miércoles, 03-07-2024
"En modo alguno el presente artículo pretende abarcar todos y cada uno de los estudios e investigaciones sobre la mujer realizados en Cuba, sino presentar algunas de los principales temas tratados y citar las instituciones fundamentales que han trabajado en éstos. El fin último de este trabajo es brindar una visión personal sobre de lo que se ha avanzado en este campo y las deficiencias, vacíos y retos en el desarrollo de este tema..."
Los conceptos de resistencia, resiliencia y re-existencia, fueron analizados concretamente por refrendar una cultura de resistencia en la lucha por la vida. Es así como este trabajo, en la medida que analiza la relación entre estos conceptos, se detiene a analizar las múltiples luchas e iniciativas de las mujeres en torno a la tradición latinoamericana de liberación. Se coincide con las opiniones que relacionan resiliencia y resistencia, pero enfatizando en que resiliencia es a la vez capacidad y proceso, y no es meramente una actitud de resistencia al embate, sino que permite la construcción, o la reconstrucción ante la adversidad. Desde esta perspectiva es que observamos también la relación de la resiliencia con la re-existencia, por las capacidades que el ser humano tiene para sobreponerse a las dificultades y superar determinados momentos críticos desplegando toda su creatividad. En la visión defendida, resistir y re-existir, preservar y crear, asimilar y superar, siguen siendo divisas de las mujeres cubanas, fieles a una tradición cultural que hoy abraza y estimula el feminismo como una nueva lógica frente al patriarcado.
“En el medio feminista académico, tan variopinto en sus tendencias, quizá la perspectiva reciente más importante es aquella que parte de reconocer que no existe una realidad femenina única, que en este vasto campo tampoco hay universales, sino múltiples realidades; y que hay que aprender acerca de todas ellas y estar conscientes de todas ellas. Por eso, con nuestro trabajo en el campo ilimitado, sin fronteras de la cultura, no sólo aspiramos a modificar nuestra realidad, sino también a pensarla, a organizarla mentalmente y, algún día, a contribuir con nuestra experiencia y con nuestra teorización propia, latinoamericana y cubana, al pensamiento, a las doctrinas, al fundamento de los estudios y de las prácticas en torno y para la mujer...”
“La disyuntiva acerca del lugar que debe ocupar la mujer --familia o sociedad-- y su incorporación o no al trabajo asalariado --madre o trabajadora--, como elementos discordantes de un mundo dicotómico irreconciliable, ha dejado de ser en Cuba una interrogante social, decidida definitivamente por el reconocimiento de todos los derechos de las mujeres económicos, políticos, civiles, culturales, sexuales, reproductivos y sociales como parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales…”
“En las últimas décadas, los cambios sociales, económicos, científico-técnicos han ejercido su impacto en las concepciones tradicionales con respecto a los roles de género, afectando por consiguiente, la naturaleza del encuentro entre los sexos y de la vida en pareja. Cuando se habla de roles de género, se indica aquel conjunto de comportamientos previstos, esperados, típicamente apropiados y asignados a uno u otro sexo desde la cultura, en una sociedad y momento histórico específicos…”
Fragmento del Prólogo a Estatuas de sal. Cuentistas cubanas contemporáneas. Panorama crítico (1959-95). Comp. de Mirta Yáñez y Marilín Bobes.
“Desde hace varios años, en algunos círculos de estudio de literatura comparada se ha puesto en uso el término de «frontera», sobre todo en relación con las llamadas literaturas «periféricas», desde un punto de vista geográfico y político. El concepto de frontera implica un fin y un comienzo de algo distinto, un corte entre dos ámbitos, división, y enajenación de un sujeto o fenómeno dado, apartamiento, sobre todo la conformación de códigos de aceptación o rechazo, de inclusión o exclusión; en fin, en muchos casos y ocasiones, la bien mentada marginalidad…”
“La mujer joven no ha sido precisamente un sector al que se le haya prestado la suficiente atención desde la óptica de las investigaciones sociales en Cuba, tal como parece haber ocurrido en América Latina y otras regiones. La tónica más común en nuestro país ha sido encontrar estudios generales sobre la juventud, sin distinción de sexo, o estudiar a la mujer sin distinciones generacionales. Solo ha sido objeto de estudios específicos en aquellos temas vinculados con la temática sexual y reproductiva: embarazo en la adolescencia, abortos, maternidad soltera, y más recientemente, prostitución…”
“La imagen de la mujer, que aparece en el arte desde épocas antiguas --específicamente las obras privilegiadas en las historias eurocéntricas del arte-- ha sido, en su casi totalidad, una imagen presente en el arte consagrado, hecho mayoritariamente por hombres, para satisfacer un patrón establecido por hombres…”
“La metodología elaborada por la crítica feminista a principios de la década del 70, con un basamento esencialmente sociológico y político, ha ido incorporando elementos del psicoanálisis, la semiología y el estructuralismo, entre otras fuentes, para la conformación de un cuerpo teórico aplicable al estudio de la obra cinematográfica. Con frecuencia, muchos de esos presupuestos teóricos se han hecho extensivos a la crítica de otras manifestaciones artísticas, como el teatro y la pintura, así como el medio televisivo…”
“La compilación Viajeras al Caribe reunió la producción textual -diarios, cartas, memorias, libros de viaje- de europeas y estadounidenses, visitantes a territorios insulares o continentales de la cuenca del Caribe, en el siglo XIX. Su presentación pretendió descubrir la voz de mujeres, asomadas a la escritura con la intención de alcanzar autoridad intelectual. Pero la perspectiva de género no rebasaba la voluntad de reunirlas en un volumen y aproximarse, tímidamente, a los intereses «femeninos»: curiosidad por las otras mujeres, su educación y la de los niños, sus vestimentas, y otros tópicos afines. Aquella tentativa, inédita en el contexto cubano -y, al parecer, en el latinoamericano-, se inscribía en una de las tendencias en el estudio de la literatura de viajes: considerarla fuente documental complementaria de la historia, crónica personal de acontecimientos. Participaba también de la inclinación a enfatizar lo subjetivo y los aspectos propiamente literarios del relato como el estilo y el tono…”
“Durante los últimos veinticinco años, los estudios destinados a mostrar el papel desempeñado por las esclavas de origen africano en las colonias caribeñas han aportado publicaciones cardinales, de carácter puntual, o teórico-metodológico, referidas fundamentalmente a las posesiones inglesas o francesas. Sin embargo, en el Caribe hispano-antillano la producción historiográfica dedicada al tema aún no ha alcanzado esa envergadura. En Cuba, la esclava de origen africano no ha sido objeto de estudio particular. Su vida se conoce a través de obras literarias como Francisco, de Anselmo Suárez y Romero; Petrona y Rosalía, de Félix Tanco, y la excepcional Cecilia Valdés, de Cirilo Villaverde. Asimismo, existen estudios históricos o sociológicos que tangencialmente analizan aspectos de la vida de esas mujeres. Por esta razón, este trabajo tiene por objetivo comenzar a cubrir el vacío existente en la historiografía cubana respecto al tema…”
“Asumir hoy en Cuba un enfoque de género en el tratamiento de la religión constituye un desafío, por constituir un aspecto poco abordado. Además, porque a pesar de la amplia legitimación del tema de la mujer en la actualidad, ello no se traduce necesariamente en la extensión de espacios de acción para esta, particularmente en la esfera religiosa, donde prima una fuerte sujeción a valores socio históricos, en forma de normas y prohibiciones. La presencia de factores tendientes a la marginación de la mujer, en la base de las creencias religiosas en la Cuba actual, repercute en la influencia que han ejercido y ejercen en la mujer creyente cubana las diferentes expresiones religiosas confluyentes como resultado de la colonización…”
“A mediados de la década de los 70, en parte como respuesta al hecho de que muy pocas mujeres eran nominadas y elegidas para ocupar cargos en el Poder Popular, el Partido cubano llevó a cabo una encuesta que reveló la existencia de sensibles diferencias en la cantidad de tiempo que las mujeres y los hombres invertían en las tareas domésticas. Hacia finales de esa década, y en respuesta a lo que se percibía como una «crisis» de la familia cubana --reflejada en las tasas crecientes de delincuencia juvenil, embarazos en la adolescencia, etc.-- algunas instituciones cubanas comenzaron a estudiar la familia desde distintos ángulos y valiéndose de diversas entidades. Sin embargo, hasta hace poco esos estudios no eran, en general, etnográficos…”
“La igualdad de derechos y oportunidades para hombres y mujeres en la sociedad ocupa en la actualidad un lugar importante en la agenda internacional. En las principales conferencias mundiales celebradas en la década de los 90 se han vinculado los temas de desarrollo sostenible y de género. El mejoramiento de la condición de las mujeres y su acceso al poder, han sido aceptados como objetivos esenciales de toda estrategia destinada al logro de un mayor bienestar humano…”
La oleada de protestas masivas de 2011-12 conocida como la "Primavera Árabe" ha tenido tantos procesos y resultados diferentes como países la experimentaron. En Túnez, donde comenzó el movimiento, surgieron nuevas conversaciones en torno a la democratización, la ciudadanía, los derechos de las minorías y la identidad, que antes estaban reprimidas, eran tabú o tenían un espacio limitado para el debate. Al posicionar la visibilidad y las experiencias vividas del racismo al que se han enfrentado los tunecinos negros, los activistas contra el racismo impusieron conversaciones sobre la pertenencia a grupos, las identidades culturales y la naturaleza excluyente del Estado posterior a la independencia. Se trata de un debate que ha estado ausente durante mucho tiempo debido a las políticas homogeneizadoras del Estado. La visibilidad de las activistas negras significó que no solo el racismo formaba parte de la conversación, sino también una perspectiva alternativa al feminismo en su(s) forma(s) institucional(es) y dominante(s) de izquierdas/secular(es). Las formas organizadas de resistencia no son las únicas que merecen nuestra atención. Las mujeres negras comunes llevan mucho tiempo (re)negociando su posición de género y raza en sus comunidades y en la sociedad en general.
Desde una mirada global, la COVID-19 ha evidenciado de manera inequívoca el potencial que para una eficaz práctica médica tiene un adecuado enfoque de las variables edad, sexo y género. La prevención de la infección por SARS-CoV-2 y, cuando esto no ha sido posible, el tratamiento médico de sus consecuencias, ha demostrado la necesidad de su uso acertado. Sirvan esas demostraciones, a manera de victoria parcial, para avanzar tanto como las circunstancias y voluntades lo permitan hacia una medicina, además de universal y gratuita, de precisión. Asimismo, en ello se ha de tener en cuenta las diferencias que introducen las mencionadas variables.
(Fragmento de un trabajo más amplio inscrito como resultado del Proyecto de Investigación PB 96-068 (DCES) del CSIC de Madrid)
“Al igual que en España, el discurso de la domesticidad condicionó en Cuba, de forma decisiva, la realidad socio-cultural y ocupacional de las mujeres. Su proyección influyó tanto en la configuración, como en las expectativas y trayectorias de las trabajadoras en su ámbito laboral. Sobre la base de una aparente protección a las débiles mujeres, se diseñaba una relegación que tenía por base y también por trampa a la familia. Lenta y paulatinamente, se fueron introduciendo nuevos elementos que aspiraban a diseñar una mujer que resultase el complemento armónico del hombre; es decir, que sin cuestionar sus roles tradicionales como madres y esposas, se insertaron algunos nuevos intereses como, por ejemplo, el de la educación femenina, sobre la base de que una mujer instruida sería capaz de servir mejor al hombre y a los hijos…”
Capítulo del libro inédito Las mujeres de la carreta [publicado en , resultado de una investigación realizada por la autora entre las obreras agrícolas del poblado de Guanímar, en la provincia de La Habana.
“Desentrañar los motivos dominantes en la obra de Humberto Solás ha derivado, con demasiada frecuencia, en la simplificación. Sobredimensionar el interés del cineasta por el pretérito obstruye el análisis de sus filmes como portadores de observaciones transferibles al presente. Solás fue el primero de nuestros cineastas en defender ardorosa y racionalmente la plena vinculación de la mujer al núcleo activo de la sociedad, sin obviar las desgarraduras, renunciamientos, empachos de «nueva» moral, e incluso soledad y frustración que necesariamente conlleva tal integración…”
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