domingo, 13-10-2024
Para entender lo que ocurre con la izquierda mexicana en el sexenio presidencial de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) resulta esclarecedor contrastar el momento actual con dos circunstancias: una, a mediados de los años 30, a la sombra de un gobierno que impulsó profundas reformas sociales mientras institucionalizaba y disciplinaba los movimientos obrero y campesino; segundo, en la coyuntura de 1988-89 cuando, al calor de las protestas por el fraude electoral en contra de la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas, las principales organizaciones socialistas mexicanas se disolvieron en el seno del Partido de Revolución Democrática (PRD). Se trata de evidenciar, por analogía, un trazo grueso y fundamental que demuestre un acontecimiento recurrente en la historia mexicana.
"¿En qué medida el componente popular en marca la construcción nacional? ¿Hasta qué punto entre los ingredientes de la nación se encuentran elementos que pudieran considerarse negaciones del nacionalismo, no solamente políticas e ideológicas, sino culturales en un sentido integral, y que de cierta manera resultan contradictorias con una concepción de defensa de lo nacional? ¿En qué medida los representantes de sectores antinacionales son parte legítima, aunque negativa, de la nación? ¿En qué medida la nación misma es una construcción histórica que los involucra o los segrega?
"La monumental obra de Fernando Ortiz (1881-1969), el más brillante científico social cubano de la primera mitad del presente siglo, ha servido de significativo precedente para la inmensa mayoría de las investigaciones que han incursionado en el conocimiento de los factores histórico-culturales de la nación cubana actual. El proceso de maduración intelectual, reflejado ampliamente en su obra y acción, lo condujo a estudiar los más diversos aspectos de la vida cubana, tanto en el contexto latinoamericano y caribeño, como en sus vínculos con África, Asia, Europa y Norteamérica..."
“Una ventana al escenario de las relaciones raciales la constituye, sin duda, el fenómeno de los prejuicios. Estos revelan aspectos de la interacción de los grupos raciales. Hablan, por tanto, de su evolución y proyección, así como de sus expresiones en un momento histórico determinado. Precisamente de los prejuicios, de cómo y por qué se generan, trata este trabajo…”
En este trabajo se estudia el cruce de fronteras geográficas y simbólicas en el cine contemporáneo con el fin de identificar las estrategias de representación de esta experiencia personal, política y cultural. Al estudiar varias películas de ficción producidas en Alemania, Australia, Bhután, China, Francia, India, Israel, Italia, Noruega y Suiza se han identificado seis estrategias de representación del cruce de fronteras simbólicas: la frontera como celebración, advertencia, recuperación de las raíces, oportunidad accidental o como reconstrucción de la identidad personal o colectiva. Es así como el cruce de la frontera interior, en sus diversas manifestaciones, es un componente estratégico del cine contemporáneo.
“Las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos abarcan mucho más que las relaciones entre los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos y sus respectivas políticas exteriores. A menudo se hace caso omiso de las relaciones entre cubanos y norteamericanos. Una comprensión más abarcadora de esas relaciones requiere un estudio de los lugares y circunstancias en que cubanos y norteamericanos las establecían, tanto en Cuba como en los Estados Unidos, de sus consecuencias para la historia de Cuba y de su influencia sobre las actitudes políticas, valores sociales y formas culturales cubanas…”
El texto propone distinguir ese constructo que conocemos por cine cubano, de otro igual de inefable que pudiéramos llamar el cuerpo audiovisual de la nación cubana. Mientras que con el primero generalmente se alude a un conjunto de películas y sujetos que pueden localizarse con cierta facilidad en el espacio y el tiempo, con el segundo estaríamos enfrentándonos a algo que se articula más allá de lo que una metafísica de la presencia (lo que está a la mano) permitiría describir con precisión.
Estas páginas examinan la existencia o no de un tipo de comportamiento habanocentrista en la historia social y cultural de la nación cubana. El asunto es espinoso, pero se asume desde el diálogo, porque tal contingencia no impide su tratamiento. Llama la atención la carencia bibliográfica que existe al respecto. En la historiografía cubana apenas unos pocos lo han tratado de modo colateral más que puntual.
“Aquello que llamamos nación —aun en las más diversas acepciones— es solo una de tales formas de agrupamiento; ello presupone que en una misma sociedad pueden originarse otras diferentes. Porque la nación se manifiesta en una sociedad específica, pero no se le identifica de manera absoluta, aunque ambas se correspondan condicionadamente. La nación, así entendida, la que adscribimos al gentilicio cubano, es en su inicio parigual de la que surgiera, como resultado de un proceso muy definido, por vez primera hace más de dos centurias en algunas comunidades del área que ahora nombramos, en términos de geografía política, como Europa occidental...”
“La identidad nacional o la conciencia de mismidad de los pueblos es objeto de estudio de las más diversas disciplinas. La historia, la sociología, las ciencias políticas y la psicología son algunas de ellas. Dentro del contexto de la psicología son muchas las especialidades y las formas de aproximación al fenómeno. Los psicólogos nos interesamos por la identidad nacional a la luz de los actuales acontecimientos en especialidades como personalidad, etnopsicología, etnopsicoanálisis, antropología psicológica, psicología cultural, psicología transcultural, psicología política y social, psicología comunitaria y de las minorías, psicología del desarrollo y otras aproximaciones…”
“El aforismo «el capital es mundial, la fuerza laboral es local» se inscribe en la base de un edificio que se ha venido construyendo en forma continua durante los últimos cincuenta años, Las diversas esferas teóricas lo han ensalzado como el triunfo definitivo del libre comercio y el racionalismo económico o lo han denunciado como la tumba de la conciencia proletaria y la liberación nacional. Cualquiera que sea la perspectiva que se haya adoptado, el relato que lo sigue presenta una economía mundial crecientemente atada al capital, en forma de empresas corporativas directas o de inversiones de cartera, que van de un lado a otro del mundo en busca de acumulación…”
“El tema de la agresión multicultural de las multinacionales, aunque deja poco margen, es cómodo. Siempre resulta aristocrático contestar a los grandes poderes, en este caso a uno aún más grande que el imperio romano o cualquier otro imperio de la Guerra Fría. Por otra parte, las multinacionales son ubicuas y contra su acción poco valen segregaciones o cortinas de hierro, espionajes silenciosos o chantajes históricos. El artículo llama la atención sobre la existencia de una tradición intelectual falseada en aras de la aristocratización del dominio creciente de las multinacionales. Se crea así una situación paradójica, pues las propias multinacionales promueven los códigos con que sus críticos pretenden objetar su acción. El autor se acerca a tópicos tan sobresalientes como el neoliberalismo, el mercantilismo y la globalización, para proponer una apreciación más suspicaz de estos procesos…”
“Al período de guerra fría, sustentado en una configuración bipolar de fuerzas dominada por superpotencias que encabezaban dos coaliciones de Estados, le sucede una etapa signada más bien por el desorden, cargada de nuevos peligros, en un contexto fluido que parece desbordar toda capacidad de previsión. No estamos ante un «nuevo orden mundial», sino ante una muy complicada etapa de recomposición o reestructuración de las relaciones internacionales, que, en más de un sentido, marca el inicio de una nueva era histórica…”
“Si el teatro se afirma por excelencia en la contradicción y la diferencia, ¿cuál no será su condición y su desenvolvimiento en medio de una sociedad que impulsa (y participa de) constantes transformaciones y vive una existencia convulsa? La escena cubana refracta los avatares esenciales de la vida de la nación y es eco de las más significativas ideas, en activo y polémico debate con su tiempo. Existe un vínculo entre la escena y el destino de la nación, que se ha mantenido con altibajos y variantes de carácter dialéctico o coyuntural a lo largo de la historia cubana y que alcanza su clímax con la culminación del largo proceso de luchas que tiene lugar con el triunfo revolucionario…”
“Apenas unos meses después de la victoria de Fidel Castro se produjo un acercamiento a África, el continente que estaba empezando a recobrar su libertad. Che Guevara y Raúl Castro viajaron a El Cairo en junio de 1959 y julio de 1960, respectivamente, y Fidel Castro pronunció un discurso en Naciones Unidas en septiembre de 1960, en el que trató elocuentemente los problemas africanos. Se establecieron cordiales relaciones con unos cuantos países africanos, sobre todo Egipto, Ghana y Guinea; y especialmente con Argelia, que fue el primer amor de Cuba en África. Cuba le brindó ayuda tanto militar como civil, desde antes de que venciera el Frente Argelino de Liberación Nacional (FLN). La historia de la relación de Cuba con Argelia rompe con el estereotipo sobre la política exterior cubana que prevalece en los Estados Unidos y en muchas capitales europeas…”
Los gobiernos y los funcionarios de salud del mundo han introducido medidas preventivas obligatorias para combatir la COVID-19, es decir, desinfectantes para las manos, guantes y máscaras, que han contribuido a generar grandes cantidades de desechos médicos. Esta epidemia ha provocado graves cambios demográficos y desempleo, y se han cerrado actividades económicas para salvar vidas humanas. Las industrias del transporte y los viajes son las más afectadas, ya que el turismo mundial se ha reducido a casi cero en los últimos meses; como solución, los institutos económicos han introducido paquetes de estímulo por valor de más de seis billones de dólares. Sin embargo, las actividades económicas restringidas también han contribuido a un medio ambiente más limpio. No obstante, los cambios ambientales no son permanentes y el nivel de contaminación puede volver a aumentar en el futuro. Como resultado, la investigación actual sugiere que los legisladores deben introducir políticas ambientales estrictas para promover la energía limpia.
“La formación progresiva de la «conciencia del mundo» no es espontánea o primaria; no constituye más que el reflejo del crecimiento de las relaciones y la interdependencia económica de las naciones en la conciencia de las personas. Estas relaciones, por ser de carácter capitalista, se basan en el interés, la ganancia y el dominio de los mercados y están lejos de ser armónicas y felices. Son una permanente fuente potencial de conflictos, con el consiguiente peligro de una «solución» violenta. La primera y segunda guerras mundiales hicieron evidente la necesidad de buscar mecanismos que regulen dichas relaciones y eviten que los conflictos estatales se resuelvan por la violencia. Como respuesta a esta necesidad, surgieron «organizaciones internacionales» como las Naciones Unidas...”
“La Guerra fría, como expresión de la confrontación entre dos grandes bloques, ha concluido. Nos encontramos en un período de transición y cambio caracterizado por la prioridad de la geoeconomía y la integración de megabloques. La globalización y la conformación de nuevos centros de poder a partir de ella, refuerzan la tendencia hacia el multipolarismo, al tiempo que surgen corrientes contradictorias que dificultan lo que podría ser un nuevo diseño global. En el terreno de la seguridad se desarrolla un nuevo ambiente caracterizado por la complejidad. La periferia pierde su importancia y valor estratégico, e irrumpen conflictos que estuvieron ocultos durante la confrontación Este-Oeste. Las contradicciones se han trasladado al eje Norte-Sur…”
“El fin de la Guerra fría ha generado incertidumbres conceptuales y en la forma de definir políticas y concretar acciones de cooperación. Avanzar en la construcción de un nuevo concepto de seguridad internacional significa avanzar en la redefinición de las misiones de las diversas instituciones encargadas de promoverla. Esta es una tarea de gran significación para las Américas. El hemisferio occidental ha contribuido a la estabilidad global en el período de posguerra fría, pero no ha sido capaz, en una década, de generar regímenes internacionales, reglas y normas que definan de manera estable y produzcan certidumbre en este aspecto crucial para el desarrollo nacional, regional y global...”
“Para algunos especialistas el «pesimismo» y «confusión» reinantes a principios de este siglo en Cuba condujo a numerosos malentendidos; a pesar de ello, «independentistas» y «anexionistas» han figurado en la historiografía como bandos escindidos e identificables, portadores de programas nítidos y radicalmente desiguales. Sin embargo, textos referidos al curso sociopolítico de la nación, compuestos por la intelectualidad entre 1902 y 1930, estuvieron cargados de medias tintas, lo que hace pensar en la preminencia de un discurso oscilante, desprovisto de esa bipolaridad que se le confiere…”
“Este trabajo tiene dos motivaciones diferentes entre sí, y quizás complementarias. La primera es vivencial: mis recuerdos de niño y adolescente acerca de lo que podría llamarse el arsenal simbólico del nacionalismo. Nuestra educación cívica se forjaba con ayuda de la narración y la exaltación de las luchas revolucionarias por la independencia. Mi otra fuente de motivación es el enorme avance de los estudios historiográficos en las últimas décadas. A su luz, la cuestión de la evolución histórica del nacionalismo cubano se tornó un tema favorecido y hoy es tema de aportes variados y, por fortuna, de debates. Mi pretensión es analizar dos libros escritos durante aquel período, aunque sumamente distantes uno del otro, y hacer algunos comentarios sobre el contenido y las funciones, las incongruencias, tensiones y contradicciones afrontadas por el nacionalismo para ser eficaz como cemento de la construcción nacional en el momento histórico más cercano a aquella: la primera República cubana…”
“El trotskismo en Cuba tiene los antecedentes directos en la existencia de una corriente discrepante dentro del Partido Comunista, que surgió en 1931, y en su desarrollo muy pronto recibió la influencia de la oposición de Izquierda Internacional. A finales de 1930 se inició un reajuste de la línea estratégica y táctica del Partido Comunista de Cuba (PC), sobre la base de los acuerdos del XII Pleno del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista y de las orientaciones recibidas de su Buró del Caribe. Tal reorientación apuntaba a ampliar el radio de acción del Partido a todo el país, orientar su trabajo hacia los sectores más importantes de la clase obrera (especialmente el azucarero), el campesinado y la pequeña burguesía, y a corregir los errores de sectarismo; además, redefinía su concepción sobre el carácter de la revolución, hasta esos momentos calificada como proletaria y que ahora era denominada agraria y antimperialista…”
“A medida que comenzamos a analizar Fresa y chocolate como película, se hace evidente que es una obra compleja, tanto desde el punto de vista textual como contextual. Remite simultáneamente a un discurso doble, el autoral y el nacional. Abarca, al mismo tiempo, lo individual y lo colectivo, postura definida tradicionalmente como auteurista y que también ha solido lidiar con el tema de la identidad. De hecho, se puede seguir la relación cambiante entre el auteurismo y lo nacional, a través de las obras de Alea, desde la posición adoptada en Memorias... —en la cual el director aparece ligado a las actividades oficiales— hasta Fresa y chocolate, por tratarse de una coproducción cubano-mexicano-española. Es necesario entender ese proceso de transformación como parte de los cambios históricos de la institución cinematográfica en la región y no como un fenómeno exclusivo de este cineasta cubano…"
“¿Cómo puede evitar la puesta en práctica del multiculturalismo operar al nivel de la representación estética de los muchos rostros de la nación? ¿Cómo puede la práctica del multiculturalismo evitar su dispersión e inclusión en la función socializadora de la escuela, que ha permanecido inmutable en su misión de engendrar «el tipo correcto de orgullo nacional?». Según la lógica del multiculturalismo, ¿quién sentiría este «orgullo nacional», habida cuenta de que, en sus respectivas culturas, individuos y grupos diferentes tienen versiones diferentes de la nación? Estas son algunas de las cuestiones que serán abordadas en este ensayo. Sin querer que parezca que me estoy pronunciando contra los objetivos del multiculturalismo en cuanto al otorgamiento de derechos políticos, examinaré los proyectos de dos de sus más influyentes propugnadores norteamericanos…”
“Decir que la sociedad cubana del siglo XIX fundó su desarrollo en el de la institución esclavista, es verdad de todos sabida; imaginar que, en semejante esquema, el negro aparece como figura de lo abyecto, resulta natural. Si damos por lógico que a la violencia del dominador le siga el silencio sobre ella, hemos también de dar por lógica la escasa información que sobre el amor interracial nos da nuestra literatura cuando este pretende realizarse fuera de los códigos de la dominación; es decir, como movimiento mutuo y no mediante un acto de victimización o uso del dominado, como objeto de placer…”
“Probablemente uno de los puntos en los que existe, en la actualidad, un mayor acuerdo, sea el de que eso que solemos llamar actividad política debe tener lugar en el marco de la democracia. El acuerdo es tan grande como sorprendente. Porque, sin entrar ahora en su análisis, resulta llamativa la constatación, llevada a cabo por reputados científicos sociales, de que en todo el mundo sectores procedentes del autoritarismo conservador más antidemocrático están asumiendo el modelo de la democracia —aunque, eso sí, sin abdicar de su pasado. En cierto modo, pues, podríamos decir que la cuestión política ha terminado, en el mundo de hoy, por identificarse con la cuestión democrática…”
Se ofrece una primera mirada a los consumos culturales de los adultos mayores a partir de los resultados de investigación del Instituto Cubano de Investigación Cultural (ICIC) Juan Marinello. Se trata de un ejercicio de sistematización desde la primera Encuesta Nacional de Consumo Cultural hasta la actualidad, con la intención de develar las particularidades de mayor trascendencia, sin pretender agotar en toda su profundidad las dinámicas a ellos asociadas.
Se aborda el envejecimiento y la ancianidad, con énfasis en su arista jurídica, y partiendo de una premisa esencial: la inclusión y autodeterminación de la persona mayor. Desde la panorámica legal cubana, se explican los principios que deben informar la protección de las personas mayores y cómo se manifiesta su proyección normativa. El estudio continúa con el análisis de las medidas de aseguramiento de estos derechos, específicamente los mecanismos de autoprotección; como medidas privadas que emanan del ejercicio de la autonomía de la voluntad de esas personas, ante el escenario del envejecimiento poblacional en Cuba. La reafirmación de la idea de la dignidad como centro de los derechos de las personas y del hecho de que la efectividad de los derechos consagrados implica su eficacia inmediata, y la posibilidad de tutela efectiva ante su vulneración, corrobora la garantía material al ejercicio pleno de los derechos, referido en la Carta Magna cubana.
Al surgir, en 1980, la Federación Internacional de Asociaciones de Personas Mayores (FIAPA, por sus siglas en francés), la comunidad internacional ya se interesaba desde hacía algunas décadas por las cuestiones sociales, políticas y económicas consecuentes del envejecimiento poblacional. El análisis que hacemos, a menudo se concentra únicamente en el aumento de los gastos de la seguridad social y de salud, en el maltrato, en el carácter casi «parasitario» o «la carga» que los ancianos representarían para los «jóvenes». Nuestra mirada es profundamente negativa, y aún prevalece en el pensamiento social y político...
“«Cuba es un lugar obligado de la cavilación histórica, política y moral del mundo iberoamericano», dice el editorial con que la revista mexicana Nexos presenta un dossier llamado «Cuba, ay, Cuba». Según sus editores, la selección de los trabajos quiere ofrecer una visión «desde adentro y desde afuera de la isla» sobre la realidad política del país. La convergencia en sus páginas de «cubanos que viven y escriben en Cuba; cubanos que viven y escriben fuera de Cuba y autores no cubanos que llevan a Cuba metida en la cabeza y en el corazón», busca dar consistencia a la idea central que da título al editorial: Las dos Cubas…”
“En las condiciones del mundo contemporáneo, la seguridad de las naciones, e incluso de los propios individuos, rebasa el marco de su prioridad tradicional —entiéndase el problema militar— al que ha estado circunscrita desde su surgimiento y, en consecuencia, adopta una connotación global que depende no solo de la falta de violencia y la prevención eficaz o la eliminación de la agresión, sino también del mejoramiento de la capacidad para responder a las necesidades básicas del ser humano y de la sociedad. En esa extensión de las prioridades de seguridad se desenvuelve el imperialismo actual, el cual, a la par que conserva sus rasgos tradicionales como fase superior del capitalismo, incorpora, con inusual fuerza, la transnacionalización económica, en medio de un indetenible proceso de globalización dispar e insostenible para la mayoría de las naciones…”
“Para los conservadores, el 11 de septiembre brinda un contrapeso imperial al triunfalismo mercantil de la época de Clinton, y una oportunidad para crear una cultura política internacional e interna que signifique algo más que el dinero y los mercados. Pero ese imperio que han vaticinado puede que no brinde tan fácil solución a los retos políticos y culturales que afrontan los Estados Unidos desde que terminó la Guerra fría. Ya el imperio norteamericano venía tropezando con enormes obstáculos en el Medio Oriente, que daban justamente la medida de cuán escurridiza era en verdad la idea que primaba en los nuevos imperialistas: que los Estados Unidos podían regir el curso de los acontecimientos y hacer la historia. Internamente, la renovación política y cultural que muchos esperaron como consecuencia del 11 de septiembre no se está logrando fácilmente, en manos de una ideología de libre mercado que a todas luces no se debilita…”
“¿Es la globalización un proceso socialmente neutro, capaz de homogeneizar todas las economías nacionales del planeta, y que descansa, en lo fundamental, en la implantación acelerada de los adelantos de la ciencia y la tecnología en el ámbito mundial?, ¿o, por el contrario, es parte consustancial del desarrollo desigual y deformado del capitalismo y, especialmente, del imperialismo? Este ensayo indaga cuál es el lugar histórico en que debemos colocar las complejas tendencias objetivas y subjetivas —económicas, sociales, políticas, científico-técnicas, ideológico-culturales, nacionales e internacionales— que se sintetizan en el tan utilizado, polisémico e impreciso concepto de globalización...”
Desde una perspectiva crítica con respecto a la teleología del Estado-nación y los presupuestos nacionalistas de los sistemas políticos liberales —con particular interés en los espacios soberanos resultantes de la crisis imperial-monárquica de 1808-1825—, avanzar en el estudio de la (re)configuración colonial posrevolucionaria parece imprescindible si se pretende dar cuenta de la manera en que se diseñó un nuevo orden político decimonónico, sobre todo en lo concerniente las políticas de justicia y orden público, tanto en España como en sus territorios de ultramar. El artículo presenta sucintamente los presupuestos de partida de dicha renovación historiográfica y los cuestionamientos que se aplican hoy al estudio de las instituciones y el imaginario político del primer cuarto del siglo XIX en Iberoamérica, proponiéndolos como instrumentos de análisis pertinentes para dar cuenta de la recomposición institucional, política y cultural que vivió Cuba después de 1808.
Después de lograr tan difícilmente su independencia nacional en el siglo XIX, los intelectuales hispanoamericanos sentían la necesidad de definir lo que debían ser las nuevas naciones, incluyendo la categoría de género, que se insertó en todo quehacer cultural y político. Este trabajo examina algunas obras de escritores de República Dominicana (RD) en esa centuria, para descubrir cómo se presenta de manera particular la visión que de «la mujer» se construía en esa identidad nacional —formulada en la lírica, la narrativa, el teatro, en discursos y ensayos. Los textos incluyen muchas de las dimensiones entonces, y tradicionalmente, relacionadas con lo femenino: la amada, virgen y bella; la madre, abnegada y centro de la familia (lo prescrito y emblemático), la naturaleza barbárica (lo oscuro y temido), la maestra y la poeta (lo permitido). Estos textos trataron de instaurar un dominio homogéneo —una sociedad sin clases, racialmente unida y estable a través del tiempo— a partir de expresiones que articulan elementos heterogéneos en las particularidades de sus enunciados y así se muestran contradictorios (y de ahí las «bellas mentiras»). Queda claro que el intento de los textos fue una continuación de las normas de la colonia, o sea, europeas. Solo en sus intersticios discursivos —expresados con frecuencia en términos negativos— se vislumbra una visión más compleja, más concorde con la realidad social dominicana, en la que ellas participaban plenamente en los campos de la educación y la cultura.
“La tendencia a la globalización de la vida económica y política y, con ello, de las relaciones internacionales que hasta hace poco eran esencialmente interestatales, ha generado un recurrente cuestionamiento con respecto a la virtual pérdida de poder del Estado-nación. En el ámbito intelectual, el problema de la regionalidad y de la nación en América Latina no es nuevo, ni un correlato de la complejidad del momento actual. En ambos casos, existe ya una tradición de pensamiento en esta parte del mundo, aunque con diferencias y puntos de vista polémicos. Por tanto, habría que considerar ese precedente y plantearse la problemática a tono con los tiempos que corren, no solo por ser un imperativo de nuestra época, sino también de la propia ciencia…”
“El mestizaje en América Latina exalta la mezcla racial y cultural como vía para forjar una imagen nacional unificada y homogénea, al tiempo que reafirma la supremacía de la raza y la civilización europeas por la vía de favorecer el blanqueamiento. Mediante el concepto de blanqueamiento, inherente al de mestizaje, la aceptación de las normas blancas eurocéntricas se convirtió en un criterio para la inserción en la sociedad blanca-mestiza dominante y en una manera de desarrollar una cultura nacional homogénea…”
(Tomado de Alternatives Sud, v. X, n. 4, Lobaina la Nueva, Bélgica, 2003) “Las discriminaciones contra las mujeres son las mismas en todos los países y regiones. Solo se diferencian en cuanto a su intensidad. En otras palabras, en ningún país las mujeres reciben el mismo trato que los hombres. La diversidad y la especificidad de la situación de las mujeres africanas permiten evitar las generalizaciones apresuradas y los estereotipos extraídos del traslado a África de los problemas, soluciones e instituciones nacidos a lo largo de la historia de Occidente. Por supuesto, el movimiento feminista, así como las asociaciones culturales o los partidos metropolitanos, son proclives por naturaleza a prolongarse en África. Al ocurrir esto, tienden a asimilarnos a la psicología y la experiencia histórica europeas…”
“La lucha por la igualdad social entre hombres y mujeres se ha puesto de manifiesto a lo largo de los siglos en diversas ocasiones y bajo formas diferentes. Históricamente han aparecido grupos defensores, tanto ideológica como políticamente, de su necesidad, reconocidos, en sentido general, como movimientos feministas. El feminismo no solo se expresó en movilizaciones sociales y políticas, sino que también elaboró teorías para explicar por qué las mujeres estaban discriminadas. En la actualidad estas reflexiones son las que han originado las propuestas acerca de qué se debe cambiar y cuál debe ser el papel del Estado para impulsar estos cambios a través de sus políticas públicas…”
“Metafóricamente hablando, los soviéticos eran para nosotros algo así como el hermano mayor cuyos bíceps nos hacen sentir orgullosos del parentesco, por enclenques que seamos. Cuando solo podíamos soñar con viajes al cosmos y con la energía nuclear, ellos ya los tenían. Y para los habitantes de una islita casi en el traspatio del imperio del dólar, eso vale mucho. Aunque sea, como dirían los psicólogos --¿o eran los economistas--, en forma de capital simbólico. Las huellas históricas de la presencia de la Unión Soviética en este proceso nuestro no las discute nadie. Sobre todo en los primeros años, la supervivencia de la Revolución habría sido problemática sin la mano que nos echaron…”
(Fragmento del prólogo a Misiones en conflicto, de Piero Gleijeses, Editora Política, La Habana, 2003) “Desde 1965, cuando el Che y sus trece compañeros pisaron suelo congolés después de cruzar el Lago Tanganika, hasta el regreso definitivo de nuestras tropas en África, transcurrió un cuarto de siglo más un año, un mes y un día. En estos veintiséis años no hubo un solo día en que los combatientes cubanos dejaran de empuñar el fusil en África. Desde hace cuatro décadas, nuestros médicos y demás trabajadores de la salud prestan sus desinteresados servicios en África. Primero fueron decenas, luego cientos, hoy son miles y cada día serán más. Hay decenas de miles de profesionales y técnicos que están dispuestos a llegar hasta el más apartado rincón del continente para prevenir y curar enfermedades y trasmitir sus conocimientos en facultades de medicina y escuelas de enfermería, en cada país que lo requiera. Es así, de conjunto, como hay que analizar la epopeya cubana en África…”
Este comentario se enfoca en dos textos centrales para profundizar en la temática vinculada con el Caribe, sobre todo en una coyuntura mundial de reformulación geopolítica y geoeconómica, caracterizada por la hegemonía estadounidense, y en la ruta hacia la construcción de una nueva arquitectura global. Se trata de El Caribe: región, frontera y relaciones internacionales, libro coordinado por Johanna von Grafenstein Gareis y Laura Muñoz Matta y La ayuda militar como negocio: Estados Unidos y el Caribe, de Humberto García Muñiz y Gloria Vega Rodríguez. Ambas obras aportan enfoques multifacéticos que se complementan en el tratamiento de la problemática caribeña.
Este ensayo presenta una breve actualización de las principales tendencias que caracterizan el consumo, el tráfico y la producción de drogas ilegales en todo el planeta, e intenta demostrar el lugar relativamente secundario que ocupan las treinta y tres naciones independientes o formalmente independientes de América Latina y el Caribe en la producción y el tráfico de las principales drogas ilegales naturales y sintéticas. Asimismo, muestra cómo, al calor de la “seguridad nacional” e imperial norteamericana, las tres últimas administraciones estadounidenses han convertido a algunas naciones del hemisferio occidental en el principal escenario de la “guerra contra las drogas”.
“A partir de los años 80 del siglo XX, no pasa un año sin que se estrenen diez o veinte cortos y largometrajes, documentales o ficciones, con tema gay. La crítica internacional reconoce que, por primera vez en la historia, existe una sustantiva presencia de gays y lesbianas en las pantallas, pues hasta ahora, y salvo escasas excepciones, el personaje homosexual se veía reducido a lo secundario, y por lo regular se le enmarcaba en tres roles reconocibles: máscara paródica y risible, víctima propicia e inerme, o engendro amoral y morboso propenso a cualquier exceso. De todos modos, ya desde los años 50, se percibía la creciente presencia de lo gay en diversas esferas de la vida social y artística de muchos países...”
“La evolución de las relaciones entre la Unión Europea y América Latina, a partir de principios de los años 90, es un asunto importante desde el punto de vista estratégico porque, en el contexto de la globalización, podría implicar una modificación potencial de las relaciones de fuerza a escala internacional. Esta es la hora de la reconquista o de la consolidación de los mercados. Los intereses económicos, financieros, comerciales de los Estados Unidos y los de la UE se oponen en el continente latinoamericano, aunque sus estrategias y su orientación neoliberal sean, en el fondo, equivalentes…”
“La caída del muro de Berlín y la subsecuente implosión de la Unión Soviética tuvieron un efecto negativo para la Cuba revolucionaria. En términos de las relaciones México-Cuba, la confluencia de administraciones particularmente conservadoras en México --Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Vicente Fox--, la creciente importancia de las relaciones comerciales México-Estados Unidos y el Tratado de Libre Comercio (TLC), así como los intentos de los Estados Unidos de buscar un «cambio de régimen» en La Habana, se conjugaron para afectar radicalmente el carácter tradicional de las relaciones entre ambos Estados. En particular, ha habido un enorme cambio en ellas durante la actual administración, aunque el TLC representaba en sí mismo un cambio fundamental en la política exterior mexicana…”
“¿Es el turismo un factor que ha relegado al Caribe a la función pasiva de espacio de ocio para una parte de la población de las naciones industrializadas? ¿O la expansión del turismo debe ser entendida como un éxito caribeño en el terreno de una activa competencia internacional por la localización de nuevos centros de consumo en el mundo, en uno de los segmentos de mayor escala y dinamismo de las industrias culturales? ¿Corona el turismo estrategias de desarrollo nacional o es un resultado residual de estrategias transnacionales de acumulación? No tenemos respuestas acabadas para estas preguntas; sino apenas algunas hipótesis, pero nos parece que identificar las que pudieran ser las interrogantes correctas contribuye a esclarecer los problemas…”
“Como destino turístico, el Caribe desarrolla básicamente la vertiente recreativa en torno a la explotación de los recursos playeros, junto a la práctica, en los principales destinos de la región, del turismo de enclave. También se desarrollan el turismo de negocios y convenciones y el familiar. Se ha ido ampliando y fortaleciendo paulatinamente la oferta turística, aunque de manera desigual entre los distintos países y territorios. Existen diferentes niveles de disponibilidad, calidad y costos de los productos y servicios turísticos en los polos de la región. No obstante, estas disparidades no han impedido el auge de la actividad en los últimos veinte años…”
“El turismo es probablemente la actividad económica que involucra a más sectores, niveles e intereses de la sociedad. A la vez, la protección del medio ambiente es parte esencial de su desarrollo, ya que sin una adecuada calidad ambiental, el turismo actual y futuro puede verse comprometido, al igual que las organizaciones turísticas, los turistas y las comunidades receptoras. Por su doble papel, el turismo puede contribuir positivamente al desarrollo socioeconómico y cultural, pero, al mismo tiempo, provocar la degradación del medio ambiente y la pérdida de la identidad local…”
“Como estrategia para promover el crecimiento económico, el turismo es un fenómeno relativamente nuevo, a pesar de ser cada vez más popular en algunas regiones. Quizás lo que mayor fortaleza le otorgue a este aspecto es el modelo español, una ruptura respecto a la estrategia de desarrollo económico tradicional, en la que el proceso de industrialización ha obtenido las divisas para su financiamiento fundamentalmente del sector turístico y no de los sectores primarios, como había sucedido en los países más desarrollados...”
“Hoy día, las empresas turísticas incorporan la actual revolución tecnológica y los avances de la gestión informática digitalizando la mayoría de los procesos; entre ellos el denominado e-marketing, las agencias de viajes on-line, con centrales de reservaciones en Internet, y el acceso a los destinos turísticos más recónditos del planeta. De hecho, la innovación tecnológica adquiere una importancia predominante en el proceso de sustitución de los paquetes turísticos tradicionales por nuevos productos sensibles al mercado…”
“La Revolución cubana emprendió el camino de profundas transformaciones, en las que el racismo y sus bases socioeconómicas y culturales quedaron muy maltrechas. Aunque la eliminación de la propiedad privada sobre los medios fundamentales de producción, su nacionalización y socialización requiere un análisis más cuidadoso y detallado para develar su relación con la eliminación de las bases económicas y sociales del racismo y la discriminación, en tanto prácticas e ideologías, podemos afirmar que dio lugar a algunos cambios fundamentales. Como parte y resultado de dicho proceso, desaparecieron del panorama social las élites económicas, históricamente constituidas, en las que predominaban los blancos. Por su historia y posición socioeconómica, estos grupos eran mucho más susceptibles de sustentar y apropiarse de las ideologías racistas, y ponerlas al servicio de su dominación…”
“A finales del siglo XX el mundo presenciaba, lejos de un paisaje de paz y justicia, el auge de fenómenos político-sociales, económicos, religiosos, filosóficos, y culturales en general, que se empezaron a identificar como «horizontes de fragmentación y cultura de la diferencia», caracterizados por los conocidos nacionalismos, individualismos, racismos, guerras religiosas, protagonismo de movimientos sociales radicales, prejuicios sexuales, discriminaciones de género, anulación de derechos de las minorías, etc. La más elemental observación del mundo que nos rodea nos hace sobrecoger de temores muy fundados. Estamos viviendo años de violencia y sin duda atravesando una crisis de valores realmente sin precedentes…”
(Reseña de Por el camino de la mar. Los cubanos, de Guillermo Rodríguez Rivera, Ediciones Boloña, La Habana, 2005)
“Por el camino de la mar es un lúcido y ameno ensayo, que nos entrega un retrato de los cubanos en su isla, que es como decir en su salsa, cuyos contradictorios ingredientes han dado por resultado un pueblo que, con su compleja personalidad nacional, se siente orgulloso de su identidad y de su historia...”
(Mención en el Premio Temas de Ensayo 2004, en la modalidad de Estudios sobre arte y literatura)
“No es usual abordar las problemáticas raciales en el dinámico campo literario cubano. La nueva percepción de lo racial en el campo cultural cubano durante los últimos lustros permite dilucidar una problemática cuyos elementos particulares impiden resolver las interrogantes sociológicas que plantea a nuestras letras. Tardía e intermitentemente abordada por el pensamiento crítico de la cultura cubana, esta problemática vive comprimida por tres discursos o modos de asumirla…”
“Si indagamos sobre las relaciones de género en Cuba seguramente encontraríamos tres respuestas tipo. Quienes reconocen los grandes cambios acaecidos durante 45 años y sobreponderan los elementos positivos que hoy las caracterizan; los que se centran en los aspectos negativos, y creen que aún falta para alcanzar la necesaria igualdad entre hombres y mujeres; y los que emprenden un balance de las fortalezas y debilidades de esas relaciones. No pretendo identificar los errores y aciertos de las tres opiniones. Prefiero destacar las comprobaciones halladas, desde mi práctica profesional, sobre las relaciones hombre-mujer en Cuba…”
El objetivo de estas páginas es llamar la atención respecto a la obra La nación insurrecta, compilación de textos del desaparecido investigador y profesor universitario Oscar Antonio Loyola Vega, realizada en 2018 por Fabio E. Fernández Batista y David Domínguez Cabrera, que resulta, junto a su ensayo en Dos miradas a Martí (2017), el más extenso compendio de la obra escrita por Loyola.
“La realidad del trabajo doméstico remunerado está marcada por múltiples tensiones que provienen de sus características particulares: se desarrolla en la privacidad de un hogar, se convive con una familia ajena, para la cual se realizan tareas continuas, imprescindibles pero menospreciadas. Este ámbito favorece situaciones discriminatorias, de violencia verbal e incluso de cierta explotación del trabajo que sobrepasa los límites de cualquier jornada laboral. Estamos en presencia de una actividad difícilmente visualizada a nivel social, debido a su aislamiento, carente de relaciones asociativas y desprovista de amparo legislativo…”
Se examina la diversidad de modos de dominación imperial y, en especial, la de los imperialismos que han asolado en el período señalado. Se enfatiza en las semejanzas y diferencias entre el imperialismo colonial europeo y el intervencionista de los Estados Unidos hasta la cuarta década del siglo xx. Se intenta distinguir una vez más entre los imperialismos hasta la Segunda guerra mundial y el imperialismo hegemónico, o hegemonía, desde entonces.
Profundo conocedor de su pueblo, ideólogo consagrado e imprescindible por su aporte a la conformación de la identidad nacional de Cuba, José Martí no solo soñó una República cordial «con todos y para el bien de todos»: el Apóstol, a partir de su misión de unidad y en su urgente labor en pos del advenimiento definitivo de un estado-nación cubano independiente, contribuyó a la forja de un notable arquetipo, al cual se avizoró como protagonista permanente de nuestro proceso identitario. Tales rasgos suelen ser perfectamente visibles a lo largo de su obra en el periódico Patria, cumbre intelectual del Martí periodista, político y revolucionario. El presente texto discurre por esos cauces de la ideología martiana en el contexto de su labor periodística, siempre subordinada al proceso de construcción de la nación cubana.
“Toda obra genuinamente precursora, en tanto desbroza caminos y enuncia nuevos problemas, no se plantea solventarlos, sino contribuir de algún modo a su esclarecimiento. Este parece ser el caso de Ser cubano. Identidad, nacionalidad y cultura, de Louis Pérez, Jr., historiador de las relaciones internacionales entre Cuba y los Estados Unidos, autor de algunos de los más importantes estudios relacionados con esta temática, quien se acerca al área de contactos culturales que se creó entre el naciente imperio estadounidense y la última de las naciones latinoamericanas en obtener su independencia, en el siglo XIX…”
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