Para entender lo que ocurre con la izquierda mexicana en el sexenio presidencial de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) resulta esclarecedor contrastar el momento actual con dos circunstancias: una, a mediados de los años 30, a la sombra de un gobierno que impulsó profundas reformas sociales mientras institucionalizaba y disciplinaba los movimientos obrero y campesino; segundo, en la coyuntura de 1988-89 cuando, al calor de las protestas por el fraude electoral en contra de la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas, las principales organizaciones socialistas mexicanas se disolvieron en el seno del Partido de Revolución Democrática (PRD). Se trata de evidenciar, por analogía, un trazo grueso y fundamental que demuestre un acontecimiento recurrente en la historia mexicana.