerdo cuando surgió la campaña contra el mosquito aedes aegypti. Se trabajaba muy bien, pero ahora, yo no sé los meses, o pudiera hablar de años, que por mi casa no pasa una persona de esas que venían con el papelito, te revisaban los tanques de agua y los tragantes, les echaban abate… Eso es prevención y ya no existe. Cuando vas a cualquier cafetería a tomarte un guarapo, un jugo, ves que no hay un control de cómo se lavan esos vasos, si el producto que están vendiendo es inocuo o no. Eso también se ha perdido.
Antes trabajábamos por prevenir; hoy las campañas se hacen cuando el mal está hecho. Ahora en Cárdenas hay hepatitis y ya empezaron los pesquisajes, ya están visitando las casas. De pronto hay un caso de dengue y llegan a fumigar, pero cuando no existe el caso, no hacen nada. Entonces, la prevención está fallando, y si esta falla, se produce todo lo que estamos lamentando.
Lo otro que debemos tener en cuenta es que estamos enfrentando un cambio climático muy severo. El año pasado nos atravesaron dos ciclones fuertes, y terremotos en el oriente del país. Las inundaciones, los derrumbes, el hacinamiento de la gente en los albergues, todo eso también provoca consecuencias graves para la higiene de las comunidades, y no logramos que se puedan resolver rápidamente, como quisiéramos, a pesar de todo el esfuerzo que hace el Estado, que sabemos que lo hace, pero que no tiene los recursos para ello.
Rafael Hernández: ¿Aybar, quieres agregar algo?
Luis Emilio Aybar: Sí, respecto al tema de las causas, desde el punto de vista de la subjetividad de la gente, que no se presentan tanto cuáles son las causas, sino más bien quién tiene la culpa. Las personas, en su crisis cotidiana tiene la tendencia, o más bien sienten la necesidad de echarle la culpa a alguien, y entonces en este momento en nuestro país, por lo menos es lo que yo recibo, se la echan con más fuerza a los que tienen mayor visibilidad pública: a los dirigentes, al gobierno. Al delegado no le echan tanto la culpa. Quizás porque es una figura que no tiene mucha presencia en el barrio, porque no podemos negar que no todos los delegados tienen una proactividad, una labor positiva en su circunscripción, incluso hay algunas que están sin delegado; o quizás cuando la gente ve, como es mi caso, que el delegado se ocupa, que acompaña, que está batido con el problema, codo a codo con las personas; eso hace la diferencia en cuanto a la culpa, en relación con esa idea un tanto abstracta de culpar al Estado, al gobierno, y a sus funcionarios.
La gente, además, ha desarrollado la fórmula de hablar en tercera persona. Antes la tendencia era decir nosotros, o nuestro gobierno, o nuestra autoridades, o nuestra Revolución, o nuestro Estado, pero ahora una parte no desdeñable de la población se refiere a «ellos», la culpa es de ellos, que no se ocupan, que son unos insensibles, que son unos corruptos, etc.; y eso tenemos que entrar a analizarlo. Por un lado, es lo que la gente siente de manera inmediata, porque el bloqueo, por ejemplo, es algo que las personas no visualizan de forma concreta, sino a través de una mediación; es un agente externo que establece una serie de mecanismos de opresión y de asfixia que no se encarna necesariamente en una persona a la que se puede visualizar, oír, ubicar; en cambio, al intendente del municipio, o al director de Aguas de La Habana, o al funcionario del gobierno, lo puedes visualizar, puedes acudir a su oficina y ver si te atienden bien o no te atienden, y eso genera una corporeización de las culpas; porque la gente tiene la experiencia de saber que como mismo el bloqueo existe, también existe la ineficiencia institucional, la corrupción, la insensibilidad y todas esas cosas que se mencionaron, y a partir de esa experiencia enjuicia.
Rafael Hernández: ¿Siempre es el gobierno el responsable de algo?
Luis Emilio Aybar: No necesariamente; por eso uno de los problemas que tiene ese acumulado de insatisfacciones que está desarrollándose es que mete en el mismo saco a todos los cuadros, dirigentes, estructuras, cuando ni todos los problemas, ni todas las causas, ni todos los factores, ni todos los cuadros, ni todos los dirigentes, son iguales. Tenemos muchos problemas, pero no podemos afirmar que en todos los casos esa imagen que la gente tiene se cumple; sin embargo, ya está instalada, todos los dirigentes están en un mismo saco para una parte de la población, y la culpa siempre es del gobierno, al nivel que sea. Hay una tendencia, por un lado, a echarle toda la culpa de cualquier cosa al presidente Díaz-Canel, aunque sea el intendente u otro cuadro de un municipio el que actuó de manera ineficiente; por otro lado, al contrario, existe la tendencia a decir: «Son los cuadros intermedios, la capa local los responsables», y libran de responsabilidad, de alguna manera, a la dirección del país. Te puedes encontrar cualquiera de las dos reacciones, pero lo que sí sabemos es que hay cosas que no están en las manos del gobierno resolver en este momento, por una cuestión de déficit de recursos, provocado principalmente por el bloqueo, cuyo objetivo básico es, sin dudas, provocar la crisis de reproducción de la vida en Cuba; por otro lado, hay un problema de déficit de recursos porque no hemos logrado vencer al bloqueo, que es nuestra intención y nuestra tarea como revolucionarios.
Rafael Hernández: Le quiero dar la palabra al doctor Durán para que nos explique en medio de esta situación difícil y compleja cuál es la función que desempeña en la atención primaria ese encargado de vigilar por la salud de la localidad que es el médico de la familia.
Francisco Durán: Primero quiero decir que no comparto el criterio de que hay una crisis sanitaria en el país; quiero dejarlo claro, porque el que empezó hablando de los problemas y los riesgos que tenemos fui yo. Sin embargo, a pesar de todas las dificultades, de las que estoy consciente, no comparto ese diagnóstico porque realmente no es así, y argumento: en toda la región de las Américas, en grandes países como Colombia, Brasil, Bolivia, Perú, las epidemias de dengue, oropouche, zika, fiebre amarilla están matando a miles de personas desde hace más de un año. En nuestro país, a pesar de todas las carencias, esa no es la situación. El estado epidemiológico no es un conflicto, y la trasmisión de enfermedades no es incontrolable. Podemos darnos el lujo, por el esfuerzo que están haciendo nuestro personal de salud y muchos colectivos de otras áreas y también la población, de tener solo casos aislados de dengue, de oropouche. Aquí, desde el año pasado, no fallece nadie por dengue, y el oropouche jamás ha matado a ninguna persona. Hepatitis hay, como ha habido toda la vida, ahora tiene mucho que ver con la contaminación del agua, con la higiene de las personas. Yo sé que me dirán que si no hay agua, si no hay detergente, si no hay fumigación, no se puede mantener la higiene; pero la realidad es que el brote en Cárdenas tiene que ver con esas condiciones.
Entonces reitero, para ser honesto, y como parte del sistema de salud, que no comparto eso de la crisis sanitaria que tenemos actualmente.
Además, como han dicho varios compañeros, la situación no es igual en todos los lugares. Yo recorro el país, como seguramente lo recorren muchos de los compañeros que están aquí, y veo, por ejemplo, que Matanzas no tiene esta situación a pesar de su cercanía a Cárdenas, cuya problemática conozco perfectamente porque la madre de mis hijas vive allí. Cienfuegos es otra cosa, entonces tampoco podemos decir, en este sentido, que sea un problema de todo el país.
Sobre el papel del médico de familia. Este profesional tiene un papel asistencial, y también de promoción, de educación; está obligado a entrar en los domicilios, intercambiar con las familias, ver los déficits que tienen desde el punto de vista higiénico; intervenir hasta cierta medida, en lo que él pueda. Lo que pasa es que puede movilizar a la comunidad solo hasta cierto punto; hay veces que puede, pero la mayoría de las veces no puede, porque realmente algunas personas en determinados lugares están de brazos caídos; y dicen: «¿Si Comunales no recoge la basura, por qué tengo que hacerlo yo?» Aquí hay algunas personas que han viajado, varias por misión médica, y han visto que, por ejemplo, el chapeo del jardín de una vivienda lo debe hacer el residente, y si no lo hace le ponen una multa. Aquí no, aquí se quejan de que hace tiempo que no vienen a chapearle el jardín. ¿Qué es eso? El médico trata de lograr eso, no siempre puede, indiscutiblemente intercede en los problemas de ordenamiento del medio, pero como me han dicho a mí: «Oiga, ¿usted qué va a hacer con la basura?», «Bueno, yo lo informo, se sabe, se discute, yo no dirijo ni tengo posibilidad de recoger la basura»; y también, «¿Usted ha visto las fosas cómo están?», «Claro, si tengo una en la puerta de mi casa, ¿cómo no lo voy a ver?».
No es que uno, o el médico de familia, tenga indolencia ante esos reclamos, sino que esos problemas tienen mucho que ver con la situación económica de nuestro país, y con el bloqueo, y lo digo como lo dijo también un compañero aquí, que desde que yo nací estamos en bloqueo, pero es que las cosas que nos están haciendo en este momento son peores. Ahora mismo estamos buscando una vacuna para disminuir el cáncer cérvico-uterino, y el ano-rectal, que es la vacuna contra el virus del papiloma humano, y después que ya teníamos hechas todas las coordinaciones, el dinero, la OPS comprándola a través de los mecanismos que tiene, tranquilamente me dijeron por una videoconferencia: «A quienes se la íbamos a comprar era a la Glaxo —una gran transnacional de medicamentos—, y dijo rotundamente que si es para Cuba no van a recibir nunca esa vacuna». No es que lo diga yo, me lo dijo el funcionario de la OPS. Entonces fuimos a buscarla a China; ¿a qué precio?; vaya usted a saber.
Ese es el papel del médico de la familia, tiene un poder limitado desde el punto de vista de sus posibilidades, y no los estoy protegiendo, sabemos las dificultades que tienen, como las de muchos, pero él tiene que promover salud, el agua hay que hervirla, y cuando lo explica le dicen: «¿Y con qué voy a hervirla?». Tiene que insistir, si hay cloro en la farmacia hay que comprarlo y echárselo al agua. Ese es su papel, convencer, porque él no puede obligar a nadie, cuando más, movilizar. Si tiene arraigo en la población seguro la moviliza.
El éxodo de personal de salud, no solo de los médicos, no es únicamente para el exterior, el mayor porciento está en Cuba, en otras actividades que les procuran una mejor posición económica. Es lo que tenemos, es la realidad, como es el éxodo en muchas cosas, en los servicios funerarios, en los aeropuertos… Un día pregunté por qué hay una sola puerta abierta en el aeropuerto de La Habana, y me contestaron: «Porque no hay personal para que se abran las otras puertas». Todo esto es parte de las cosas que un día se solucionarán.
Rafael Hernández: Muchas gracias. Me gusta este Último Jueves y este panel. Entonces voy a dar la palabra a los que la pidan.
Silvia Martínez: Al panel le pusieron una enorme tarea; debatir, en este país y en este momento, sobre el tema de la higiene y la salud. Cualquier persona que se siente en un panel a hablar de esto tiene tremenda valentía, pero tiene también muchas posibilidades de esclarecer los problemas que todos estamos viendo. Creo que cuando se trata de la salud entonces la situación es mucho más complicada, no es cosa sencilla, estamos hablando de enfermarse y morirse por las condiciones ambientales en las que se vive. ¿En qué me afectan para que siga viva o para que muera las condiciones ambientales que me rodean?, ¿que son bien complicadas?, sí, complicadísimas, ¿por qué hay un basurero en cada esquina?
Al de frente a mi casa lo llamo «el vertedero municipal». En el tiempo en que yo trabajaba en los servicios era el lugar donde se depositaban todos los desechos del territorio; el de Playa era enorme y estaba lejísimo. Ahora está en la esquina de mi casa. Ayer tiraron un colchón, con patas y todo en el medio de la calle, ya hoy lo desbarataron completo, lo último que sacaron fueron los muelles, para llevárselos. Como vemos, el basurero es hasta beneficioso, porque estamos dándoles dinero a los que revenden cosas.
Nos hemos ido acomodando a las circunstancias, estamos normalizando el delito, la falta de protección a la gente, hay que tolerar lo intolerable. Es así, nadie hace nada.
Se dice que hay un trabajo “intersectorial”. ¿No escuchan la palabra permanentemente? Intersectorial, sectorialidad, sectores, ¿entonces por qué le han regalado a Salud Pública el problema?, ¿por qué no está compartido con quien lo tiene que resolver? Porque, con todo respeto, Comunales lo tiene que resolver, tiene que responsabilizarse con la solución. Yo sé las limitaciones, yo sé que tiene muchos problemas, por eso tiene que comprometer a otros sectores, exigir la participación intersectorial para resolver el problema; no desde la posición de «nos tocó eso, pero vamos a compartirlo» ¿Y qué me comparten como población? El riesgo de morirme. Esta anormalidad que estamos aceptando nos va a matar.
No tenemos una crisis epidemiológica, como bien dijo el doctor Durán, comparado con el resto de los países, pero recuerdo bien las clases: para Cuba, un caso de paludismo autóctono es una epidemia, entonces epidemiológicamente estamos en riesgo de padecer muchas cosas, y verlo de otra manera.
Rafael Verdecia: Desde el año 2017 vengo planteando en mi organismo, el ICRT, y en las demás organizaciones políticas y de masas, que falta voluntad política para combatir la corrupción y la indisciplina social. En la década de los 80, por poner el pie en una pared ponían una multa, por pisar el césped ponían una multa, ¿por qué ya no ponen multas? Creo que a pesar de las dificultades, hay posibilidades de hacerlo y no lo hacemos porque falta voluntad política. En la época de Fidel también existió el Plan Tareco, usted sacaba, el día que le tocaba, los muebles, o equipos que quería desechar. Si lo hacia fuera de esa fecha, le ponían una multa o le hacían recoger todo eso. ¿Por qué se rompen los contenedores? Porque les echan escombros, palos, hierros, cajas, de todo. Otra cosa, si queremos de verdad enfrentar esto, el gobierno debe profesionalizar a los delegados, hay mucha gente con condiciones para serlo, pero no quieren ser delegados, pero si profesionalizan el cargo, con facultad de poner multas, esa persona va a estar todo el día en su zona, va a ganarse la confianza de los vecinos, y así ayudar a enderezar la salud ambiental de este país que está hecha un relajo, principalmente en La Habana.
Yo me enfermo cuando veo a una persona mayor que seguramente fue pionera, recogiendo basura para comer. ¿No hay una institución que se dedique a ayudar a esas personas vulnerables? Hay muchos problemas, y el bloqueo es desastroso y no lo van a quitar, métanse eso en la cabeza; en los medios siempre todo está bien; no decimos la verdad y la gente pierde confianza. La verdad, por muy dura que sea, hay que plantearla por el centro, y a los corruptos también presentarlos.
Rafael Hernández: Tenemos participantes que están fuera de esta sala y que están pidiendo la palabra. Jorge Domínguez, adelante.
Jorge I. Domínguez: Gracias. Es un comentario motivado por la pregunta sobre quién tiene la culpa. Yo vivo en un pueblecito en el norte de Nueva Inglaterra, en New Hampshire, donde no hay recogida de basura por parte de nadie. Si yo me pregunto quién tiene la culpa de mi basura la única respuesta honesta es yo mismo, y por tanto tengo la responsabilidad de llevarla, y también los productos para el reciclaje, una vez a la semana más o menos, al basurero municipal, que está como a una hora de mi casa.
Considero que está siendo un panel excelente, los felicito a todos, y felicito a la revista Temas en particular, pero lo que no escuché es la idea de que nosotros, mis vecinos y yo, somos responsables por la basura que generamos. Este donde vivo es un pueblo de viejitos, aquí la edad media es de cincuenta y cinco años, a los que no tienen automóvil o no pueden manejar se les ayuda o se lleva su basura, pero la responsabilidad no es del Estado, es nuestra. Lo único que hace el Estado es un basurero para todo el municipio, que ese sí es muy eficiente y funciona muy bien, pero ese concepto de que somos nosotros los responsables me parece importante. Esa es la Cuba que yo creía conocer. Gracias.
Denia García Ronda: De la Revista Temas. Quizás algunos crean que esto que voy a decir no tiene nada que ver con la higiene, con la salud, etc., pero yo pienso que sí. Es una pregunta y un ligero comentario.
La pregunta es: ¿quién tiene la culpa de que se rompan las aceras, los contenes, los parterres, los muros, las calles, para matar mosquitos a cañonazos? ¿Quién decidió eso y cuánto va a costar recuperarlos? ¿Cuándo el país podrá rehabilitar los cientos de aceras y sus alrededores que existen por lo menos en La Habana? Porque he estado en otras ciudades y veo que ese no es su problema, tienen otros, y muy graves, pero no veo que se rompan las aceras de ninguna ciudad que no sea La Habana. ¿Quién tiene la culpa de ese delito (porque destruir bienes públicos está penado por la Ley), y por qué hay esa compartimentación de que el que tiene los carros para llevarse los contenedores no puede tocar la basura que se echa en esa acera rota, porque a ellos no les toca? Cuando los vecinos preguntan les dicen: «Eso es de Comunales»; y ya hemos oído que tampoco le toca a Comunales. Entonces aquella furnia construida, aquel nido, se sigue llenando de basura y, por supuesto, de cucarachas, mosquitos, ratas; está el agua sucia porque se rompen también las tuberías de agua, y porque llueve de vez en cuando, y aquello todo es un gran basurero.
Entonces cuando se habla de salud, cuando se habla de higiene, no queda más remedio en estos momentos que hablar de la basura, ese es el gran mal, como es mal también la falta de agua, como es mal que no vengan a fumigar, como es mucho más, pero a mi modesto modo de ver, no hay una vez que se hable de falta de higiene que un cubano de a pie no diga: «la basura». Ese es el gran problema de este momento, y creo que sí, que hay culpables, y que el Estado tiene que buscar la solución porque le toca Nosotros no tenemos eso que dice Jorge, un basurero municipal y el individuo es el lleva sus desperdicios; no tenemos los carros para llevarla, no tenemos nada, entonces alguien sí tiene la culpa, alguien o álguienes, valga el plural inventado, tienen que responsabilizarse con buscar la solución, y entonces pedirle ayuda a la población, que seguramente la va a dar si está bien pensada y es una cosa lógica lo que proponen.
Rafael Hernández: Gracias, Denia. Le daré la palabra a Manuel Orrio, que está no tan lejos como New Hampshire, creo que está en Centro Habana.
Manuel D. Orrio: Tengo algunas preguntas. En primer lugar, ¿hasta cuándo las políticas públicas cubanas están representando a ese que hoy por hoy no está diciendo «nosotros», como lo hacía antes, sino «ellos»?
Este es un tema importantísimo. Yo estuve haciendo algunas investigaciones y los datos que me dan no me gustan. Voy a poner un simple punto de sentido común. Entre 2009 y 2023, el país dedicó 39% de las inversiones totales asociadas al turismo. Me pregunto, ¿puede haber turismo de ciudad con las basuras haciendo montañas en las calles? Esa es una primera cuestión.
Otro aspecto tiene que ver con la indisciplina social. Según la célebre teoría de los cristales rotos, si usted ve que no recogen la basura, se vuelve indisciplinado. Creo que este es un tema que también habría que investigar. Me gustaría que los panelistas hablaran de eso, de la teoría de los cristales rotos, si ve el cristal roto y no lo arreglan, la gente va a seguir rompiendo cristales. Ese es el mundo real.
Carlos Alzugaray: Del consejo asesor de Temas. Creo que sí, doctor Durán, que es admirable el esfuerzo que hacen los trabajadores del MINSAP para mantener la salud en este país. Mi doctora de la familia es ejemplar.
Ahora me refiero a algo que dijo alguien y a lo que dijo Aybar. El problema es que el país está en medio de lo que Mayra Espina llama una policrisis, y ustedes eso lo saben mejor que nadie, porque los asuntos epidemiológicos son un sistema, y basta que se toque una parte y todo se viene abajo.
Creo que también hay un problema en algo que se dijo aquí, que es de gobernanza, que incluye la comunicación, donde tenemos más de uno, y hay una contradicción, que veo clarita. Raúl y Díaz-Canel han dicho en reiteradas ocasiones que la batalla principal es la económica, y lo que veo es la ideológica, más preocupados por lo que dicen en las redes sociales que en lo que enseña la realidad, y la batalla ideológica no se gana con una mala economía El Che dijo alguna vez que el mejor trabajo ideológico es tener una economía que funcione.
Hay un problema serio con la comunicación social, y en la impresión que tiene la gente. Hace unos días, una muchacha de unos quince años me decía en medio de un aguacero: «Me c… en Díaz-Canel». A ver qué tiene que ver Díaz-Canel con el aguacero; pero arrastramos un modelo político donde el Estado lo es todo, entonces para la gente es muy fácil culparlo. Mucha gente no entiende lo del bloqueo porque es lejano, en eso Aybar tiene razón, pero también hay cada vez que un dirigente político de este país tiene que explicar algo que está funcionando mal, lo primero que argumenta es el bloqueo. Es lo primero que va a decir.
Yo sugerí una vez que el presidente debería ordenar que cuando un dirigente político tuviera que rendir cuentas, empezara por el análisis de su área y su cargo, y dejara lo del bloqueo para el final. Sin dudas, el bloqueo lo afecta a todo, pero no lo pongas delante porque le resta valor a lo dices. Gracias.
Rafael Hernández: Tengo la desagradable misión de recordar el tema central de este panel, que no es la totalidad, sino la higiene, entonces espero que hablemos de los problemas que estén directamente relacionados con ella, porque de otra manera vamos a invertir el tiempo que nos queda en disquisiciones acerca de todos los problemas que seguramente tienen que ver, porque todo tiene que ver con todo.
Yenia Pupo: Coordinadora del Programa académico del Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo de Cárdenas. Nosotros tenemos un eslogan que dice: «Si no somos parte de la solución entonces somos parte del problema». Todos los que estamos aquí somos parte del problema y parte de la solución, y creo que esas son las cuestiones que a veces descuidamos. Hay un grupo de factores que son multicausales del problema de la higiene, a veces falta la voluntad de dialogar con los que podemos solucionar problemas, escuchar a la gente. Por eso alguien ahorita no hallaba cuándo parar, porque nos faltan oídos para ser escuchados, y creo que eso es algo que tenemos que resolver.
Profesor Durán, con todo respeto, la cuestión de la salud es un problema bien grave. Ayer estábamos varios de nosotros en una capacitación en una secundaria de las muchas que hay en Cárdenas, y hay veintitrés adolescentes de esa escuela con hepatitis. Eso nos toca fuerte, y frente a esa escuela hay un vertimiento de fosa hace un año; los vecinos han solicitado la solución a ese foco y la respuesta ha sido que no hay petróleo. Ahora están recogiendo, limpiando, aparecieron los equipos, el petróleo. No tendríamos que esperar a esas cosas, porque o era mentira lo de antes, ¿o lo de ahora qué cosa es? No podemos esperar que se presente el problema, y este es un problema de vida o muerte, por tanto, seamos parte de la solución. Es la invitación.
Lorenzo Somarriba: Médico. Quiero felicitar al joven delegado de El Cerro, si todos los delegados se comportaran así, sin dudas existiera una mayor contribución a la salud, y digo esto porque cuando hay un problema de salud, por ejemplo la hepatitis de Cárdenas, a donde primero se viran para culpar es a Salud Pública.
Ayer la doctora Silvia Martínez compartió un video con el editor de una revista de los Estados Unidos para hablar de salud pública, y entre las cosas que quedaron claras, y que muchas personas no lo ven así, es que la salud pública es de todos; es más, hubo una propuesta que en vez de salud para todos debía ser todos por la salud.
La salud se tiene que nutrir de la intersectorialidad, y el desorden que hay sí la impacta muy seriamente, la salud pública es la salud colectiva, la unión de todas las individuales.
A veces decimos que no tenemos crisis, pero cuando aparece la epidemia sí la hay, ¿y para quién se viran? Para Salud Pública. Por ejemplo, el origen de ese brote de hepatitis en Cárdenas está en el desorden ambiental que lo permitió, A Salud le corresponde ahora atacarlo.
Yo estoy representando aquí al municipio Plaza, a la Sociedad de Salud Pública y a la Escuela Nacional de Salud Pública. Quiero referirme a que cuando surge una epidemia ya hay crisis, y estamos en un momento en que las temperaturas son altas, comenzó a llover, hay falta de agua en La Habana, y cuando hay altas temperaturas, y aguaceros, como falta el agua corriente, las personas recolectan la de lluvia, que es ideal para que el mosquito aedes aegypti se reproduzca. Si estamos viviendo en un contexto en que falta la luz, cuando la persona se acuesta o se desnuda para dormir, al no tener el ventilador, que es el que espanta al mosquito, o el split, que es el que evita que entre a su habitación, empieza a sudar, y el sudor es el que atrae al mosquito. El dengue es endémico en Cuba; en la región de las Américas, sobre todo en Cuba, han circulado tres de los serotipos del dengue, el uno, el dos y el tres —también ha circulado el cuatro, me acota el doctor Durán—, pero el tres es el que nos ha dado los grandes dolores de cabeza. Entonces hay un altísimo riesgo de que comience una epidemia de dengue, o de zika, o de chikungunya, o de fiebre amarilla, porque los cuatro están en nuestra América, y la globalización, el intercambio de comercio, etc., aumentan por día. Hace unos días había fiebre amarilla en Colombia, entonces trabajemos todos por la salud, para evitar epidemias.
Celia Cabrera: Buenas tardes. Solo quiero trasmitirles una experiencia de mi niñez. Soy de Santiago de las Vegas, nací en el año 89, y mi etapa escolar fue en los 90, una etapa bien difícil, y recuerdo que la basura la recogían personas que pasaban en carretones de caballos. Veo esto como una solución local, y pienso que la solución del problema de la basura debe segmentarse y parecerse a cada localidad. Recuerdo que mi familia, y todas las personas de mi cuadra, guardaban los desechos orgánicos para un señor que pasaba a recogerlos para alimentar cerdos, y la otra basura la sacaban por la tarde, cuando pasaba el carretón. Nunca había problemas con los desechos.
Un buen día se dio la noticia, por la televisión, de que iban a donar camiones a Cuba, y aquellos carretones de caballos desaparecieron y comenzó a venir un camión a buscar la basura; comenzó por romper las aceras, después no llegaba por falta de combustible, y así. Ahora mismo Santiago de las Vegas es un pueblo sucio, que tiene muchos problemas higiénicos.
A nadie le gusta tener la basura en su casa, porque saben que eso es motivo de enfermedad, pero tampoco les gusta tenerla en la entrada de su casa. ¿Entonces, qué hacen? La ponen en la esquina, donde alguien puso un latón que después desapareció, y se pone en la acera. Conozco que la Empresa de Recogida de Materias Primas y Comunales carece de una estructura para asumir todo. Entonces mientras más acciones se hagan, más las personas van a colaborar porque a nadie le gusta lo sucio.
Entonces pienso que las soluciones deben parecerse a su localidad, si es un pueblo de campo, o que no esté en el centro de la ciudad, parte de esa basura puede utilizarse para otras cosas, puede buscarse a quiénes puedan movilizarla; también pueden hacerse conexiones, hay que llegar a la circularidad; en otro sentido, en la ciudad puede hacerse también otra gestión similar, pero primero debe haber una conciencia.
Alberto Céspedes: Médico. Quiero, en primer lugar, establecer un concepto: la salud cubana es salud pública, con apellido, nos hemos acostumbrado a referirnos a ella como sector salud. No es solo porque no se pague o porque se pague, es porque el concepto de salud pública es más amplio. Por ahí tenemos que empezar, porque en esa trampita caemos nosotros mismos, y le llevamos a la población la cuestión: la culpa es del sector salud. La salud es un problema de todos y es un problema del gobierno, porque la intersectorialidad es una función del gobierno, y tenemos el ejemplo de lo que sucedió con la COVID, de cómo un gobierno movilizó los recursos de una nación entera en función de una epidemia.
El de la basura es un problema grande; hay que hacer movilización de recursos a nivel local, no tan solo a nivel nacional, la solución está también, y muchas de las soluciones, a nivel territorial, a nivel de la comunidad, mediante la intersectorialidad.
Se habló aquí también de la comunicación; la nuestra es mala, muy mala. Muchas veces lo que comunicamos a través de los medios son los grandes eventos de la salud que se realizan, pero eso no es lo que el pueblo está sintiendo. Hicimos una Convención de Salud donde se habló de políticas de salud, que muchas no se pueden llevar a cabo en la situación económica que tenemos ahora. ¿Podremos cumplir con los compromisos que tenemos para el año 2030 con las Naciones Unidas? Yo no sé si los podemos cumplir. Muchas gracias.
Jesús Menéndez: Médico geriatra. La profesora Silvia me ha enseñado unas cuantas cosas, y voy a mencionar dos nada más. El doctor Durán también, con lo de la epidemiología. Una es la causa de las causas, si vamos ahí, podemos echar para atrás en el tiempo. Yo me voy a remontar solo a los últimos sesenta años, cuando tuvimos un Estado protector que propició que nosotros hiciéramos muy poco de lo que deberíamos haber hecho como personas, y me llamó mucho la atención que en New Hampshire si tú no eres responsable de tu basura, nadie lo va a hacer, eso es algo. Estamos sufriendo parte de la inercia social por ese Estado protector durante sesenta años, que nos fue muy bien en un grupo de cosas y no tan bien en otros. Este es solo un ejemplo.
El otro concepto, al que voy a hacer referencia de Silvia, es la multicausalidad; es decir, casi nunca hay una causa única para que pase algo, y yo traigo de la epidemiología las causas múltiples de muerte, habitualmente los viejos no nos morimos de una sola cosa, sino de cuatro o cinco cosas; es una cadena de acontecimientos y después una de ellas es la causa directa de la muerte.
Creo que hay causas generales, que se vinculan con la policrisis. Yo me adscribo a ese concepto que tiene que ver con el bloqueo, con que no hay dinero, porque la esencia de todo, 80% o 70% de lo que nos pasa es que no tenemos dinero. A veces, aunque lo tengamos, el bloqueo no nos deja moverlo, por la cosa de los bancos y toda esa serie de represiones, pero la esencia es que no tenemos un quilo y les debemos a las once mil vírgenes, y esa es una de las causas de la causa también. Esto implica falta de recursos para un grupo de programas.
Pero también hay causas particulares, y hay un concepto que tenemos que asumir todos los que tengamos que ver, y me incluyo, con la higiene comunal; es el de servidor público. Y también el concepto de responsabilidad institucional. Pero indudablemente las personas cuando ven que los que les toca, los que cobran por una labor no lo hacen o lo hacen mal, se desaniman. Pero si los que cobran por mantener la higiene comunal no cumplen, por los motivos que sean, recursos, gomas, baterías, lo que sea, y la otra parte, que somos nosotros, que también podemos poner una parte en esta limpieza, tampoco lo hacemos por un problema de inercia, entonces esto es un círculo vicioso que hay que tratar de romper de alguna manera, en aras de que mejore la higiene de nuestra ciudad y de nuestro país. Gracias.
Rafael Hernández: Le devuelvo la palabra al panel, en este caso para que intervenga Lemar Hurtado, que escogió responder algunas de las preguntas que tenemos pendientes: ¿cómo impacta en la salud y en la convivencia social el deterioro del hábitat? ¿Qué obstáculos impiden enfrentarlo y encontrarle salida? Como tenemos poco tiempo, le pido que hable también de las diferencias territoriales, que es otra de las preguntas que había elegido.
Lemar Hurtado Hoyos: Algunos de los retos actuales del planeta son los cambios en el ciclo del agua, desequilibrios y destrucciones en los ecosistemas marinos y terrestres, el aumento de fenómenos meteorológicos extremos, la acidificación de los océanos o la desaparición de los bosques.
Los humanos somos los únicos seres vivos que nos identificamos de manera separada a la naturaleza, cuando realmente nuestra relación es de dependencia mutua donde nuestras acciones pasadas y presentes repercuten en el futuro de los humanos y de todas las otras formas de vida que existen en el planeta Tierra.
Tenemos una economía basada en carbono, debemos tratar de recurrir a fuentes de energía renovables y no contaminantes, así como hacer uso responsable y equitativo de los recursos naturales puesto que los humanos gastamos cada año 170% de la biocapacidad regenerativa de la Tierra, sea contaminando o consumiendo estos recursos. Es por ello y por los efectos que tiene en el medio ambiente, que la comunidad científica internacional reconoce que hemos entrado en el Antropoceno, la era geológica que comienza desde mediados del siglo XX y se caracteriza por la modificación global y sincrónica de los sistemas naturales, por la acción humana.
Un ejemplo práctico de la repercusión de estas afectaciones del hábitat en la salud humana ocurre cuando se vierten desechos plásticos río abajo, algo que sucede diariamente en el río Almendares causando la contaminación imperante. Estos plásticos terminan contaminando los océanos, como he podido ver durante las limpiezas medioambientales que hemos organizado en la desembocadura de ese río habanero. entonces los plásticos se degradan, con el tiempo se convierten en microplásticos que son luego digeridos por peces, los cuales forman parte de la dieta de los humanos, o sea, al final, digerimos nuestros propios desechos.
Como se sabe, los alimentos orgánicos son los mejores para una alimentación sana; en este sentido, la falta de biodiversidad de los ecosistemas causada por nuestras acciones de contaminación, debilita la supervivencia de estos y afecta nuestra seguridad alimentaria y nutricional.
Estos problemas debemos resolverlos hoy, porque a raíz del cambio climático y el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, mañana ya será tarde. Muy relacionado con esto, hablamos de equidad, concepto que se relaciona con otros muy similares como diversidad, inclusión y, en particular, con el sentido de pertenencia, fundamental para hallar soluciones participativas y, contando con el apoyo de todos, que se mantengan en el tiempo. Es difícil querer y proteger lo que no se conoce, por eso es importante la socialización de estos desafíos y sus propuestas de solución, así como hacer partícipes a los involucrados, que somos todos.
En relación con una temática mencionada varias veces en el panel, quiero agregar que yo estoy de acuerdo en que el bloqueo norteamericano agrava nuestros problemas económicos y todo lo demás que trae como consecuencia; pero es muy importante tener presente que hay muchas cosas que podemos hacer y que sí están en nuestras manos para salir de la policrisis que enfrentamos.
Sobre las diferencias territoriales que se manifiestan en el estado higiénico ambiental en entornos urbanos, puedo decir que se evidencia en los barrios periféricos, al limpiar mucho más las calles y los espacios más céntricos de la ciudad, aunque en todas partes hay problemas de acumulación de basura en microvertederos callejeros.
En zonas rurales hay gran contaminación causada por malas prácticas y varios factores agravantes. Además, usualmente la basura se quema y causa incendios forestales. En los caminos montañosos, muchas veces se puede ver en la basura productos que ya no se comercializan debido a los años que llevan acumulados en el lugar. De esta manera, si en las zonas urbanas es complejo el panorama ambiental, en las rurales lo es mucho más, pues hay menos recursos destinados para ello, y la dificultad del acceso se incrementa en gran medida.
Como decía Celia en su intervención, cuando las personas se habitúan a gestionar la basura de cada día, su responsabilidad hacia la higiene doméstica y pública es mayor, de esta forma podremos impulsar mejor la frase que dijo otro compañero acerca de trabajar todos por la salud.
Rafael Hernández: Por último, ¿mediante qué acciones y modalidades la cooperación entre los sectores público, privado, cooperativo, las organizaciones de masas, las ONG, puede contribuir a mejorar las condiciones higiénicas ambientales?
Lemar Hurtado Hoyos: Yo veo la cooperación entre los sectores público, privado, cooperativo, las organizaciones de masas, las ONG, etc., como fundamental. Debemos establecer más relaciones del tipo ganar-ganar. Si no trabajamos juntos, nunca superaremos estos retos.
En mi opinión, somos pocos los que estamos conscientes del problema, y tenemos que unirnos puesto que el cambio climático y el deterioro del hábitat ocurren a pasos cada vez más rápidos, con una gran deuda ecológica ya acumulada.
Creo que todavía no hemos llegado al punto de no retorno, pero estamos muy cerca. Considero que, en función de mejorar estas situaciones, los residuos reciclables se deben clasificar en origen, y no permitir que lleguen a la basura. Todo residuo tiene valor, hay que incorporar este concepto en nuestra cultura y nuestra vida de una forma organizada. Debemos asumir la responsabilidad de manera compartida, así como compartir la autoridad cuando se otorgan responsabilidades, con enfoques de descentralizar para lograr fomentar la búsqueda e implementación de soluciones.
Debemos convertir el típico modelo de economía lineal de producir, consumir y desechar, en economía circular que se guía por reducir, reciclar, reusar, redistribuir, reparar, refabricar, rediseñar, recuperar energía, repensar, y de forma articuladora se busca cooperar y comunicar.
Como decía antes, es de gran relevancia socializar los desafíos, sensibilizar a la población y buscar soluciones de forma participativa, desarrollando el sentido de pertenencia. Es crucial incorporar en nuestros proyectos las soluciones basadas en la naturaleza, pues estas siempre generan más conservación y regeneración de los ecosistemas, lo cual repercute muy positivamente en un hábitat con mayor higiene además de una alimentación sana, nutritiva y saludable.
Como ejemplo de ello, nosotros, en Nufor S.U.R.L, estamos en fase de puesta en marcha de nuestra producción de hongos comestibles, que permiten degradar residuos como cartón, borras y pulpa de café, bagazo de caña, fibra de coco, y otras pérdidas o desperdicios de alimentos. Luego de obtener el hongo, de la variedad pleurotus ostreatus, podremos usar el sustrato remanente como alimento animal, biofertilizante, cuero vegano, espuma de empaquetado e incluso para biorremediación. A raíz de ello, hemos sido invitados por el Ministerio de Agricultura para formar parte del Grupo de Trabajo Nacional de Hongos Comestibles.
Los hongos comestibles forman parte del modelo de Economía Azul, creado en 1997, el cual se relaciona con la economía circular al emplear recursos locales para satisfacer las necesidades usando soluciones de alta ciencia y bajo costo, que beneficien tanto a los trabajadores, como al medio ambiente y a los impuestos. Tuvimos el privilegio de conocer a su creador Gunter Pauli cuando visitó Cuba en noviembre 2024, gracias a la coordinación del Programa de Economía y Consumo Responsable de la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre, y dentro de este marco pudimos tener un encuentro con él.
Otro proyecto que brinda soluciones es el modelo i-DELSA aplicado por el Grupo de Trabajo Estatal de la Bahía de La Habana, que promueve el compostaje y reciclaje de forma local dentro de una comunidad con la participación de actores de ella misma. Del 40% a 60% de los residuos son reciclables, y gran parte de los restantes son orgánicos y compostables; de implementar este modelo de forma local, se ahorraría combustible de Comunales, y se reduciría la emisión de gases de efecto invernadero al no llevarlos al vertedero.
Creo que es importante fomentar modelos de producción cooperada entre varios tipos de formas de gestión económica y comunitaria. Para mí, la forma de que se llegue más rápido a soluciones es insertando incentivos para quienes las realizan: pueden ser fiscales, pagos por materias primas, fomento de modelos de negocio circulares y sostenibles
En la división Impacto Nufor tenemos experiencia impulsando el reciclaje y la economía circular. Con los pocos recursos que tenemos, hacemos lo que podemos, por eso consideramos que cualquiera puede contribuir en este propósito. En los últimos 31 meses, nos hemos enfocado en la divulgación gratuita de oportunidades de crecimiento personal, profesional y empresarial, voluntariado, Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y Educación para el Desarrollo Sostenible, así como en la organización de eventos de networking para propiciar el desarrollo y la interconexión del sector profesional en Cuba, y acciones de voluntariado/RSE para el impacto social y ambiental. Hemos organizado y divulgado eventos de voluntariado como limpiezas medioambientales que, aunque ayudan a higienizar, en dos días de nuevo están contaminadas las costas y playas, por esto el mayor impacto es la educación de los participantes hacia una mayor responsabilidad. Creamos una plataforma web llamada Impacto Nufor, para la economía circular que propicia el reciclaje y el mejor aprovechamiento de recursos, así como otras herramientas de articulación organizacional.
Estamos organizando un evento que muestra que las alianzas entre todo tipo de entidades son posibles en función de buscar un futuro más sostenible para todos, donde la salud, la higiene, el hábitat y la equidad sean preservados. En el Primer Día Impacto Nufor por el Planeta Tierra, en saludo al Día Mundial del Medio Ambiente, dentro del festival Ecofest 2025, de la Red Verde de Cuba, incluiremos un espacio teórico (con ponencias de más de veinticinco entidades sobre comunidades resilientes y saberes para la sostenibilidad; economía circular; seguridad alimentaria y agricultura sostenible; educación, bienestar y acción climática), ferias de emprendimientos, de productos agrícolas y de bienestar animal, presentaciones de pitchs, actividades para niños, punto verde para materias primas, taller de copas menstruales, reforestación, venta e intercambio de semillas, y otras iniciativas como el Mapa Verde Comunitario, guiado por el Centro Félix Varela desde 2001 en Cuba.
Para este evento colaboran con nosotros: Red Verde de Cuba, Fundación Antonio Núñez Jiménez, Parque Ecológico Monte Barreto, Empresa Forestal Habana, Gobierno de Playa, Red de formadores de proyecto AdaptHabana del municipio Playa, Movimiento Animalista de Playa, Slow Food Cuba, Delegación CITMA La Habana, Bodegas R.G., Recreatur, El planeta de los cuentos, Centro Félix Varela, CCS Arides Estévez, Red Feminista de la Universidad de La Habana, Copas para Cuba, Grupo de Teatro Carrusel de la Alegría, PASOS Protección Animal S.O.S. y Adopciones x Amor, patrocinado por El Puente @ Cuba (asociación europea de ayuda humanitaria) y DiHavana (Estudio de Diseño).
Rafael Hernández: Gracias, Lemar. Ahora le damos tres minutos al resto de los panelistas, para terminar.
Luis Emilio Aybar: Creo que superar el fatalismo y el catastrofismo me parece importante. Entiendo que el fatalismo y esas visiones catastrofistas que a veces tenemos son naturales porque estamos condicionados por la realidad que estamos viviendo, y son legítimas; pero no nos van a llevar a ningún lugar. Hay que superarlos, tenemos estos problemones arriba, pero hay que resolverlos y echar para alante. Creo que también hay que interpelar a los sujetos, porque es verdad que existen responsabilidades múltiples, pero hay también una dimensión individual de este asunto que hay que tomar en cuenta para que la gente se involucre en las soluciones, como bien se estuvo diciendo.
Las soluciones tienen que pasar también por la organización colectiva, comunitaria, tenemos que tratar de que sean soluciones colectivas porque son problemas colectivos. Pienso que tiene que haber, a través del delegado, de los elementos que la ley permita, de la propia iniciativa de la gente, un nivel de presión popular para que le estemos pisando los talones todo el tiempo a los que tienen que hacer bien las cosas para que los problemas que puedan resolverse, se resuelvan. Hay que seguir trabajando también en los factores objetivos de mayor escala que están en nuestras manos, como país, resolver.
Para cerrar, quiero decir que considero que los problemas de salud no son más graves precisamente por los acumulados de buen trabajo preventivo que hemos tenido, por el hecho de que se haya seguido respaldando el sistema de salud cubano con lo poco que hay, y con el tremendo trabajo y esfuerzo del personal de salud, que a nivel de municipio puedo decir que es lo que mejor funciona y es donde tiene la gente más preparada y más sensibilizada; por lo menos esa es mi experiencia personal y como miembro de la Comisión Permanente de Trabajo de Salud del municipio Cerro.
Antonio Blanco: Me hubiera gustado responder varias de las inquietudes que tuvieron algunos de los compañeros presentes, pero me voy a ajustar a la disciplina de este tipo de evento. Solo decir, para que se conozca, hoy Comunales, con todos los problemas y dificultades que tiene, estamos llevando diariamente veintitrés mil metros cúbicos de basura hacia los vertederos de esta ciudad. Para que conozcan que se está haciendo un esfuerzo tremendo.
Estoy acostumbrado a que siempre Comunales sea mal entendido, pero tengo aquí la Resolución 50, que es donde están todas las prohibiciones, y la única basura que la gente tiene derecho a poner en el contenedor es la basura orgánica que se genera diariamente en los domicilios, obligatoriamente debe tener otros procedimientos; y la Resolución 87 multa a los que cometen estas indisciplinas, quiere decir que hoy el volumen que hay en la calle es porque no se cumplen esas disposiciones.
Ahora bien, que tenemos miles de problemas subjetivos es verdad, y que estamos luchando es lo que quiero trasmitirles. Hay una voluntad de gobierno, se hizo un diagnóstico a nivel de todo el país, se están tomando medidas para transformar los servicios comunales, se va a crear un grupo empresarial, no vamos a seguir siendo subordinados de los gobiernos municipales, se va a crear incluso un OSDE, o sea, creo que a partir de todas cosas que queremos hacer va a transformarse para bien el servicio al pueblo, porque sí está claro, y coincido con algún compañero que dijo que somos servidores públicos y nos toca, pero esa es la realidad que tenemos y estamos viviendo, y hay que seguir.
Tenemos muy buen vínculo con la comunidad, porque además, tenemos ejemplos de lugares que son muy limpios. Vamos a estar claros, aquí no todo el mundo es sucio, yo soy de Regla, y allí se recoge la basura todos los días, hay limpieza, hay sentido de pertenencia en los pobladores de Regla, y se respeta, y eso pasa también en el Cotorro, y en otros lugares que se pueden destacar en el tema de la higiene.
Rafael Hernández: O sea, no todos los municipios de La Habana tienen la misma situación.
Antonio Blanco: No tienen el mismo comportamiento, es la realidad. Por ejemplo, en Playa, los repartos Siboney y Flores, no tienen el mismo comportamiento. Aquí mismo en Plaza, en donde soy jefe de Comunales, no se comportan igual en el barrio de La Timba que en La Rampa. O sea, hay diferencias entre las comunidades. Siempre hemos dicho que la basura se parece a las personas que viven en esos lugares, y tenemos elementos suficientes para probarlo; la basura de Miramar no tiene nada que ver con la de El Canal del Cerro. Entonces, a partir de ahí la basura dice mucho de los habitantes de cada lugar, por ejemplo, cómo se comporta su economía, y sabemos, por los residuos que recogemos, cuál es el comportamiento de la comunidad internamente.
Rafael Hernández: Muchas gracias. Jesús, ¿de los problemas de higiene que tiene Cárdenas, cual es el principal?
Jesús M. Iglesias Gómez: Cárdenas tiene muchos problemas ambientales y de higiene, pero hay una cosa que quiero comentar. Se hizo un acueducto, rompieron todas las calles, pusieron todas las tuberías, la gente tiene agua, pero no se pusieron de acuerdo los que construían con los que, después, tenían que restaurar las calles, y nadie vino a tapar. Desde entonces todas las calles están llenas de baches, de salideros, de huecos. Por eso decimos que es un problema de gobernanza. ¿Cómo van a hacer un acueducto y no se van a poner de acuerdo las instancias que tienen que articularse? Caminas por el pueblo y aquello es un desastre por eso.
Quiero hacer una anécdota, para terminar. Cuando el señor Verdecia estaba hablando sobre la imposición de multas, la recordé. En el año 91 estuve en Holanda, y no se podía caminar por la calle porque las heces fecales de los perros estaban dondequiera; volví en el 94, y de lo primero que me di cuenta fue que aquello había cambiado radicalmente. Pregunté y me explicaron: control del Estado, multas durísimas, y la gente aprendió, y ahora tú vas allí y ves a la gente atrás del perro con un nailon para cuando hagan popó cogerlo y ponerlo en un contenedor exclusivo para eso. A la gente también hay que enseñarla con el látigo, como decía el señor Verdecia. A eso me quería referir.
Francisco Durán: Estoy muy claro en varias cosas. Primero, que los problemas higiénicos —y no es solo basura, es agua, es albañales— indiscutiblemente han proliferado y están presentes en muchos lugares. Segundo, que la salud no es un problema de Salud, es un problema que tenemos que resolverlo entre todos, la parte de responsabilidad del Estado, la parte comunitaria, como decía muy bien Luis Emilio, de cómo se pueden resolver algunas cosas, y él las ha podido resolver en uno de los lugares más complejos que hay en esta Habana, y creo que sí, que por ese camino vamos, buscando una solución para resolver problemas de salud, pero que indiscutiblemente no los resuelve una sola entidad, tiene que ser una solución colectiva.
Rafael Hernández: Creo que hemos aprendido mucho en este panel, yo por lo menos he aprendido muchísimo. No advierto nada importante que no haya escuchado de boca de alguno de los panelistas o de los que intervinieron desde el público. De manera que les agradezco la participación que han tenido. El propósito, repito, es que haya diferentes enfoques y argumentos en relación con la naturaleza de los problemas. Aquí ha habido debate, todos no han estado de acuerdo, todos no han tenido la misma visión. Muchísimas gracias por estar presentes.
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