jueves, 04-07-2024
Para entender lo que ocurre con la izquierda mexicana en el sexenio presidencial de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) resulta esclarecedor contrastar el momento actual con dos circunstancias: una, a mediados de los años 30, a la sombra de un gobierno que impulsó profundas reformas sociales mientras institucionalizaba y disciplinaba los movimientos obrero y campesino; segundo, en la coyuntura de 1988-89 cuando, al calor de las protestas por el fraude electoral en contra de la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas, las principales organizaciones socialistas mexicanas se disolvieron en el seno del Partido de Revolución Democrática (PRD). Se trata de evidenciar, por analogía, un trazo grueso y fundamental que demuestre un acontecimiento recurrente en la historia mexicana.
"Desde hace algún tiempo, Cuba ha estado inmersa en uno de los más intensos debates económicos de la historia más reciente del país. De hecho, éste se enmarca en una discusión más amplia acerca de la manera en que deben ser enfrentados los desafíos que se le imponen hoy a la Revolución cubana. Claro, las implicaciones de la discusión sobre la cuestión de Cuba trascienden las fronteras del país. Quiérase o no, hay aquí también un momento del debate mayor sobre el socialismo y las alternativas actuales de las izquierdas..."
"Pensar los retos que afronta la alternativa socialista en las condiciones del capitalismo transnacional de fines de siglo presupone un colosal esfuerzo en el ámbito de la teoría emancipatoria. Las consideraciones que siguen tan solo adelantan algunas «pistas» a tener en cuenta en esta dirección.1 El contexto desde el que son presentadas no podía ser otro que el marcado por las transformaciones que tienen lugar en la sociedad cubana durante la presente década. Reforma y opción socialista son, en este caso, dos términos subsumidos en la misma voluntad que ha caracterizado a la Revolución cubana en todo su itinerario..."
“Este debate ha sido convocado por la revista Temas y el Centro de Estudios Martianos con el propósito de mover las ideas de un modo lo más abierto posible, en torno al tema de José Martí, la Revolución y el socialismo. Se enfocan algunas ideas respecto a qué es la ideología de la Revolución, qué elementos la caracterizan y de qué manera el pensamiento martiano ha estado, está o estaría presente en la ideología de la Revolución, en sentido histórico, pero sobre todo en términos de presente y de futuro.”
En el presente artículo, sin pretender agotar las formas concretas con que se ha presentado el socialismo en diferentes países (lo cual sería imposible, por los aspectos culturales, sociales e históricos que participan en su concreción), se señalan características del diseño que, aunque particularmente agudas en Europa Oriental, han afectado también a nuestro país, si bien no todas están presentes en Cuba, como diferenciadamente se precisa en el curso del trabajo.
Este debate, organizado por la revista Temas, además de analizar el pensamiento del Che, se proyecta hacia la realidad que le tocó vivir, y también cómo esto puede verse hoy en los 90. Se trata de hacerlo no solamente a partir de las ideas del Che, sino también de todo lo que significan estas dos realidades entre las cuales median tres décadas de tanta importancia para el desarrollo de la Revolución cubana…”
“En un país isleño, pobre, pequeño y aislado, donde la mayoría de la población es urbana, parece lógico extender los principios de la sustentabilidad –inicialmente restringidos a garantizar el equilibrio en el medio natural– a la interacción del medio construido con el natural y el social, con la economía que lo sustenta o depreda, y con la política que lo canaliza o frena. La integralidad y el equilibrio deberán salir de la coexistencia mutuamente ventajosa entre el medio natural, el construido y el social, animados por una identidad nacional basada en una cultura de la convivencia, y una economía que funcione más allá de los intereses sectoriales perentorios. En la medida en que ello sea posible, Cuba podría aportar al mundo un nuevo modelo de socialismo sustentable…”
“Existen tres versiones de lo que se ha dado en llamar «la transición» económica, política y social en Cuba. Tanto en Miami como en Washington D. C. dos estrategias se contraponen, aunque tienen un mismo fin. Liberales y conservadores buscan reemplazar el régimen político, social y económico establecido por la Revolución cubana. La única transición que parece proyectarse hacia el futuro es la posrevolucionaria, capitalista y que rompe drásticamente con el sistema hoy prevaleciente. La diferencia entre liberales y conservadores no se basa en tener distintos fines, sino en proponer métodos alternativos para obtener el objetivo común. Unos piden el embargo y su internacionalización; otros se oponen a esta política. En ambos casos, la justificación es la misma: cada uno dice poseer la fórmula mágica y eficiente para iniciar la «transición» que dé al traste con la Revolución cubana. Cada uno tiene una correcta apreciación de las consecuencias de la estrategia del otro. Pero ambos defienden una premisa sin fundamento: que el futuro de Cuba se determina desde afuera…”
“La experiencia histórica confirma la necesaria presencia de relaciones mercantiles en cualquier proyecto socialista diseñado hoy con un mínimo de realismo. Parece ya evidente que no es la mera exclusión o inclusión del mercado lo que distingue al socialismo y al capitalismo. Mas el alto consenso actual que el mercado ha logrado a su favor, no mitiga las importantes secuelas negativas que este origina cuando es dejado a su funcionamiento espontáneo. En el momento mismo en que libera inmensas energías, crea enormes e intolerables desigualdades…”
“En relación con la democracia es donde ha habido cambios más profundos en la izquierda latinoamericana desde el triunfo de la Revolución cubana hasta hoy. Desilusionada de la democracia burguesa o «democracia de los cinco minutos», que reduce la democracia al acto de votar cada equis cantidad de años por un miembro de la clase dominante que debería representar los intereses de los electores, influida por una formación marxista-leninista dogmática y por una lectura simplificada de la Revolución cubana, o movida por una concepción vanguardista del proceso revolucionario, una parte importante de la izquierda marxista-leninista latinoamericana de la década de los 60 y los 70, al denunciar los límites de la democracia representativa burguesa, terminó por dejar en manos de la derecha la bandera de la democracia…”
Una reflexión sintética sobre algunas de las oportunidades y desafíos que le plantean a la proyección externa del socialismo que se construye en Cuba los abruptos cambios mundiales, regionales y nacionales de la última década. El texto sintetiza algunas de las tesis e hipótesis del ensayo inédito «El siglo XXI: oportunidades y desafíos para la Revolución cubana», cuyo primer esquema fue publicado bajo el título «Cuba: realidades y utopías», en Madrid-Cuba: Un puente de ONG (Madrid, 1996). Algunas de las ideas contenidas en este artículo también aparecen desarrolladas en «El Siglo XXI: 10 desafíos para la revolución cubana» (Análisis de Coyuntura, 1998).
El ensayo se basa en el análisis de los conceptos de León Trotsky en relación con la economía política de la construcción del socialismo. Para el análisis se estructuró el ensayo en cinco aspectos, vinculados con la economía política de la construcción del socialismo: creación de la base técnico-material del socialismo; planificación centralizada; el mercado en la economía socialista; la propiedad social sobre los medios de producción; la gestión económica de las empresas en el socialismo. Se tuvo en cuenta las definiciones de esta materia por parte de la academia cubana.
¿Qué se entiende por marginalidad social, económica, cultural? ¿Cuáles son sus rasgos y las teorías que la explican? ¿Qué rasgos tiene la marginalidad en Cuba? ¿Cuál es la formulación teórica que explica, en una sociedad como la nuestra, que ya no es capitalista, que sí tiene un alto nivel de prevención social, y que aún conserva políticas de fuerte integración social, la presencia y la persistencia del fenómeno de la marginalidad? ¿Se trata de algo heredado, que no hemos podido superar, que acompaña los rasgos de subdesarrollo que no hemos podido resolver? ¿O existen condicionamientos en las actuales circunstancias mundiales, que producen o reproducen el fenómeno como algo inédito en la sociedad cubana del nuevo siglo?
“Desde hace siglo y medio, la «cuestión de los intelectuales» pasó a denotarse como «problema de los intelectuales», y, en algunos lugares y épocas, llegó a constituirse en lo que, parafraseando a Freud, podemos llamar «el malestar de los intelectuales». ¿Por qué «problema»? Puede avanzarse una primera respuesta que parece obvia: la persistencia del tema se debe a una razón de carácter ontológico-social. Dadas las características específicas del modo de producción capitalista, la clase obrera no puede producir natural o espontáneamente, sus propios intelectuales; pero los necesita, porque sin intelectuales no hay movimiento obrero, ni comunista ni revolucionario. Se crea así una dificultad que tiene que superar permanentemente…”
El presente trabajo examina la cuestión de la compatibilidad entre socialismo y mercado. Primeramente, retoma el análisis sobre cuál es la esencia del socialismo, algo que generalmente damos por sentado, pero que no siempre resulta fácil de formular. Seguidamente se examina qué aspectos del mercado son contradictorios con esa esencia; y cuáles pueden ser los posibles escenarios de interacción entre socialismo y mercado. Por último, se presentan algunas reflexiones en torno al socialismo como alternativa contemporánea.
“Para la economía cubana, la última década del siglo XX ha sido en extremo compleja y difícil. Si hubiera que expresar en dos conceptos la esencia de estos diez años, sin dudas estos serían crisis y cambio. El gran desafío ha sido, es, comprender la complejidad de la crisis y, en consecuencia, imaginar y establecer los cambios necesarios para superarla estratégicamente y rearticular la viabilidad de la economía socialista cubana en un contexto internacional en extremo difícil y en gran medida hostil. Sin embargo, hay razones para afirmar que el caso de Cuba es muy singular. Aunque es obvio que la caída del bloque socialista europeo constituye el factor desencadenante de la crisis económica, sus causas no se reducen a este acontecimiento, ni son exclusivamente de carácter externo...”
“El perfeccionamiento empresarial, expresión del desideratum actual del socialismo cubano para su modelo de desarrollo económico, es también —e inevitablemente— el terreno de nuevas configuraciones sociológicas y psicológicas que impactan y, a la vez, resultan de lo que es y será el trabajo en Cuba. Pero es también arena de confrontación política en la temática del modelo de sociedad que se propugna y del modelo de hombre y mujer trabajadores que se vigoriza. Es, además, un debate cultural que interesa la identidad como una daga, y saca a la luz lo que somos y pretendemos ser: nuestra cultura del trabajo…”
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