jueves, 21-11-2024
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Otra vez el Caribe
Las distintas áreas de la cuenca del Caribe, no obstante sus heterogeneidades, se articulan esencialmente mediante nexos históricos, étnicos, geográficos, idiosincrásicos, etc., que la incomunicación y la falta de interdependencia han desdibujado. Ello ha sido resultado de factores exógenos —generalmente de base económica o geoestratégica—, y no de la voluntad de los pueblos caribeños.
Formas de violencia y dominación que datan de tiempos coloniales se despliegan hoy en pandemias, ideologías familiares, nuevas pulsaciones migratorias; pero también dan lugar a expresiones de resistencia cultural de grupos subalternos, géneros musicales portadores de narrativas históricas, discursos artísticos alternativos, nuevas voluntades políticas de reconocimiento y concertación.
Esta vez, Temas recoge —ya lo hizo antes, en su número 6, hace más de una década— textos que, desde la perspectiva de la economía, la antropología, la sociología, los estudios culturales, las relaciones internacionales, y naturalmente, la historia, contribuyen a elucidar fenómenos que atraviesan la cultura, la racialidad, los mitos, la literatura, el arte popular y la vida misma de nuestro Caribe.
Enfoque
“La tesis de este artículo es que la integración económica, más allá de esquemas de uniones aduaneras o áreas de libre comercio, y de la creación de comunidades como espacios económicos productivos, comerciales y financieros, requiere un orden institucional y normativo complejo, además de un proyecto político-cultural de identidad compartido. Es decir, la integración económica requiere un cambio de paradigma que viabilice la construcción de un terreno político-cultural compartido, además de una institucionalidad jurídica y económica regional compatible y coherente. En tanto estas dos grandes dimensiones no se desarrollen, y se organicen congruentemente, no se adelantará significativamente en un proyecto de integración caribeña…”
“La explosión de la emigración-inmigración ha tomado por sorpresa a ciudadanos, funcionarios gubernamentales, demógrafos, partidos políticos e incluso sistemas sociales. Cuando se trata de analizar este fenómeno internacional, la opinión pública permanece entrampada en conceptos, modelos y supuestos del siglo XIX. No obstante, últimamente abunda la percepción de que las migraciones constituyen un componente de las políticas internacionales de los países. El impacto de las migraciones en las relaciones internacionales ha comenzado a investigarse. En menor grado, se examina el impacto de las migraciones sobre las relaciones multilaterales y los movimientos de cooperación e integración…”
¿Qué hace a Cuba tan interesante respecto al debate sobre la matrifocalidad? Aquí muestro cómo, con el tiempo, la matrifocalidad aumentó también en Cuba, sobre todo después de la Revolución, a pesar de que el Estado socialista conservó y estimuló el modelo de familia nuclear. La nivelación de las jerarquías de clase y raciales producidas por la Revolución, junto con una mayor independencia económica de la mujer, ha acarreado una mayor aceptación de las uniones consensuales y de los hogares matrifocales consanguíneos respecto al período pre-revolucionario. Examino la evolución histórica de los hogares matrifocales, u hogares con mujeres como jefas de familia, en Cuba y la comparo con el Caribe anglófono, donde la proporción de estos ha sido siempre mucho mayor que en el Caribe hispánico.
¿Cómo podemos aprender la historia a través de la música? ¿Cómo la música sirve de archivo de nuestra historia? ¿Qué historias narran las músicas caribeñas, y desde qué punto de vista? Nunca había pensado en la música como recurso de aprendizaje en sí mismo. Las reflexiones que siguen buscan una respuesta para estas preguntas, al presentar cómo la música nos sirve de texto social e histórico. Pretendo ilustrar su potencial como un recurso fundamental para entender las dinámicas sociales, políticas e históricas en el Caribe.
(Mención en el Premio Temas de Ensayo 2006, en la especialidad de Estudios sobre arte y literatura) “Antillas, Caribe, América fueron territorios colonizados por el mundo europeo occidental, cuyos nombres se inscribieron en las historias contadas por ellos y quedaron sujetos al poder hegemónico que establecieron sobre tantas islas y territorios. De modo que al anticiparles a cualquiera de esos nombres el término afro, no solo se reconoce una verdad histórica y cultural otra, cargada de significados por su distinta cualidad, sino que además el prefijo subvierte su sentido para presuponer la mezcla y los entrecruzamientos surgidos del proceso de confluencias, confrontaciones y cruzamientos. Esas denominaciones son conceptuales, y expresión cultural de una otredad, cimentada por nosotros mismos. Son conceptos surgidos desde una conciencia americana. Esta perspectiva fue notable en la construcción de una nueva visualidad, moderna y contemporánea, y no solo en lo referido a la plástica, sino también a la literatura, la música y otras artes…”
“El Caribe es el escenario natural e inmediato de la isla de Cuba, al que pertenece por múltiples y legítimas razones geográficas, históricas y culturales. Esta certeza se vuelve más evidente al pensar el Caribe heredero de la metrópoli española; de ahí los abundantes estudios sobre los nexos que nos unen con Puerto Rico y República Dominicana. Sin embargo, los territorios del Caribe no hispano permanecen ajenos a una atención similar; por ello en estas páginas nos detendremos a explorar brevemente la relación de Cuba con este otro conjunto de naciones. El énfasis especial estará enfocado en los nexos de la política exterior cubana con el Caribe a partir del triunfo revolucionario de 1959…”
“En el mundo poscolonial, solo un conocimiento profundo de la economía política y de la historia permiten comprender en toda su magnitud la epidemia moderna de SIDA y tuberculosis en Haití y otros países. El surgimiento y prevalencia de estas epidemias en Haití, se originan en el efecto nocivo de la expansión europea en el Nuevo mundo, así como en la esclavitud y el racismo asociados a ella. Una antropología sincrética y adecuadamente biosocial de estas y otras plagas nos permite ver más lejos y observar, por ejemplo, su estrecha asociación con la pobreza y las desigualdades sociales. Mi objetivo no es elaborar una gran teoría, sino más bien analizar cómo el concepto de violencia estructural puede insertarse en la antropología y en otras disciplinas interesadas en comprender la vida social moderna…”
(Mención en el Premio Temas de Ensayo 2005. Estudios sobre arte y literatura) “La visita de Nicolás Guillén a Haití en 1942 ofrece la oportunidad de un análisis comparado en torno a las concepciones sobre raza y cultura en el contexto nacional de dos territorios caribeños. Debemos precisar el carácter de la visita y la categoría otorgada al visitante por ambas partes, la cubana y la haitiana, y la doble condición del visitante: su ya reconocido prestigio internacional como intelectual, en la línea de la denominada poesía afrocubana, lo cual era particularmente sensible en el ámbito del vecino país, y su amistad con el escritor Jacques Roumain. Guillén visita Haití como representante del Frente Nacional Antifascista de Cuba. En lo coyuntural, debe verse con detenimiento el momento en que se produce esta visita, así como la correlación de fuerzas mundiales…”
“El objetivo de este trabajo es ofrecer una reflexión histórica, desde Cuba, de factores tanto endógenos como exógenos cuya articulación ha conformado y dotado de un carácter singular a la subregión caribeña. Desde la llegada de los europeos, el Caribe fue zona de numerosos y masivos procesos migratorios, impulsados por las diferentes potencias, resultado de los cuales se produjeron encuentros y confluencias entre múltiples etnias. La complejidad de las sociedades creadas, donde los factores unificadores se entrecruzaron con los diversificadores, solamente es posible comprenderla si son utilizadas, como marco analítico-conceptual, las categorías asincronía, similitud y diferencia…”
Controversia
¿Qué entendemos por humor? ¿En qué se diferencia de la comicidad? ¿Hasta qué punto el humorismo se reconoce como parte de la cultura? ¿Se expresa en corrientes o estilos propios? ¿Es localista o universal? ¿Hay un relevo para el humorismo dentro de la nueva generación? ¿Son muy diferentes entre sí el humor en el teatro, la televisión y la radio? ¿Sucede así en otros países? ¿Corrientes como el humor negro o el absurdo están presentes en la cultura cubana? ¿Hasta qué punto puede hablarse de un humor cubano en la vida cotidiana de las personas? ¿Qué obstáculos y retos se plantean al ejercicio del humorismo en Cuba? Humoristas, especialistas, dibujantes, artistas debaten en torno a esta problemática e intercambian con un activo auditorio.
Entretemas
(Palabras de presentación del número 50-51 de la revista Temas, La Habana, 20 de julio de 2007) “Comprendo, acepto, disfruto y de tan ingente y productivo esfuerzo de reflexión, análisis y disección y especulación me sirvo, cuando a mis manos llega una revista como este número de Temas; pero no solo la que ahora comento a mi manera, sino las otras muchas de las que, como una hazaña del heroísmo intelectual y político, han permitido llegar a este tan simbólico ejemplar. No olvido aquellas que han recogido temas tan importantes y provocadores como la cultura cubanoamericana, las relaciones conflictuales con el imperio, los avatares de la economía y sus relaciones con la y las ideologías, raza y racismo, sexualidad, el mundo de las márgenes, y siempre América Latina y USA en el trasfondo y en primer término…”
(Mención en el Premio Temas de Ensayo 2004, en la especialidad de Ciencias sociales) “El presente estudio, realizado desde la perspectiva de la epistemología filosófica, tiene el propósito de contribuir a pensar el cambio social en la realidad cubana contemporánea; una tarea científica que reclama de los investigadores especial esfuerzo intelectual y búsqueda de asideros metodológicos y epistémicos que permitan establecer coordenadas de reflexión heurísticas y habilitadoras. En lugar de asumir compromisos de partida con alguna teoría social concreta, intentaremos reflexionar desde el marco teórico general que nos ofrecen los procesos que tienen lugar en la ciencia contemporánea. ¿Existen fundamentos para asumir una perspectiva teórica tan poco habitual?...”
(Mención en el Premio Temas de Ensayo 2003, en la especialidad de Ciencias sociales) “En los últimos tiempos, se ha escrito mucho sobre el Mañach periodista, ensayista, hombre de letras, ideólogo y sobre su papel político; sin embargo, tal vez reste hablar sobre su condición de filósofo, para estimar la dimensión de su pensamiento y fijar su lugar en la filosofía cubana. Hagamos un recorrido por su vida y sus ideas para ubicarlo en el complejo panorama de la primera mitad del siglo XX, pues él es una de las figuras de ese tiempo con un espacio ganado en las letras y el pensamiento cubanos, que merece ser valorado en sus aciertos y sinrazones…”
Lectura sucesiva
“El cine homoerótico tiene ya una historia. En el principio, sin embargo, no fue el verbo. La sintaxis fílmica rechazaba los abordajes directos, y ofrecía circunloquios que el buen entendedor no necesitaba descifrar demasiado. Las obras del dramaturgo norteamericano Tenessee Williams o de coterráneos suyos, llevadas a la pantalla en los años 50, resultan ejemplos elocuentes de ello. El equivalente femenino del cine gay tiene antecedentes todavía más remotos…”
(Reseña de Agustín Acosta, La zafra. Poema de combate, Sociedad Económica de Amigos del País, La Habana, 2004) “La republicación de La zafra era una necesidad, y también un acto de justicia cultural, ochenta y un años después de su primera edición en 1926. Este libro, que fue muy famoso en su época, no se había vuelto a publicar en Cuba desde entonces; incluso se cometió la tremenda injusticia de que, en 1980, cuando se realizó la antología Poesía social cubana, no se incluyó ningún poema de La zafra. Hay que felicitar a la Sociedad Económica de Amigos del País, que permite saldar esa injusticia, y poner en circulación este poemario, para que miles de personas puedan apreciar un libro esencial para su época, y para ahora también…”
Investigadores y editoriales cubanas han asumido el reto de atrapar, en su más clara dimensión, la multiplicidad de facetas que ofrece la música cubana desde el rico mosaico integrado por ritmos, géneros, figuras y procesos en el devenir cultural de la nación. Letras Cubanas, a no dudar, es una de las editoriales que ha contribuido más a la conformación de una bibliografía básica sobre esta manifestación, como se demuestra en la publicación reciente de los volúmenes Una leyenda de la música cubana; El son no se fue de Cuba. Claves para una historia (1959-1973); El casino y la salsa en Cuba; y Pensamiento musicológico, que este texto reseña.
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