miércoles, 06-08-2025
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Hoy se hace claro que el conflicto entre los Estados Unidos y Cuba no es un diferendo, circunscrito a los dos gobiernos. La historia universal, en particular la del hemisferio occidental, sería inexplicable sin esa marca imborrable. Sin la rebelión de esta infernal little island, no hubieran ocurrido capítulos enteros de la Guerra fría, ni la arquitectura del sistema bipolar habría sido la misma, ni el pensamiento político y la cultura del Tercer mundo hubieran irrumpido con la misma fuerza en el Norte, ni podría apreciarse igual la onda expansiva de la caída del Muro, ni el tema de Cuba —veinte años después— todavía levantaría polvaredas políticas en los pasillos del Capitolio. Sin el factor norteamericano, en la historia de la Revolución cubana no podrían entenderse las reacciones de la clase alta ante las reformas, la prolongación de los conflictos internos, la politización peculiar de la comunidad cubanoamericana, el propio diseño del modelo social y político cubano; como tampoco sus relaciones con Rusia o China, ni con los movimientos políticos y revoluciones en nuestra región. Cuba no sería ese asunto que suscita opiniones encontradas en todas partes.
Este número de Temas está dedicado a entender ese conflicto no como un fósil de la Guerra fría, sino en sus causas profundas, actuales, tenaces y difícilmente reductibles del todo y a construirlo, en términos virtuales, como un modus vivendi realista de convivencia y diálogo, equidistante de los sueños de reconciliación y de las pesadillas de la guerra.
Los ensayos que aquí se reúnen fueron discutidos en un taller de autores, convocado por la revista, en febrero de 2010, con estudiosos de los Estados Unidos, Europa, Canadá y Cuba, que se agruparon en parejas en torno a un mismo tópico. El lector notará que no coinciden en algunos juicios. Esta no es una incongruencia fortuita, sino parte esencial de una propuesta analítica que pueda contribuir al debate en torno a un conflicto que nos acompaña.
Enfoque
La cooperación bilateral entre los Estados Unidos y Cuba no fue resultado de una revaloración estratégica de las relaciones mutuas, sino más bien una respuesta a un problema particular. Los dos gobiernos socavaron nuevos proyectos estratégicos de gran importancia, aunque también acomodaron espacios para la cooperación. La retórica de las relaciones oficiales se mantuvo belicosa incluso mientras se llegaba a acuerdos concretos. ¿Por qué entonces se produjo un fracaso estratégico a pesar de los numerosos éxitos tácticos alcanzados entre los dos gobiernos? ¿Por qué desaprovecharon las posibilidades brindadas por el nuevo contexto internacional para establecer otro tipo de acuerdos bilaterales encaminados a fomentar la cooperación en asuntos prácticos? ¿Cuál es la razón de que las relaciones entre ambos países cambiaran tan poco durante las administraciones de William Clinton y de George W. Bush? ¿Desaprovecharán también Barack Obama y Raúl Castro la oportunidad que se les presenta de efectuar un cambio estratégico en las relaciones?
Cuando se traspasan las sucesivas «capas» del conflicto Estados Unidos-Cuba, persiste el residuo duro de desconocimiento y desconfianza que la hostilidad, la hegemonía, la diferencia de escala y la insubordinación han generado durante doscientos años, en coexistencia con los intensos vasos comunicantes entre ambas naciones, surgidos de la enorme proximidad geopolítica, cultural y social. Este articulo intenta sistematizar, mediante siete paradojas, algunos ejes significativos de estas relaciones, y resaltar, de manera sumaria, los elementos básicos con que estas se han construido
Este ensayo pretende responder cinco preguntas sobre la cooperación entre Cuba y los Estados Unidos en materia de seguridad y defensa. Estas son: ¿Cuál ha sido la evolución de esta colaboración desde 1989? ¿Cuál es hoy el contexto real de esa colaboración? ¿Qué es probable que veamos en esta esfera de persistir la situación diplomática actual? ¿Qué podría originar mejores relaciones? ¿Qué tipo de cooperación podría haber si mejoraran las relaciones?
La hipótesis del presente trabajo es que, en relación con los asuntos de seguridad entre Cuba y los Estados Unidos, existen varias condiciones que hacen sumamente difícil avanzar, y que el desarrollo futuro de sus vínculos requerirá de mucha paciencia y voluntad política no solo por parte de ambos gobiernos, sino de otros sujetos sociales que puedan contribuir a la normalización, lo cual no significa necesariamente la desaparición de áreas de conflicto agudo.
Este ensayo se basa en el libro Hablando con Fidel: la historia ignorada del diálogo entre Cuba y los Estados Unidos (en coautoría con William LeoGrande), publicado posteriormente.
Los cambios internacionales y los vaivenes en la política de España hacia la UE contrastan con la relativa continuidad de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos En cuanto a la UE, las dos variables en sus relaciones con Cuba han sido el pilar político y la cooperación al desarrollo, que oscilaron entre períodos de luna de miel y divorcio, mientras que los dos pilares constantes han sido la presencia diplomática y la económica.
No es extraño que las relaciones UE-Cuba hayan sido hasta hoy dominadas por un bilateralismo Estado miembro-Cuba en el cual se ponen de manifiesto los intereses reales implicados, mientras el vínculo con la UE tributa a una dimensión ideológico simbólica que no puede, sin embargo, ser soslayada.
Este ensayo no analiza cómo lograr la normalización ni sugiere hoja de ruta alguna en esta dirección; tampoco examina los actuales intercambios económicos entre los Estados Unidos y Cuba, ni las importantes consecuencias políticas de la normalización para ambos países. En lugar de ello, su propósito es explorar las posibles consecuencias económicas de tal proceso en los dos escenarios.
El propósito de este ensayo es presentar un sumario de las potencialidades más inmediatas en el terreno de las relaciones económicas entre las dos naciones, tratando de identificar vías específicas de aproximación, dejando de lado la cuestión (no menos importante) sobre cuándo y cómo se produciría un proceso de flexibilización en las restricciones vigentes, como resultado del diálogo político, o de acciones unilaterales por parte de la administración norteamericana. No se trata tanto de un ejercicio de «meteorología política», en el sentido de anticipar desplazamientos en las variables claves de las relaciones bilaterales y sus implicaciones para el entorno económico, como de una evaluación de la importancia relativa de aquellos componentes que definen las capacidades de reacción de ambas partes en lo inmediato, a partir de la experiencia acumulada.
Este ensayo argumenta que las consideraciones de política exterior continúan desempeñando un importante papel en el curso que siguen las políticas migratorias de los Estados Unidos hacia Cuba en la época posterior a la Guerra fría. Estos han priorizado la defensa de sus fronteras de la llegada desordenada de flujos masivos de cubanos durante los períodos de crisis en las relaciones migratorias.
Aunque la eliminación de la Ley de Ajuste Cubano sería el paso medular para el cambio de la política migratoria de los Estados Unidos para Cuba, los elementos conocidos hasta el momento, no indican que pueda esperarse a corto y mediano plazos, o sea, entre el primer y un posible segundo mandato del presidente Obama. Cuba, por su parte, enfrenta retos significativos en el tema migratorio —en particular con los Estados Unidos— que debe asumir con objetividad y en función de los intereses de la nación, donde la seguridad nacional no puede quedar relegada a un segundo plano.
El desarrollo de las relaciones académicas y culturales entre Cuba y los Estados Unidos, después de 1959, es parte de una historia de persistencia y expansión; los logros, incluyendo la creación de un campo interdisciplinario denominado Estudios Cubanos, llaman la atención si se tiene en cuenta las incesantes dificultades a que se han enfrentado los anteriores y los actuales contactos y colaboraciones.
El presente texto analiza el intercambio académico entre Cuba y los Estados Unidos, esencialmente en el área de las ciencias sociales, haciendo énfasis en su desarrollo a partir de la posguerra fría. No se pretende agotar el tema ni realizar un detallado recuento de la colaboración académica bilateral, sino identificar momentos sobresalientes que guardan una estrecha relación con la evolución del conflicto entre las dos naciones y, en cierta medida, con el origen y consolidación de la disciplina de Estudios Cubanos en los Estados Unidos.
(Premio Temas de Ensayo 2009, en la modalidad de Ciencias sociales.) La creciente complejización de la sociedad cubana, y los duros retos que ha impuesto el proceso de recuperación de la crisis iniciada a fines de los 80, exige una utilización más directa, organizada y eficaz de sus ciencias sociales. Asimismo, demanda de ellas una reflexión consciente, ética y comprometida con el desarrollo de la sociedad. Este texto pretende responder estas preguntas: ¿Cuál es el estado de nuestras ciencias sociales? ¿Qué retos enfrentan? ¿Cuáles son sus principales tensiones?
Controversia
Este Último Jueves está dedicado a una revisión del acontecimiento histórico que significó el encuentro con la emigración cubana, a treinta años de su primera manifestación, conocido como el Diálogo del 78. Cubanos residentes dentro y fuera de la Isla intentan comprender aquel hecho histórico concreto, partiendo de las dinámicas entre el país de origen, Cuba, las características del grupo migrante y las del país receptor, los Estados Unidos.
Entretemas
El texto propone acercarse a un estudio de caso sobre los efectos particulares de la presencia norteamericana en la historia de la nación cubana, dada la profusión de distintos tipos de enclaves en esta área del territorio nacional, donde tuvo un profundo impacto en las estructuras económicas —expresado en las transferencias de propiedad, la industria y los medios tecnológicos, el transporte y las comunicaciones—, cuyo actor y beneficiario fue el capital estadounidense.
El autor intenta develar las ideas que han caracterizado la práctica de la educación en general y que, de una u otra forma, han alcanzado la formación y capacitación, en el ámbito de la educación popular, para la organización, participación y desarrollo social en Guatemala. Este develamiento de intenciones, propias y ajenas, no es posible si no se construye una práctica crítica transformadora de relaciones sociales orientadas a promover condiciones de justicia social, equidad entre hombres y mujeres, y el reconocimiento y respeto de la diversidad cultural y de la dignidad humana.
(Premio Temas de Ensayo 2009, en la modalidad de Estudios sobre arte y literatura.) El funcionamiento de la oralidad en los procesos de conformación de una identidad cultural ha sido objeto de diversos análisis en las últimas décadas. Sin embargo, es tanta su complejidad, y sus enfoques son tan disímiles, e incluso contradictorios, que este ensayo solo hace algunas reflexiones básicas sobre la interrelación entre oralidad, discurso e identidad para poder enfrentar una caracterización general de la diversidad discursiva en los etnotextos narrativos de origen africano en Cuba.
Lectura sucesiva
Reseña crítica de Diversidad, identidad y articulación: construyendo alternativas desde los movimientos sociales (Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2007)
Un recorrido crítico por obras y tendencias de la literatura testimonial cubana, desde sus inicios hasta hoy.
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